El t¨¦, con 40? a la sombra

Yorkshire en Mollina. El term¨®metro roza los 40 grados a la sombra en campos castigados por el sol, al norte de Antequera. Y all¨ª, en el centro de Andaluc¨ªa, surgen unas casas del m¨¢s puro estilo brit¨¢nico. Este es el paisaje ins¨®lito que encontrar¨¢ cualquiera que visite la localidad malague?a de Mollina. Un lugar que no figura en los grandes circuitos tur¨ªsticos y que, sin embargo, se ha poblado de ingleses que viven en 85 casas prefabricadas o movile house construidas en su propio pa¨ªs o en Espa?a.

Las viviendas se empezaron a instalar hace a?o y medio en el camping Molino del Saydo. El ambiente remite a las campi?as brit¨¢nicas, aunque con bastantes grados m¨¢s. Los habitantes del c¨¢mping son ingleses, parejas de jubilados -pr¨¢cticamente todos superan los 50 a?os- que han elegido estas viviendas, de formas muy parecidas a sus hogares ingleses, para disfrutar del clima andaluz.

'No somos unos j¨®venes que van buscando la playa, lo que queremos es tranquilidad y confort, dos aspectos que estas casas nos proporcionan', comenta Sylvia Bons, una profesora de danza procedente de New Haven, al sur de Inglaterra, que lleva ya un a?o instalada en el camping junto a su marido Albert, antiguo funcionario municipal. Un problema de salud la llev¨® hasta Mollina, donde dice que se respira 'un aire m¨¢s puro' que en su ciudad de origen. Sylvia afirma que 'la suavidad del clima de la zona, sobretodo en los meses de invierno, es el mejor ant¨ªdoto contra una salud delicada'. Durante todo el a?o reside en una modesta casa prefabricada y ni siquiera los rigores del calor veraniego le provocan a?oranza de su tierra. 'En Inglaterra por cada d¨ªa de sol hay cinco de lluvia', se?ala para justificar su agrado ante las altas temperaturas.

Las casas gozan de todo tipo de detalles, desde televisi¨®n hasta aire acondicionado. Disponen adem¨¢s de un jard¨ªn y de un porche donde se protegen del sol y toman su tradicional t¨¦ de las cinco de la tarde. 'Tenemos todo lo necesario para vivir', explica Albert, que confiesa su deseo de residir en esta colonia el resto de su vida.

Los alrededores del camping no destacan precisamente por ofrecer m¨²ltiples alternativas de ocio. Sin embargo, los colonos del camping aseguran no aburrirse. La pesca es un socorrido entretenimiento. Tambi¨¦n reciben cursos de espa?ol y disponen de un sal¨®n de belleza en el complejo. 'Lo que queremos es una vida relajada. No necesitamos grandes aventuras', comenta Albert, cuya m¨¢xima pasi¨®n es conducir su motocicleta de 600 cent¨ªmetros c¨²bicos por las carreteras m¨¢s cercanas, rememorando la afici¨®n de Lawrence de Arabia cuando se jubil¨®. En ocasiones el propio camping organiza excursiones a M¨¢laga o Granada, pero normalmente sus habitantes no salen del recinto si no es para comprar o tomarse unas cervezas en Mollina.

La relaci¨®n entre los habitantes de este pueblo malague?o y los ingleses es 'magn¨ªfica', seg¨²n manifiestan los propios vecinos de Mollina. Hay brit¨¢nicos que han abierto bares y hasta una inmobiliaria en el pueblo. La integraci¨®n es total. Los ingleses est¨¢n colaborando en la creaci¨®n de una p¨¢gina web sobre la localidad y algunos hasta se han empadronado en el municipio. 'Hemos encontrado un tesoro en el sitio que menos esper¨¢bamos', comenta Albert.