El ejemplo Perejil
La historia nos proporciona enormes lecciones, sobre todo cuando sucede bajo nuestras narices. Y para lecci¨®n la de esos diez aguerridos soldados marroqu¨ªes que, disfrazando su condici¨®n bajo el aspecto del humilde pescador, han tomado el pe?asco Perejil sin pegar un solo tiro. Ah¨ª no ha habido m¨¢s que puro huevo y marruller¨ªa, esa que les ha dado tanta mala fama entre quienes quieren creer que ellos siempre van de cara, pero ?acaso no era astuto Ulises? O sea que no hay que reprocharles que no hayan clavado la bandera marroqu¨ª en plan Iwo Jima con aquella ¨¦pica -como se dice ahora- de cascos y uniformes y el trapo elev¨¢ndose a las barras, digo, a las estrellas, porque, habi¨¦ndose limitado a ponerla a la altura de un bander¨ªn de corner, han conseguido m¨¢s: una invasi¨®n en toda regla y no la culminaci¨®n de una batalla, como hicieron los marines con su icono.
Dicho sea todo esto sin mencionar el altruismo con que dicen haber actuado pues, seg¨²n Rabat, habr¨ªan ido al islote para controlar debidamente el tr¨¢fico ilegal de hombres, neveras y hach¨ªs en el Estrecho porque la tecnolog¨ªa no lo es todo y basta con una peque?a tienda de campa?a y unos hombres sin prism¨¢ticos pero con pedruscos para mantener a raya a base de gritos de advertencia y cuatro cantazos -?no se hizo en Roncesvalles?- a los contrabandistas m¨¢s empedernidos. Pero no queremos comprenderlo y nos exacerbamos, lo ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos: 'Honradamente, me parece que estas reacciones son desproporcionadas'.
Y ah¨ª est¨¢ el ejemplo que nos est¨¢ suministrando Perejil y que no deber¨ªamos echar a humo de pajas en esta ya definitivamente Euskal Herria de algunos amores. Porque toca muy de cerca a los destinos que nos marc¨® el otro d¨ªa el Parlamento. Ibarretxe ha advertido que no se caminar¨¢ hacia el futuro 'invadiendo las oficinas del INEM', pero igual no era eso lo que hab¨ªa que invadir sino Trevi?o, que consituye un bald¨®n o un alfileretazo en pleno coraz¨®n del territorio. Claro que, si se quiere poner en danza a las diversas armas del ej¨¦rcito espa?ol, lo mejor ser¨ªa invadir tambi¨¦n un islote y contemplar c¨®mo surcan nuestras aguas diversas fragatas y corbetas sin atreverse a pegar un ca?onazo, porque lo que nos est¨¢ ense?ando Perejil es que vale m¨¢s un acto de fuerza que mil presiones diplom¨¢ticas, ?o acaso van a desembarcar los parlamentarios europeos en el pe?¨®n de Leila, digo Perejil, para echar a los gendarmes a base de mirarles sinceramente a los ojos y decirles que existen unas cosas llamadas tratados internacionales? No, donde est¨¦ un buen disparate que se quite todo lo dem¨¢s por eso no deber¨ªa quedar hu¨¦rfano el que el Tripartido protagoniz¨® el otro d¨ªa en Vitoria, antes bien, deber¨ªa enviar a un grupo de hombres de mano abertzale a tomar la vizca¨ªna isla de Villano porque adem¨¢s ah¨ª el nombre lo dir¨ªa todo.
Es de agradecer que con esto del multiculturalismo que tanto le gusta a Madrazo los miembros del Tripartido est¨¦n expres¨¢ndose como las autoridades de Marruecos porque ya est¨¢ bien de que nos hayamos jactado durante siglos de llamar a las cosas por su nombre cuando desde Sabino Arana se les puede llamar de dos formas contrarias y tres ambiguas. Por eso no resulta raro que a ese que se cumpla el Estatuto para a continuaci¨®n superarlo se le considere pecata minuta que ni siquiera roza la contradicci¨®n. Lo ha dicho Madrazo: 'Es una propuesta inocua. No es m¨¢s que un elemento de reflexi¨®n'. 'No es un ultim¨¢tum', ha remachado el lehendakari, que para una vez que habla ha dicho mu, y finalmente lo ha redondeado la virginal Zenarruzabeitia con una contundencia extraplana: 'Es un ejercicio de democracia e higiene' -?habr¨¢ querido decir con alas?-, en suma, que los del Tripartido han tirado la piedra y est¨¢n escondiendo vergonzantemente la mano. Quiz¨¢ porque saben que de todo esto la gente no se entera de la misa la media y basta con quitarle hierro, o perejil, para que se lo traguen todo, incluso los salseros y todas las salsas. Pero como dice el gordito del anuncio de la tele: '?Qu¨¦ asco de sal!', ya que se trata de imponer un proyecto a base de manipulaciones, mentiras y dejaci¨®n. Menos mal que nos queda P... erejil.
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