El hombre de los 20 Tours
Ech¨¢varri y su equipo reciben el reconocimiento de la carrera francesa
Hace 20 a?os el ciclismo espa?ol era un p¨¢ramo. Equipos peque?os, peque?as aspiraciones. Todos dentro de casa. Un deporte aislado, encerrado en sus fronteras, sin m¨¢s aspiraci¨®n que la mera supervivencia. El Tour no exist¨ªa. Hinault dominaba el mundo y aqu¨ª aquello parec¨ªa un asunto ajeno. 'Y entonces apareci¨® Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri', dice Jean Marie Leblanc, director general del Tour. 'Apareci¨® en el Tour desde Espa?a, con un equipito peque?o, el Reynolds, y, sobre todo, con una gran pasi¨®n por el Tour. Una pasi¨®n que transmiti¨® a todos sus corredores'.
Apareci¨® Ech¨¢varri, un desconocido, por el Tour, con un equipito, con pasi¨®n y con dos corredores duros y con clase. Uno era ya conocido, ?ngel Arroyo, puro pedernal; el otro era un chaval que part¨ªa a lo desconocido, Pedro Delgado. 'Fuimos a poner la cara y a que nos dieran de tortas, como unos novatos', recuerda Arroyo. Qu¨¦ va. Arroyo termin¨® segundo, Delgado se revel¨® en los Pirineos y Espa?a descubri¨® la pasi¨®n del Tour. Era en 1983. 'Fuimos al casino y tuvimos la suerte del novato', dice, m¨¢s modestamente, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. Pero la suerte no desapareci¨® con los a?os. Ayer el Tour, Leblanc, entreg¨® a Ech¨¢varri (y al mec¨¢nico Enrique Sanz y al chico para todo Francis Lafargue) la medalla del reconocimiento, la pieza dorada que reciben todos los que cumplen 20 a?os de presencia en el Tour.
Es el director que m¨¢s t¨ªtulos de la carrera ha ganado: seis, tras los siete de Cyrille Guimard
En ese tiempo Ech¨¢varri ha conocido a 10 ganadores del Tour (Fignon, Hinault, LeMond, Roche, Delgado, Indurain, Riis, Ullrich, Pantani y Armstrong); ha ganado seis por su cuenta (uno con Pedro Delgado, finalmente, en 1988, y cinco con Miguel Indurain, del 91 al 95, lo que le coloca segundo, tras Cyrille Guimard (uno con Van Impe, en 1976, cuatro con Hinault, 78, 79, 81 y 82, y dos con Fignon, 83 y 84); el Reynolds ha pasado a ser el Banesto, y el director navarro, de 54 a?os, sigue, como si fuera un bacilo, transmitiendo el virus Tour a casi todos los corredores que pasan por sus manos. Tambi¨¦n a los periodistas que pudieron conocer la carrera francesa gracias a sus ¨¦xitos, y a la afici¨®n espa?ola, que ha convertido el Tour en el pasatiempo favorito de las tardes de julio.
Leblanc lleva m¨¢s de 20 Tours y conoce a Ech¨¢varri desde mucho antes. 'En 1969 coincidimos los dos en el Bic, como gregarios de Anquetil y Oca?a', recuerda Leblanc, que despu¨¦s se hizo periodista de L'?quipe, antes de empezar a dirigir el mism¨ªsimo evento en 1989. 'Y luego he visto c¨®mo, y lo he escrito, ha dirigido la renovaci¨®n del ciclismo espa?ol. Ha sido como Davide Boifava , en Italia. Tuvo el valor de arriesgarse y sacar al ciclismo espa?ol de Espa?a, de su estrecho gueto'.
Leblanc, que considera a Ech¨¢varri su amigo, 'pese a algunas desavenencias surgidas porque hubo mucho nerviosismo despu¨¦s de que se retirara Indurain', explica, destaca del t¨¦cnico navarro su 'penetraci¨®n psicol¨®gica'. 'Enseguida desarroll¨® un gran feeling t¨¢ctico, control¨® las claves de la carrera, se empap¨® de su historia y de su cultura'.
El director del Tour le admira, el encargado del aparcamiento de equipos reserva el mejor hueco todas las ma?anas para el Mercedes con el que recorre la etapa por delante de los corredores ('ponlo aqu¨ª Yos¨¦ Mig¨¹el', le dice en franc¨¦s, 'que aqu¨ª dar¨¢ la sombra todo el tiempo'), los comisarios de toda la vida se pasan a cenar con ¨¦l, y ¨¦l sigue yendo al Tour y pese a los 20 Tours que ya ha cumplido sigue hablando de paciencia. La paciencia que tuvo con Delgado pese a que el segoviano, un hombre de brillo inmediato, pudo haber ganado el primer Tour en el que particip¨®; la paciencia con Indurain, su lenta crianza, hasta que el navarro no gan¨® su primer Tour en 1991, a los 27 a?os ya cumplidos, en su s¨¦ptima participaci¨®n. Y, sobre todo, la paciencia con la que atraves¨® el desierto tras la retirada del navarro. Desde entonces logr¨® un cuarto puesto con Olano (1997) y un segundo con Z¨¹lle (1999), dos hombres de transici¨®n. Y mientras tanto ha estado trabajando con otro joven, con Francisco Mancebo, el ¨²ltimo de sus enfermos por la carrera del maillot jaune, que ya cumple su cuarto Tour. 'Y puede que dentro de tres a?os podamos estar celebrando su primer Tour', promete, luciendo optimismo.
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