El valioso bot¨ªn de 'D'Artagnan'
Un desempleado romano recoge m¨¢s de 250 euros diarios en la Fontana de Trevi
Las monedas que los turistas arrojan en la Fontana de Trevi ser¨¢n recogidas diariamente por empleados municipales para evitar que algunos indigentes, en especial uno famoso en la zona, Roberto Cercelletta, llamado tambi¨¦n D'Artagnan, las robe antes de que sean destinadas a obras de beneficencia. Hasta ahora las recog¨ªan una vez a la semana.
El caso de D'Artagnan, que especialmente en los meses de verano hace el agosto, no es una de tantas leyendas urbanas, y para demostrarlo se deja fotografiar por los turistas mientras adopta su pose. Este famoso personaje, que varias veces por semana, entre las cinco y las seis de la ma?ana, procede con su rastrillo especial (acorde a las normas del ente del Patrimonio Cultural, para no causar da?os), ayudado por dos colaboradores, y trabaja durante unos 15 minutos. La polic¨ªa cotidianamente le pone una multa por ba?arse en la Fontana. La sanci¨®n no la paga. Entretanto, el desocupado, que desde hace 30 a?os se mantiene gracias a este ingenioso sistema, precisa que no gana 600 euros diarios, como dice el Ayuntamiento de Roma, aunque reconoce que recoge unos 250 al d¨ªa. Arrestado varias veces, nunca pudo ser condenado.
Cercelletta puede reunir el dinero de la fuente porque una sentencia establece que no es de nadie
En 1991, Cercelletta, inv¨¢lido civil, seguido por un asistente social, se cort¨® las venas con una navaja porque el entonces alcalde de Roma no quiso recibirlo. Una sentencia judicial sobre la cuesti¨®n dictamin¨® hace cuatro a?os que 'las monedas arrojadas no son de nadie hasta que las recogen los encargados del municipio'.
Desde 1968, D'Artagnan encuentra en la Fontana de Trevi un r¨¦dito seguro y los agentes apostados en su entorno saben que es in¨²til tratar de intervenir, ya que el hombre se pone violento. Ahora que las monedas ser¨¢n recogidas diariamente, las cosas pueden volverse m¨¢s dif¨ªciles para D'Artagnan, puesto que, como m¨ªnimo, deber¨¢ recoger el bot¨ªn antes que los empleados municipales. Las ganancias de Cercelletta son dif¨ªciles de calcular, aunque se estima que puede reunir 60.000 euros durante un a?o.
Todos los lunes, la fuente, alimentada con aguas del acueducto Virgen, la vac¨ªan los operarios del servicio de limpieza, que recogen las monedas bajo la vigilancia de la polic¨ªa. El valor de las monedas recolectadas es destinada a C¨¢ritas, que entrega los fondos a la cooperativa Solidaridad por la Igualdad, que se ocupa de familias afectadas por el sida. Cada cierto tiempo, una comisi¨®n del municipio romano destina las monedas a una entidad ben¨¦fica. La Cruz Roja Italiana las recibi¨® hasta mediados del 2001.
Ahora, con un aspirador adecuado se proceder¨¢ a absorber las monedas diariamente. D'Artagnan, sin duda, tratar¨¢ de mantener sus ingresos y recurrir al ingenio.
Las monedas sumergidas despiertan la curiosidad y, en cierto sentido, la avidez de otras personas. Hace dos a?os, una anciana fue a pescar monedas para comprarle libros de estudio a los nietos, al menos seg¨²n su versi¨®n. Tras ser detenida obtuvo una ayuda gracias a una colecta organizada por parte de los conmovidos carabineros.
La Fontana es un monumento emblem¨¢tico de Roma y siempre ha estado presente en el acontecer mundano de la ciudad. Hace un tiempo fue vendida a un americano en un filme de Tot¨® y fue escenario en los a?os cincuenta y sesenta de la Roma de la Dolce vita, de Fellini. Recientemente fue subastada en un acto simb¨®lico promovido por la oposici¨®n para denunciar una ley privatizadora llamada salvad¨¦ficit, impulsada por el Gobierno. All¨ª, Alberto Sordi, el mes de febrero pasado, dio el ¨²ltimo adi¨®s a la vieja moneda italiana arrojando un pu?ado de liras de oro.
La antigua usanza de brindar con su agua para poder volver a Roma fue cambiada en tiempos m¨¢s recientes por arrojar una moneda de espaldas, probablemente por la dificultad de llegar al flujo de agua que sale entre Neptuno, los caballos marinos y los tritones.
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