Perejil
Los habituales de una cl¨ªnica de adelgazamiento hispanogermana suelen llamarla Villa Perejil por la mucha presencia de esta planta diur¨¦tica en los ayunos, y mear mucho es esencial para perder peso. Perejil es una de esas palabras dif¨ªciles de utilizar en cualquier discurso no culinario, dificultad no comparable con la que plantean La Coru?a, lechuga o sobaco como palabras po¨¦ticas. Se sostiene que el perejil es venenoso para los periquitos, pero tan saludable a los humanos que Argui?ano lo mete en todas sus recetas.
Cre¨ªamos, pues, que eso era todo y que no se le pod¨ªa extraer m¨¢s jugo al perejil hasta que los estadistas de Marruecos y Espa?a decidieron elevarlo a la condici¨®n de casus belli e hicieron de un islote sin cabras y casi sin gaviotas cuesti¨®n de honor nacional, continental, global. Los ingleses consiguieron llamar a una de sus contiendas m¨¢s decisivas La guerra de las dos rosas, pero por mucho patriotismo marroqu¨ª o espa?ol que se tenga resultaba casi imposible tomarse en serio la guerra del perejil, denominaci¨®n que hasta los historiadores m¨¢s graves emplear¨¢n dentro de 50 a?os aunque s¨®lo haya sido una guerra de palabras y gestos excesivos.
Si la provocaci¨®n marroqu¨ª fue urdida como un giro de tuerca m¨¢s en el pulso con el Gobierno espa?ol que incluye polisarios, peces, plazas de soberan¨ªa y emigrantes, la respuesta espa?ola parec¨ªa extra¨ªda de uno de aquellos tebeos de Haza?as b¨¦licas c¨®mplices ¨¦picos de los entonces ni?os Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o Federico Trillo. Los dos son demasiado j¨®venes para suponerles adictos a El Guerrero del Antifazo a Roberto Alc¨¢zar y Pedr¨ªn, por lo que su musculatura patri¨®tica viene de otros gimnasios. La bandera espa?ola sobre Perejil se parec¨ªa a la banderilla que los marines colocaron sobre la cerviz de Iwo Jima y que Aznar consultara a Bush antes de reiniciar la reconquista interrumpida en 1492 confirma el orden de un universo donde si manda emperador no manda testaferro. En las guerras org¨¢nicas las v¨ªctimas ya no se miden por el bot¨ªn, sean rosas o perejil, sino por el tiempo que tarda Estados Unidos en desautorizarlas o en bombardear el islote con un misil m¨¢s o menos inteligente.
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