A la concejal de cultura de Benissa

Vaya por delante mi aplauso a la iniciativa art¨ªstica que vienen promoviendo y patrocinando cada verano el Grup Re¨¹ll y algunos ayuntamientos de La Marina Alta, entre los que se encuentra el de Benissa, donde, bajo el lema de Espai Trobat, artistas pl¨¢sticos exponen su obra en calles y plazas.

Aplauso que no ha de impedirnos se?alar los aspectos manifiestamente mejorables de tal iniciativa y, de manera muy concreta, los relativos a la presentaci¨®n de la muestra en el citado municipio. Bien est¨¢ que se recurra al concurso de mimos, c¨®micos o m¨²sicos para animar el recorrido callejero en el acto inaugural. Lo inadmisible es que la actuaci¨®n, el ruido y la bullanga pretendan polarizar todo el inter¨¦s del p¨²blico, solapando y marginando en este caso la obra de los ocho artistas pl¨¢sticos que fueron seleccionados entre 64 optantes, lo que supuestamente avala su calidad.

Un menosprecio tan evidente hacia quienes son los protagonistas del trance -los artistas- no parece que conmueva a la concejal de Cultura de Benissa, Ana Ronda Femen¨ªa. Para esta se?ora, por lo visto, no supone un desd¨¦n convertir la obra de arte y a sus autores en accesorios secundarios cuando, en realidad, son el meollo de la iniciativa. Tan es as¨ª, que la dama, en funci¨®n de sus atribuciones, ni siquiera se dign¨® a dedicarles unas palabras de presentaci¨®n. Bien pudiera ser que no supiera qu¨¦ decir.

Y es asimismo lamentable que una gestora de la cultura popular -?o deber¨ªamos decir pepera?- no sea capaz de admitir la cr¨ªtica p¨²blica, como la que ejerci¨® este firmante. Al parecer, la edil hubiera preferido que estas objeciones se tramitar¨¢n por ventanilla con papel timbrado y sus sellos correspondientes, como en los infaustos tiempos pasados.