Jos¨¦ Ram¨®n Anda instala en Tolosa una escultura que se mueve con el viento
El artista busca 'influir en la sensibilidad' de los paseantes
Jos¨¦ Ram¨®n Anda (Bakaiku, 1949) es un artista apasionado por la escultura p¨²blica, sobre todo, por su capacidad, aunque sea m¨ªnima, 'de influir en la sensibilidad del paseante'. Y sabe de lo que habla. El escultor, autor de diversas obras que se alzan en pueblos y ciudades del Pa¨ªs Vasco, inaugur¨® ayer en la plaza del Trinquete de Tolosa Haizean, una pieza de acero y aluminio, que se mueve ligeramente con el viento.
La colocaci¨®n de Haizean (Al viento) en la localidad guipuzcoana tiene su origen en una propuesta realizada por Jorge Oteiza hace ya ocho a?os. 'El Centro de Iniciativas de Tolosa le pidi¨® que realizara una escultura', relata Anda. '?l contest¨® que muy bien, pero siempre y cuando se le diera continuidad a esa iniciativa con la colocaci¨®n de obras de otros escultores'. El planteamiento del artista oriotarra cuaj¨® y, desde entonces, Ricardo Ugarte, N¨¦stor Basterretxea, Eduardo Chillida y, ahora, Anda han instalado sus creaciones en diferentes espacios al aire libre.
Haizean es una esfera doblada que pende de un cable sujeto a una estructura met¨¢lica. Est¨¢ integrada por dos piezas, una primera de acero y otra de alumnio, que queda suspendida. ?Por qu¨¦ ese nombre? 'Por ponerle alguno', responde el escultor. Pero al mismo tiempo advierte de una de sus caracter¨ªsticas. 'Si no hay una micra de viento llega un momento en que se queda fija, pero a nada que soples est¨¢ dando vueltas, movi¨¦ndose ligeramente en el aire'. Y eso que tiene unas dimensiones considerables. S¨®lo la pieza de alumnio pesa m¨¢s de cien kilos y tiene un di¨¢metro de 1,50 metros; la de acero se eleva a siete metros de alto y tiene cuatro de ancho y otros tantos de fondo. Con todo, apunta su autor, 'es liger¨ªsima y casi et¨¦rea'.
Al escultor le resulta dif¨ªcil hablar de esta obra que busca interferir en el espacio en el que est¨¢ colocada. 'Muchas veces parto de la naturaleza, del ser humano', explica, 'pero en esta escultura el punto de partida han sido una esfera y los l¨ªmites de un tetraedro. No es que encierre ning¨²n mensaje'. Tampoco le importa en exceso, porque s¨®lo busca que la gente se detenga un poco a mirarla y deje volar su imaginaci¨®n.
?Cree que la escultura p¨²blica est¨¢ ayudando a popularizar el arte? 'Uno pensaba hace a?os que iba a contribuir a hacerlo, pero realmente creo que se consigue muy poco', responde. 'Muchas veces pasan inadvertidas. El arte contempor¨¢neo est¨¢ tan al margen de los quehaceres, de los intereses del personal...' No s¨®lo eso, sino que en ocasiones ni siquiera son respetadas. ?l mismo ha visto 'pintarrajeada' una escultura que dedic¨® a los insumisos en un espacio p¨²blico de Pamplona. Actos de vandalismo como ¨¦se no le desmotivan en absoluto. 'Como bien dec¨ªa Chillida, lo que es de uno es casi de nadie, y la escultura p¨²blica es de todos', dijo antes de la inauguraci¨®n.
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