Espa?a y Marruecos se dan dos meses de tregua para abordar sus diferencias
Palacio y Benaissa acuerdan un comunicado sin renunciar a sus reivindicaciones sobre Perejil
Las relaciones entre Espa?a y Marruecos siguen presentando m¨¢s heridas que cicatrices. No hay planes de que vuelvan a intercambiarse embajadores ni comenzar¨¢ el di¨¢logo sobre los problemas exacerbados en nueve meses de desencuentros, si es que empieza, hasta septiembre. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, y su hom¨®logo marroqu¨ª, Mohamed Benaissa, necesitaron ayer cuatro horas para confirmar el acuerdo sobre Perejil alcanzado el s¨¢bado con la garant¨ªa de Estados Unidos, y cerrar un pacto de silencio ante la prensa a fin de evitar nuevas tensiones.
El pacto, que debe ser considerado inestable dada la locuacidad demostrada en ocasiones anteriores por las partes, responde al planteamiento hecho p¨²blico estos d¨ªas por Benaissa de que, una vez desocupado el islote, lo primero ser¨ªa dejar pasar un tiempo para que Marruecos serene los ¨¢nimos perturbados por 'la casi declaraci¨®n de guerra' espa?ola. Pero expresa claramente algo que el Gobierno de Rabat hab¨ªa escamoteado hasta ahora a sus ciudadanos: que el acuerdo urdido el s¨¢bado por el secretario de Estado Colin Powell implica volver a la situaci¨®n 'que exist¨ªa con anterioridad a julio de 2002' y no permite el establecimiento en Perejil de misiones armadas como la de los gendarmes marroqu¨ªes que, el 11 de julio, desencadenaron el conflicto.
El Gobierno marroqu¨ª, que present¨® el compromiso del s¨¢bado ante su opini¨®n p¨²blica como la retirada espa?ola de Perejil lograda gracias a las gestiones de Mohamed VI con Washington, control¨® ayer, sin embargo, la puesta en escena del encuentro. Y lo convirti¨® en un drama posb¨¦lico, donde el papel del villano que acude al feudo del agraviado le correspondi¨® a Espa?a.
Ana Palacio aterriz¨® en Rabat a las 09.55 (dos horas m¨¢s en Espa?a) y se encontr¨® con que no le recib¨ªa Benaissa, como cre¨ªa la Embajada espa?ola, sino Al¨ª Benbousta, un ex embajador en Madrid que hoy es jefe de Protocolo del Ministerio de Exteriores marroqu¨ª, el cargo m¨¢s bajo que se env¨ªa a dar la bienvenida a un representante extranjero.
Hubo un peque?o incidente porque la seguridad dej¨® pasar al pie del avi¨®n a las televisiones locales y no a las espa?olas. El s¨¦quito de la ministra lo integraban el nuevo secretario de estado de Exteriores, Ram¨®n Gil Casares, que a¨²n no ha tomado posesi¨®n de su cargo, el director general de ?frica, Gabriel Busquet, el director general de la OID, Alberto Aza, y la jefa de gabinete de Palacio, Mar¨ªa Victoria Morera. Cuando la ministra lleg¨® a la Embajada, s¨®lo se permiti¨® la entrada a la prensa espa?ola.
Ana Palacio, que cumpl¨ªa ayer 54 a?os, no hizo declaraciones. S¨®lo coment¨®, visiblemente tensa, que 'tal d¨ªa como hoy puso el hombre el pie en la luna', cuando una periodista le dijo 'vaya regalo' refiri¨¦ndose a la dificultad de la jornada. Palacio lleg¨® al Departamento de Benaissa a las 11.00 y el ministro marroqu¨ª tampoco sali¨® a recibirla. Si se saludaron, no qued¨® testimonio gr¨¢fico, ya que las dos delegaciones estaban sentadas frente a frente cuando fueron admitidos los fot¨®grafos. Los dos ministros no se miraban a la cara. A Benaissa le acompa?aban el secretario de Estado para Europa, Taieb Fassi-Fihri y su director general, Fatallah Sijilmoussi. Tras las fotograf¨ªas, la puerta se cerr¨® durante cuatro horas, dos m¨¢s de las previstas.
Fuentes pr¨®ximas a los reunidos confirmaron que la prolongaci¨®n del encuentro se debi¨® a que hubo muchos problemas para consensuar el parco comunicado conjunto. No se habl¨® de otros temas. La ¨²ltima hora larga fue un almuerzo, en el que el ambiente se distendi¨® y Palacio y Benaissa llegaron a charlar con soltura. Finalmente, el marroqu¨ª acompa?¨® hasta el coche a su invitada en medio de una barah¨²nda de c¨¢maras. Las puertas del ministerio se cerraron sin que Benaissa dijera nada a la prensa. Veinte minutos despu¨¦s, el avi¨®n de Palacio despegaba.
Comunicado equilibrado
El comunicado conjunto mantiene el equilibrio con algunos artificios sem¨¢nticos. El t¨¦rmino statu quo, reclamado por Espa?a, no aparece y, en cambio, se habla de status en el sentido de soberan¨ªa, para recordar que las partes no renuncian a sus reivindicaciones en ese tema. No obstante, se dice que la vuelta a la situaci¨®n del mes pasado debe ser interpretada seg¨²n la carta remitida a las partes por Powell, cuyo portavoz mencion¨® el statu quo ante la prensa. La carta de Powell no incluye precisiones sobre el uso del islote ni las tareas de vigilancia realizables por las partes, que, a tenor del comunicado de ayer, se comprometen a resolver con 'buena fe' los problemas que surjan.
Las cuestiones de m¨¢s calado, incluido el futuro del islote y todos los dem¨¢s litigios, como la inmigraci¨®n y el tr¨¢fico de drogas, quedan para una cita fijada en septiembre, en Madrid. Marruecos ten¨ªa especial urgencia en lograr que Espa?a aproxime sus posiciones sobre el S¨¢hara antes de que, el 31 de julio, se debata en el Consejo de Seguridad de la ONU. Ese tema no fue mencionado ayer, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas espa?olas.
Comunicado conjunto
'Los ministros de Asuntos Exteriores del Reino de Espa?a y del Reino de Marruecos han confirmado formalmente el acuerdo para restablecer y mantener la situaci¨®n respecto de la isla Perejil/Toura, que exist¨ªa con anterioridad al mes de julio de 2002, tal como ha sido interpretado por el secretario de Estado de los Estados Unidos de Am¨¦rica, se?or Colin Powell, el d¨ªa 20 de julio de 2002.
Las actuaciones de ambas partes en este asunto no prejuzgar¨¢n sus respectivas posiciones en relaci¨®n con el status de la isla. Ambas partes aplicar¨¢n este entendimiento de buena fe. Ambas partes han acordado tambi¨¦n abrir un di¨¢logo franco y sincero con objeto de reforzar las relaciones bilaterales. Con este fin, ambos ministros han decidido reunirse en Madrid en septiembre de 2002'.
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