Cerrado por vacaciones
Despu¨¦s de 10 a?os de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, es indiscutible que la ciudad de Barcelona se ha convertido en uno de los principales centros de atracci¨®n del turismo internacional. Los m¨¢s de 200 hoteles de la ciudad tienen muy altos niveles de ocupaci¨®n pr¨¢cticamente durante todo el a?o, el aeropuerto ha m¨¢s que doblado su n¨²mero anual de pasajeros, el puerto casi los ha quintuplicado y aumenta cada vez m¨¢s tanto el volumen global de pernoctaciones como el de visitantes en general. Es evidente que la pol¨ªtica tur¨ªstica de la ciudad de Barcelona es un gran ¨¦xito, y que este ¨¦xito responde a una planificaci¨®n inteligente y rigurosa de propuestas y alternativas muy diversificadas y de calidad, que combinan ofertas que van desde ferias, congresos y acontecimientos de todo tipo hasta el arte y la cultura, pasando por la gastronom¨ªa, las compras y el ocio m¨¢s convencional.
A diferencia de lo que por desgracia est¨¢ sucediendo esta temporada un poco en todo el resto de Catalu?a, donde los niveles de ocupaci¨®n al parecer est¨¢n descendiendo incluso m¨¢s de lo que era de esperar como consecuencia de la actual crisis econ¨®mica internacional y el clima de inseguridad e inestabilidad creado tras los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, Barcelona sigue imparable en su afianzamiento como gran destino tur¨ªstico, con una importante y creciente afluencia de visitantes nacionales y extranjeros.
En un pa¨ªs como el nuestro, en el que el turismo constituye la m¨¢s importante industria nacional, resulta como m¨ªnimo sorprendente observar c¨®mo algunas de nuestras autoridades competentes en esta materia, tanto en el Gobierno central como en algunos gobiernos auton¨®micos, siguen prestando todav¨ªa muy poca atenci¨®n a los cambios profundos que se est¨¢n produciendo en el mercado tur¨ªstico mundial. La oferta tur¨ªstica tradicional espa?ola de 'sol y playa' se encuentra cada vez m¨¢s limitada por la creciente competencia de destinos no s¨®lo mediterr¨¢neos sino incluso caribe?os y asi¨¢ticos, con ofertas econ¨®micamente muy atractivas y dif¨ªcilmente superables. Por otra parte, la masificaci¨®n abusiva y exagerada de no pocos de nuestros grandes centros tur¨ªsticos playeros, con instalaciones hoteleras a menudo obsoletas y con entornos medioambientalmente muy degradados, constituye las bases cada vez m¨¢s endebles de una oferta que en muy pocos a?os puede verse aquejada de una grave crisis, sobre todo si el actual clima de inseguridad remite y se impone la estabilidad en algunos pa¨ªses con indudable atractivo para el turismo masivo.
El modelo tur¨ªstico de Barcelona deber¨ªa servir de ejemplo para el resto de Catalu?a e incluso para toda Espa?a. A partir del impulso ol¨ªmpico de 1992, la capital catalana ha sabido convertirse en un gran centro de inter¨¦s para el turismo nacional e internacional. Y lo ha hecho incluso ahora, en plena crisis tur¨ªstica internacional, gracias a una inteligente pol¨ªtica de promoci¨®n destinada a atraer a p¨²blicos muy diversos, tanto por su procedencia territorial como por su poder econ¨®mico y su edad. Se trata de contar con un p¨²blico amplio y diverso, interesado no s¨®lo por el ocio m¨¢s convencional ni por la bondad del clima sino por ofertas mucho m¨¢s variadas y singulares. Basta con observar c¨®mo las calles y plazas de Barcelona se hallan durante casi todo el a?o repletas de turistas de toda clase, edad y condici¨®n, ¨¢vidos por conocer una ciudad que les ofrece desde un conjunto urban¨ªstico y monumental donde se combinan antig¨¹edad y modernidad hasta una gastronom¨ªa de gran calidad, pasando por un amplio mosaico de propuestas art¨ªsticas y culturales, as¨ª como gran n¨²mero de comercios y una muy variada y constante sucesi¨®n de eventos de inter¨¦s. El A?o Gaud¨ª ha conseguido elevar el atractivo tur¨ªstico de Barcelona hasta l¨ªmites insospechables, atrayendo a unos visitantes para los que el arte y la cultura constituyen motivaciones fundamentales para sus viajes.
Es aqu¨ª donde la pol¨ªtica tur¨ªstica de Barcelona todav¨ªa cojea un poco. Con la llegada de agosto parece como si la ciudad entera colocase el cartel de 'cerrado por vacaciones'. Y estas vacaciones ciudadanas casi generalizadas se hacen evidentes de forma muy especial en dos de las principales ofertas tur¨ªsticas barcelonesas: en los espect¨¢culos art¨ªsticos de mayor inter¨¦s y en el terreno de la gastronom¨ªa de m¨¢s calidad. Resulta sorprendente observar c¨®mo, despu¨¦s de la concentraci¨®n de grandes espect¨¢culos que durante todo el mes de julio se presentan en Barcelona con motivo de la anual temporada del Grec, con muy altos niveles de asistencia de barceloneses pero tambi¨¦n de turistas, con la llegada de agosto la oferta de espect¨¢culos desciende en picado y pr¨¢cticamente desaparece. Otro tanto sucede con gran n¨²mero de los mejores restaurantes barceloneses, casi todos ellos llenos a rebosar ahora pero cerrados a cal y canto durante el mes de agosto.
Sigue imponi¨¦ndose la inercia de tiempos pasados, cuando Barcelona quedaba poco menos que desierta en agosto y no contaba apenas con turistas no s¨®lo en aquel mes sino tampoco durante el resto del a?o. Pero los tiempos han cambiado, por suerte para nuestra ciudad, y es evidente que ahora en la ciudad incluso durante el mes de agosto existe una gran demanda de espect¨¢culos de inter¨¦s y de gastronom¨ªa de calidad. Desde la iniciativa p¨²blica o privada, alguien deber¨ªa tenerlo en cuenta y promover ya para la temporada pr¨®xima ofertas interesantes en estos campos. Y desde el Gobierno de la Generalitat deber¨ªan tomar ejemplo de la pol¨ªtica tur¨ªstica de la ciudad de Barcelona, que sin renunciar a su propia oferta de 'sol y playa' ha sabido afianzarse como uno de los principales destinos tur¨ªsticos de Europa. Catalu?a cuenta con s¨®lidas bases para convertirse en su conjunto en un gran destino del turismo de calidad, con gran diversidad de propuestas paisaj¨ªsticas, monumentales, art¨ªsticas, culturales, comerciales y gastron¨®micas. El ejemplo de Barcelona deber¨ªa ser imitado.
Jordi Garc¨ªa Soler es periodista.
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