Un perturbado mental mata a cuchilladas a un matrimonio de conserjes en Madrid
El supuesto homicida se refugi¨® en su domicilio, donde fue detenido por la polic¨ªa
Un perturbado mental, Ignacio Garc¨ªa Margarit, de 48 a?os, mat¨® ayer a cuchilladas a los conserjes del inmueble donde viv¨ªa, en Alcorc¨®n (Madrid). Primero hiri¨® mortalmente a Francisca Benito Rico, de 60 a?os, que pidi¨® auxilio a voces. Los gritos alertaron a su esposo, Francisco Espinosa Valverde, tambi¨¦n de 60 a?os, que estaba barriendo la acera. Cuando entr¨®, el supuesto homicida le acuchill¨®. Garc¨ªa, tras el doble homicidio, volvi¨® a su casa, en el s¨¦ptimo piso. All¨ª lo detuvo poco despu¨¦s la polic¨ªa, pero antes los bomberos tuvieron que derribar la puerta. Hace dos a?os, Garc¨ªa hiri¨® a Espinosa con un cuchillo, pero no fue internado, seg¨²n los vecinos.
El ataque de Ignacio Garc¨ªa, que viv¨ªa en el 7? C de la escalera derecha del n¨²mero 9 de la calle de Porto Lagos de Alcorc¨®n (Madrid), se produjo a las 9.10, mientras Francisca Benito limpiaba el portal. Garc¨ªa le asest¨® al menos seis cuchilladas en el abdomen, otra en la pierna y diversos cortes en las manos. Esto indica, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n policial, que Francisca Benito intent¨® defenderse.
Alertado por los gritos de su esposa, Francisco Espinosa, que barr¨ªa la acera frente al portal, junto al portero de una finca adyacente, entr¨® r¨¢pidamente en el edificio. Al descubrir lo que estaba ocurriendo, se avalanz¨® sobre el agresor de su esposa, pero ¨¦ste, sin dudar un segundo, le acuchill¨®.
Su corpulencia -Garc¨ªa mide 1,80 metros y 'est¨¢ fuerte', seg¨²n sus vecinos- le permitieron imponerse sobre el portero, que no med¨ªa m¨¢s de 1,65 metros. Espinosa recibi¨® al menos dos pu?aladas de gran profundidad en el pecho, que le causaron la muerte pr¨¢cticamente en el acto. Tambi¨¦n ten¨ªa cortes en las manos.
Hace dos a?os, Ignacio Garc¨ªa Margarit ya hab¨ªa agredido a Francisco Espinosa, al que le asest¨® entonces una pu?alada de cuatro cent¨ªmetros y medio de profundidad en un costado. El juez consider¨® el ataque como una 'falta de lesiones', por lo que Garc¨ªa Margarit no ingres¨® en prisi¨®n ni fue trasladado a un centro psiqui¨¢trico, seg¨²n los vecinos. Adem¨¢s, aseguran que el matrimonio de conserjes, al igual que otros vecinos del mismo edificio, hab¨ªa sido amenazado en otras ocasiones por Garc¨ªa, al que los vecinos califican de 'esquizofr¨¦nico'.
Los cuerpos de los conserjes quedaron tendidos en la alfombra marr¨®n oscura del portal, rodeados de un enorme charco de sangre. El supuesto homicida llam¨® entonces al ascensor y regres¨® a su piso. Fue un vecino quien descubri¨® el doble homicidio y avis¨® a la polic¨ªa.
Hasta el inmueble se desplazaron todas las patrullas disponibles de la comisar¨ªa de Alcorc¨®n y de la Polic¨ªa Municipal. Los agentes subieron directamente a la vivienda del supuesto asesino, siguiendo el rastro de sangre que part¨ªa del portal.
Pero Garc¨ªa se neg¨® a abrir la puerta a pesar de la insistencia de los agentes, por lo que ¨¦stos avisaron por tel¨¦fono a la titular del Juzgado n¨²mero 3 de Alcorc¨®n, que estaba de guardia, para comunicarle esa resistencia. La magistrada autoriz¨® entonces la entrada en la casa.
Una vez conseguido el permiso, tuvieron que intervenir los bomberos para derribar la puerta. El supuesto homicida fue detenido sin que opusiera resistencia. Los agentes de la polic¨ªa cient¨ªfica inspeccionaron la vivienda y recogieron diversos cuchillos de la cocina para intentar determinar si alguno hab¨ªa sido el arma utilizada en el crimen.
M¨¢s tarde, Ignacio Garc¨ªa fue trasladado a una comisar¨ªa. Al salir del edificio, los vecinos que esperaban en la calle le recibieron con insultos. El supuesto criminal llevaba vendada la mu?eca izquierda, ya que se hiri¨® durante la agresi¨®n.
Con este homicidio, son ya 37 las muertes violentas registradas en la Comunidad de Madrid desde principios de a?o.
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