Orquesta
La afici¨®n musical de los valencianos es uno de sus rasgos definitorios. Pocas cosas identifican tan bien a los ciudadanos de esta tierra como su predilecci¨®n por compases y partituras. Y el a?o que viene, en 2003, se cumplen los primeros sesenta a?os de existencia de la orquesta de Valencia. Fue en abril de 1943 cuando se celebr¨® el primer ensayo, y el 8 de abril ley¨® su discurso el ponente de m¨²sica del Ayuntamiento, Mart¨ªn Dom¨ªnguez Barber¨¢. Mart¨ªn renunci¨® entonces a una prometedora carrera pol¨ªtica para dedicarse plenamente al periodismo desde la direcci¨®n de Las Provincias, cuya plataforma le dar¨ªa muy serios disgustos a ra¨ªz del movimiento civil que origin¨® la riada de octubre de 1957.
Las cr¨ªticas y las disidencias estuvieron ya presentes en aquel acto. Por una parte no se conceb¨ªa la existencia de la propia orquesta, ni la dotaci¨®n presupuestaria que requer¨ªa, ni la composici¨®n, ni la designaci¨®n de un director -Lamote de Grignon- que era un m¨²sico catal¨¢n insigne. Mart¨ªn destac¨® la ambici¨®n ilustrada de conseguir un clima musical de altura, producto de este triple aspecto interpretativo, creador y receptor que representan la orquesta, los p¨²blicos y los compositores. Un m¨²sico solista, por brillante que sea, nunca llega a su c¨¦nit si act¨²a al margen del resto de la orquesta. Rostropovitch es un genio, pero no da de s¨ª mismo toda su capacidad si no va acompa?ado del resto de la orquesta.
La importancia de una orquesta digna y conformada para dar de s¨ª un rendimiento elevado, no es simplemente un valor para los mel¨®manos o para los pol¨ªticos que desean explotar la oportunidad para d¨¢rselas de cultos y amantes del mundo del arte. Para comprenderlo conviene visitar Praga, Par¨ªs, Berl¨ªn o el ambiente selecto de La Fenice de Venecia, que ardi¨® casi a la vez que el Liceo de Barcelona.
Pronto dispondremos en la Comunidad Valenciana de un palacio de representaciones oper¨ªsticas dentro del recinto de la Ciutat de les Arts i les Ci¨¨ncies. Ser¨¢ tambi¨¦n un momento importante por m¨¢s que haya sido esperado largamente. Y tampoco ser¨¢n los mel¨®manos quienes se beneficien mayoritariamente de esta nueva dotaci¨®n. Ser¨¢n la ciudad y la sociedad valencianas las que se apoyar¨¢n sobre esta diferenciadora credencial para sobreelevarse por encima de la media.
Valencia es una ciudad resignada ante la ausencia del Parque Central, ante un aeropuerto de pacotilla o ante una circunvalaci¨®n por autov¨ªa insuficiente. Es el precio que hay que pagar cuando no se acierta a estar en su sitio. Hace a?os, cuando el socialista Manuel Mar¨ªn era comisario europeo, su jefe de gabinete, Santiago G¨®mez Reino, explic¨® en un restaurante griego de Bruselas que no entend¨ªa c¨®mo la consejer¨ªa de Obras P¨²blicas, entonces regida por el PSPV, no hab¨ªa conseguido financiaci¨®n para los grandes proyectos de infraestructuras de la Comunidad Valenciana, a cargo de los fondos europeos.
Es as¨ª como se desperdician las aportaciones. A este respecto Mart¨ªn Dom¨ªnguez dec¨ªa que todo lo que vale cuesta. Nunca hubo gran arte si no se le sostuvo dignamente. Para unos la m¨²sica es un economato; se compra como las salchichas, a tanto el concierto. Para otros, la m¨²sica es un mundo completo; desde el aire hasta las ra¨ªces. Personalmente, me apunto a este bando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.