RECLUTAS DE HOY Y BOMBAS DE LA GUERRA

El pasado fin de semana Berl¨ªn tuvo un incre¨ªble aire militar. ?Las razones? Se celebr¨® la jura de bandera de reclutas en pleno centro de la ciudad bajo la mirada del canciller Schr?der, el primer ministro polaco, Leszek Miller, que estaba de apretada visita en la ciudad, y Peter Struck, reci¨¦n estrenado ministro de defensa alem¨¢n (el canciller hab¨ªa destituido al anterior, Scharping, hac¨ªa unos d¨ªas por un esc¨¢ndalo de cobros ilegales). El acto se celebraba, como es habitual, el d¨ªa del aniversario del atentado contra Hitler por la resistencia alemana. Y justo cuando todo estaba lleno de camiones del ej¨¦rcito aparcados a cientos por las calles, se corri¨® la voz: una excavadora hab¨ªa encontrado una bomba de la II Guerra Mundial en el centro, muy cerca de Friedrichstrasse. Generalmente, en cada nueva obra se sondean los cimientos y escombros para descartar esta posibilidad, habitual en Berl¨ªn. Pero esta vez el sondeo no funcion¨® y el artefacto de 250 kilogramos apareci¨® colgado de la pala de la excavadora de forma imprevista. La polic¨ªa acordon¨® gran parte del centro este berlin¨¦s y desaloj¨® a los vecinos de varias manzanas de edificios, incluyendo a los periodistas de tres cadenas de televisi¨®n que a rega?adientes tuvieron que poner v¨ªdeos y no pudieron emitir durante las casi dos horas que tardaron los artificieros en llegar y desactivar la bomba. El mal recuerdo del pasado se qued¨® flotando en el aire.