Un desconocido en el podio
El lituano Rumsas ha sido la gran sorpresa de la carrera
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
El ciclismo del Este es otra historia. Carreras peque?as. Sueldos peque?os. Viajes en furgonetas estrechas por medio mundo. Equipos de tercera divisi¨®n. Carreras de quinta categor¨ªa. En Sur¨¢frica, en Venezuela, en Argentina, en Cuba, en Polonia, en el Reino Unido, en Australia, Estados Unidos o Alemania. M¨¢s de cien d¨ªas al a?o de competici¨®n. Poco seguimiento. Pura supervivencia. En ese mundo, creci¨® y se desarroll¨® Raimondas Rumsas, lituano rubio y claro, que ayer fue la cara nueva, el desconocido, que subi¨® a un podio que los dos a?os anteriores hab¨ªa ofrecido a los tres mismos personajes y en el mismo orden: Armstrong, Ullrich, Beloki.
Rumsas creci¨® y se hizo bueno en Sulite. A los 13 a?os gan¨® la primera carrera en la que compiti¨® y fue, poco a poco, subiendo todos los escalones hasta convertirse en la mejor promesa nacional. Ya no viv¨ªa en la granja de sus padres, 30 hect¨¢reas de patata y remolacha y algunos animales, que todav¨ªa cultivan. Ya se hab¨ªa casado con Edita, una belleza estilo Kurnikova, y ya viv¨ªa en la capital. Ya era un crack. Y como tal pas¨® al mejor equipo de la vecina Polonia, al Mroz, poco presupuesto, poco material, poco sueldo, muchas carreras. 'Yo siempre he sido fuerte, lo que pasa es que antes no pod¨ªa participar en las grandes carreras, en las cl¨¢sicas y grandes vueltas, y nadie me conoc¨ªa'. Estaba fuera del circuito. Lejos de una Europa opulenta que no le abr¨ªa las puertas pese a demostraciones como la que hizo en el Mundial de Valkenburgo, en 1998. No ten¨ªa contactos en Italia, la gran v¨ªa de entrada del Este, y tuvo que seguir en el Mroz, hasta que, en 1999 gan¨® la Semana Lombarda y se ech¨® un protector italiano, Piero Pieroni, un ex masajista de Moser, que le coloc¨® en el Fassa Bortolo. Empez¨® a ganar dinero. Se fue con mujer y tres hijos a vivir a Lunata, en Toscana, y all¨ª empez¨® a hacer carrera y a tener problemas.
'Todo el mundo dice que le dej¨¦ marchar porque tuvo problemas con el l¨ªder del equipo, Casagrande', dice, voz alta, tono fuerte, Giancarlo Ferretti. 'Pero fue una decisi¨®n puramente comercial, que es la que manda en el ciclismo. Rumsas ped¨ªa mucho dinero, y quiz¨¢s lo mereciera, pero Rumsas no es italiano. Y eso se nota en la resonancia de sus victorias. Cuando gan¨® el Giro de Lombard¨ªa, la noticia era peque?¨ªsima. Y ahora, su podio tendr¨¢ menos repercusi¨®n en la prensa italiana que el maillot blanco de Basso. No tuve elecci¨®n'.
La versi¨®n de Rumsas difiere. Con el Fassa Bortolo debut¨® en la Vuelta 2000 y termin¨® quinto. Demostr¨® que aparte del car¨¢cter y el hambre de victorias, ten¨ªa calidad, contrarrelojeaba, escalaba y sprintaba como los mejores. Y aguantaba tres semanas. Luego gan¨® en Lombard¨ªa. Y luego lleg¨® Casagrande al equipo. Y le marc¨® con una cruz. Le borr¨® del equipo que deb¨ªa ir al Tour, tambi¨¦n del Giro. Y Rumsas, que hab¨ªa ganado la Vuelta al Pa¨ªs Vasco, que se sent¨ªa fuerte para la carrera francesa, se rebot¨®. Se fue al Lampre.
No empez¨® bien en el equipo de Pietro Algeri. Se cay¨® en marzo en el Giro del Etna. Se dio un buen golpe en la cadera. Estuvo parado. Reapareci¨® en el Pa¨ªs Vasco, y sufri¨® el fr¨ªo, porque, pese a ser lituano, el fr¨ªo no le va. Pero sonri¨® y hace un par de meses le dijo a su director: 'Voy a subir al podio del Tour'. A Algeri le gust¨® que tuviera ambici¨®n y le dej¨® que se preparara para el Tour a su gusto. Y como Beloki en 2000, Rumsas debut¨® y acab¨® tercero de una carrera de la que no conoc¨ªa ni una sola de las subidas. 'Por eso he ido a rueda todo el tiempo', dice, 'porque si no conoces d¨®nde te metes, ?c¨®mo vas a atacar?'.
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