Servicios secretos
Un atasco es un fastidio y el calor es un fastidio, y ayer hab¨ªa atascos diarios y kilom¨¦tricos entre C¨¢diz y M¨¢laga, y tambi¨¦n hacia Granada, por Motril, hace tres domingos, cuatro horas y cuarto en el autob¨²s Nerja-Granada con tormenta nocturna en la carretera. Es absurdo el atasco. El coche que sirve para correr se convierte en c¨¢psula est¨¢tica, la sensaci¨®n de libertad que transmite la potencia del coche se transforma en sensaci¨®n de absurdo y sonambulismo con motor de explosi¨®n. Un atasco es un mecanismo rompenervios: arrancar y frenar, prisa o deseo de estar en otro sitio, y par¨¢lisis, clavados siempre en el ¨²nico punto fijo del mundo en movimiento, en una carretera indeseable (los amantes de la carretera buscan durar lo menos posible en carretera).
Vienen los marroqu¨ªes desde la Europa interior, hacia su pa¨ªs, y est¨¢n en el atasco. No s¨¦ si los analistas y estrategas de la crisis entre Marruecos y Espa?a han tenido en cuenta esta circunstancia estacional: el atasco de julio, la irritaci¨®n que se acumula en las carreteras estos d¨ªas, la caravana de los coches cargados de africanos y equipaje, inconfundibles. Un atasco es propicio a los roces, a la irritaci¨®n. Individuos perfectamente educados se convierten al volante en corsarios desaforados y el asesino que no conoce su condici¨®n criminal se descubre al mando de una pesada m¨¢quina asesina. (Incluso hay novelas y pel¨ªculas, de Stephen King, de Spielberg, en las que los monstruos son los veh¨ªculos de motor.) ?Han tenido en cuenta los sabios de la guerra que los atascos son propicios a los choques?
Y adem¨¢s el verano es ¨¦poca irritable, irritada, y algunos perros se muerden a s¨ª mismos, de desesperaci¨®n, y estallan las personas: en Lora del R¨ªo dos familias se pelean por el dominio de una zona com¨²n del bloque o el barrio donde viven, y se matan, y en el centro de Granada saltan chispas entre mercaderes africanos y polic¨ªas locales. Est¨¢ demostrado que el calor es fuente de la maldad dom¨¦stica, consejero rencoroso y aburrido: sopor de habit¨¢culos, obsesivos ventiladores y acondicionadores de aire, como en un coche parado al sol del atasco. ?Han elegido los estrategas y analistas del choque entre Marruecos y Espa?a el momento de la ola de calor y la ola de coches marroqu¨ªes hacia el puerto de Algeciras para implicar a las masas en los resentimientos nacionales?
El tr¨¢fico puede ser un mundo brutal, la mejor imagen de c¨®mo vivimos, brutalmente si es necesario, y un atasco es propicio al nacionalismo furibundo. S¨ª, yo mismo he sido acometido o adelantantado y he dicho: 'F¨ªjate en la matr¨ªcula, de Granada ten¨ªa que ser'. (O de Tarragona, da igual, cada uno tenemos nuestras fobias fijas, aunque lamentablemente no existan ya las matr¨ªculas provinciales.) Un conflicto militar, de fuerza, siempre se apoya en justificaciones y racionalizaciones de la crueldad. El atasco parece una cosa est¨²pida, pero me llama la atenci¨®n que los estrategas y analistas hayan elegido este momento para la crisis. Es m¨¢s f¨¢cil tejer enemistades que amistades, sobre todo en un l¨ªo de tr¨¢fico anquilosado a las tres de la tarde y en mitad de un julio infernal.
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