Caterva de genios

El ex Stone ha vuelto de gira por Espa?a acompa?ado por una caterva de genios musicales. Wyman volvi¨® a plantarse en mitad del escenario con su mejor cara de palo, dejando que su pulgar marcase el ritmo distra¨ªdamente en las gordas cuerdas de su bajo y fumando un cigarrillo tras otro. Mientras, como si nada, a su alrededor explotaba todo un castillo de fuegos artificiales con los colores del mejor blues, rhythm'n'blues, country, soul y rock'n'roll de siempre, ilustrado con algunas de sus m¨¢s logradas p¨¢ginas sonoras. La superbanda arranc¨® con una bater¨ªa de cl¨¢sicos de ritmo m¨¢s o menos fren¨¦tico -Let the good times roll, Jitterbug boggie...-, pero enseguida la voz extraordinaria de la ¨²nica mujer de la banda, Beverly Skeete, atac¨® un Trust in me lleno de terciopelo y fuego.

Poco a poco, el micr¨®fono iba cambiando de manos y el incre¨ªble guitarrista Lee acomet¨ªa I'm Ready; el citado S¨¢nchez hac¨ªa saltar chispas de sus 72 teclas a los sones de Too late o la no menos a?eja Chantilly lace -con charla telef¨®nica a trav¨¦s de m¨®vil incluida-; el nunca excesivamente ponderado Georgie Fame tej¨ªa diabluras con su voz y su ¨®rgano Hammond en Hit the road jack, en medio de la cual hizo un popurr¨ª de m¨¢s cl¨¢sicos, o sacaba el Elvis que todos llevamos dentro en Mistery train. As¨ª, a lo tonto, cayeron 22 temazos sin que ninguno de los int¨¦rpretes llegara a despeinarse siquiera. El discreto n¨²mero de espectadores que pag¨® treinta y pico euros se march¨® contento. Hab¨ªa contemplado un soberano concierto y una lecci¨®n magistral de estilo.