El cardenal Tettamanzi, un 'papable' italiano

El ascenso del cardenal Dionigi Tettamanzi, que ha pasado de guiar la di¨®cesis de G¨¦nova a convertirse en el arzobispo de Mil¨¢n, la sede m¨¢s importante de Europa, ha elevado su cotizaci¨®n como posible sucesor de Karol Wojtyla al frente de la Iglesia cat¨®lica.

Tettamanzi, que cumpli¨® el 14 de marzo pasado los 68 a?os, tiene una edad perfecta para ocupar el sill¨®n de Pedro, monopolizado durante 23 a?os (y lo que queda) por el Papa polaco. La Iglesia, que necesita reformas urgentes, parece favorable a la elecci¨®n de un papa maduro que no compita en longevidad y fortaleza con Juan Pablo II. Los vaticanistas coinciden en afirmar que Tettamanzi se ha convertido con su reciente nombramiento al frente de la archidi¨®cesis de Mil¨¢n en el m¨¢s firme candidato italiano a sucederle. Ser¨ªa, adem¨¢s, una elecci¨®n en perfecta sinton¨ªa con los deseos del actual Papa, que le otorg¨® la birreta cardenalicia en 1998 y que aspira, como subraya el te¨®logo Hans K¨¹ng en su libro La Iglesia cat¨®lica. Una breve historia, a ser sucedido por un 'Juan Pablo III'. Es decir, por un Pont¨ªfice conservador en cuestiones de dogma y gobierno interno de la Iglesia y progresista en la doctrina social.

Tettamanzi podr¨ªa ser esa figura, porque representa la l¨ªnea tradicional de la curia, obediente al cien por cien al Papa y a su equipo de colaboradores.

H¨¢bil pol¨ªtico y de trato afable, Tettamanzi recuerda por su aspecto m¨¢s a Juan XXIII que a Wojtyla. Sobre las posibilidades reales de su candidatura pesa, sin embargo, un colegio cardenalicio multinacional, en el que la importancia de los purpurados italianos ha disminuido considerablemente. En estos momentos, de los 135 cardenales con derecho a participar en el c¨®nclave (es decir, con menos de 80 a?os de edad), 24 son italianos.

El peso italiano

La voz de este sector es potente porque son todav¨ªa una mayor¨ªa relativa, si se tiene en cuenta que al continente europeo corresponden 65 cardenales electores, pero, aun as¨ª, las fuerzas est¨¢n mucho m¨¢s niveladas que en el pasado.

Muchos expertos, como el escritor cat¨®lico Vittorio Messori, han abogado porque el sucesor de Juan Pablo II sea, de nuevo, un italiano. Los defensores de esta tesis creen que la neutralidad nacional de la Iglesia quedar¨ªa as¨ª mejor salvaguardada y recuerdan el 'escoramiento' hacia la Europa del Este en general, y a Polonia en particular, de Karol Wojtyla. La tesis es dif¨ªcilmente defendible cuando se piensa en el grado de implicaci¨®n en la vida pol¨ªtica italiana de P¨ªo XII y, sobre todo, de Pablo VI.

En contra de un Papa italiano est¨¢ adem¨¢s el car¨¢cter multinacional de la Iglesia, su universalidad, especialmente potenciada por el papa Wojtyla. De ah¨ª que entre los papables suenen, sobre todo, cardenales latinoamericanos.