La sombra de EE UU
La crisis de Perejil habr¨¢ servido al menos para que Espa?a y Marruecos reanuden sus contactos diplom¨¢ticos. El largo encuentro ayer en Rabat de la titular de Exteriores, Ana Palacio, y su hom¨®logo, Mohamed Benaissa, demuestra que hay mucho de qu¨¦ hablar aunque, de momento, poco que decir. El breve comunicado afirma que ambas partes 'han acordado abrir un di¨¢logo franco y sincero con objeto de reforzar las relaciones bilaterales' y que ambos ministros volver¨¢n a reunirse en septiembre, entonces en Madrid.
La reuni¨®n de Rabat ha ido, pues, m¨¢s all¨¢ de la escenificaci¨®n del acuerdo del s¨¢bado sobre el islote, aunque a este respecto el breve texto refleja diferencias, pues no se prejuzgan las 'respectivas posiciones en relaci¨®n con el status de la isla'. El comunicado confirma 'formalmente el acuerdo para restablecer y mantener la situaci¨®n' de la isla anterior a los ¨²ltimos acontecimientos, 'tal y como ha sido interpretado por el secretario de Estado' norteamericano, Colin Po- well, el pasado s¨¢bado.
Para evitar que la disputa vuelva a salirse de los cauces razonables y legales, puede resultar positivo que EE UU avale y garantice la desmilitarizaci¨®n de Perejil, ya que Washington es probablemente el ¨²nico facilitador de quien se f¨ªen a la vez Madrid y Rabat. Pero queda as¨ª en evidencia qui¨¦n manda, en detrimento de la imagen de Espa?a, ya que nuestro pa¨ªs no ha sabido sacarse por s¨ª mismo esta peque?a casta?a del fuego. La crisis ha puesto de relieve la divisi¨®n interna de la UE, no s¨®lo por los intereses franceses en Marruecos, o ingleses en el Estrecho, sino porque en general, con algunas excepciones como la de Berlusconi, Europa se ha mostrado sumamente inc¨®moda ante este incidente que desde cualquier capital se ve como menor. Javier Solana, m¨ªster Pesc, podr¨ªa haber sido un mediador europeo, pero su condici¨®n de espa?ol le inhabilitaba ante Marruecos. Los unos por los otros han llevado a la impotencia europea. Y en este ambiente, resulta al menos inoportuno que el Gobierno espa?ol enviara al Parlamento justamente el pasado viernes, en plena crisis de Perejil, el nuevo convenio con EE UU, firmado a bombo y platillo tres meses atr¨¢s.
Es de esperar que Ana Palacio se explique ante el Parlamento y ante la sociedad sobre lo hablado y el futuro de unas relaciones con Marruecos que estaban necesitadas de un nuevo comienzo. A pesar de que la ministra acept¨® ir en primer lugar a Rabat, Benaissa no tuvo el gesto de recibirla ni en el aeropuerto ni en la puerta de su ministerio, si bien la acompa?¨® en la salida. Significativamente, la ministra espa?ola tampoco fue llamada a palacio. Ayer en Bruselas, el secretario de Estado para la UE, Ram¨®n de Miguel, apuntaba quiz¨¢s un cambio en la pol¨ªtica espa?ola hacia el S¨¢hara Occidental. Pero queda a¨²n mucho por hacer. Hubiera sido pedirle peras al olmo que en una sola reuni¨®n como la de ayer en Rabat se hubieran recompuesto los platos rotos.
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