Vaiv¨¦n
Las vacaciones tienen esta virtud, que aprendemos a despedirnos y a recibirnos. Ahora alguien se va, luego alguien llega. O bien nos vamos nosotros, pero no por eso dejan de venir otros. En la portentosa telara?a de la agitaci¨®n veraniega se produce una catarata colosal de saludos (?hola!) y despedidas (?adi¨®s!) que convierten a las estaciones mar¨ªtimas y terrestres, los aeropuertos y las carreteras, en un tremendo teatro en el que la especie ensaya millones de maneras para acoger y alejar.
Ni siquiera el sabio Corominas sabe el origen de la palabra 'hola'. Quiz¨¢ venga del lat¨ªn heus, que se usaba para llamar la atenci¨®n de los inferiores, como un chasquido de dedos. Sabemos, en cambio, con toda exactitud lo que lleva en las tripas la palabra 'adi¨®s'. Algo as¨ª como 'que Dios te proteja'. A nadie le importa la palabra 'hola', toda llegada es un alivio: por fin se alza ante nosotros, bendito sea, alguien vivo. Quiz¨¢ luego demuestre ser un espanto, pero, de momento, ah¨ª tenemos, venida de la nada, una estupenda estampa.
?Ay del adi¨®s! Quien desaparece de nuestra vista, desaparece de nuestro cuerpo y entra en el espacio indeterminado e inquietante de los infinitos cuerpos ajenos, se adentra en regiones que no podemos oler, tocar, o¨ªr o ver. ?Que Dios le ampare! Porque, aunque no lo sepa, est¨¢ solo, o sea, sin nosotros, que somos el ¨²nico mundo verdadero.
Yo no s¨¦ si en la econom¨ªa universal, y dado un tiempo discreto, se pronuncian igual n¨²mero de holas que de adioses. Uno tiende a creer que por cada individuo que parte, otro llega. O que aquel que se va, en alg¨²n lugar ser¨¢ recibido. Sin embargo, hay motivos para dudarlo. Esta econom¨ªa de la despedida y el recibimiento puede regirla Sat¨¢n, y que sean m¨¢s los que se van que los que vienen. As¨ª lo dice la sabidur¨ªa popular: partir es morir un poco. Morir es partir demasiado, dec¨ªa el fil¨®sofo.
Sea cual sea la econom¨ªa de los adioses y de los holas, hoy tengo que decirles adi¨®s. Ha sido un placer sentirse acogido. Conf¨ªo en que, una vez haya concluido mi trayecto, volvamos a vernos en el pa¨ªs de los holas.
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