La ruta del colesterol
El carril bici que une l'Horta Sud con Valencia es ocupado cada d¨ªa por una procesi¨®n de jubilados para combatir sus achaques con una caminata
Estamos en las afueras de Catarroja, en el t¨¦rmino del pueblo donde antes hab¨ªa huerta, y ahora s¨®lo hay rotondas para los coches y proyectos urban¨ªsticos que se multiplican exponencialmente. El paisaje es aburrido y duro: evoca, por omisi¨®n, la naturaleza que nunca volver¨¢.
Pero la vida se impone de maneras muy extra?as. Porque como en un espejismo de verano, una procesi¨®n de jubilados se ve a lo lejos, viniendo desde Albal, el pueblo vecino. Van despacio, pero no paran. Parecen impulsados por un resorte, como si nunca hubieran hecho m¨¢s que eso. Celebran que est¨¢n vivos. Y lo hacen cada d¨ªa, desde hace un par de a?os. Sin que nadie pueda saber qui¨¦n lo hizo primero, qui¨¦n determin¨® primero esa moda, o ese ejercicio. Son docenas. Cientos a veces. Salen en la tarde-noche, cuando el sol ya no aprieta. Prefieren esto al baile: es m¨¢s sano, y tambi¨¦n permite las relaciones sociales (alguna pareja tard¨ªa se ha consolidado aqu¨ª). Es la llamada 'ruta del colesterol', un camino que serpentea desde Albal y Catarroja a trav¨¦s de Massanassa, Alfafar, Benet¨²sser, y se queda a las puertas de Valencia. Todos estos pueblos est¨¢n uno junto al otro, y este camino comunica sus afueras. 'Creo que el caminet tiene unos seis kil¨®metros de largo', indica Vicent,que, con 65 a?os, sale a hacer 'la ruta' cada noche. 'Vengo de Sedav¨ª a Catarroja, y luego me vuelvo'.
Donde antes hab¨ªa huerta, ahora s¨®lo hay rotondas para coches y proyectos urban¨ªsticos
'La verdad es que dan un poco de pena los ciclistas, esto era suyo y ahora es de las mam¨¢s'
?Y por qu¨¦? 'Porque lo aconseja el m¨¦dico y porque ves a gente'. Falta otro motivo habitual. 'Porque, en medio de tanto asfalto, como es un espacio abierto, piensas que est¨¢s en plena naturaleza', apunta Carmen, jubilada, que incluso se arregla al estilo de los domingos para llevar a cabo la caminata. Efectivamente, el aire es puro, y las vistas refrescantes... si s¨®lo miras hacia la izquierda mientras caminas en direcci¨®n a Valencia. Es decir, si miras a las afueras de las afueras. Porque si miras a la derecha, te encuentras con c¨®mo los nucleos urbanos de los pueblos se han ido comiendo terreno de manera desasosegante, y entonces la 'ruta del colesterol' parece una especie de frontera entre lo que fue l'Horta y lo que, implacablemente, puede llegar a ser. La referencia al colesterol le viene dada a esta senda porque, seg¨²n apuntan los caminantes, caminar es bueno si tienes exceso de grasa en la sangre. 'Pero no s¨®lo', apunta Mar¨ªa, caminante veterana, que circula por aqu¨ª incluso los fines de semana, 'los m¨¦dicos ya conocen este camino y te lo recomiendan si tienes artrosis, diabetes, lo que sea; parece que ¨¦sta es la mejor medicina'. 'La verdad es que dan un poco de pena los ciclistas', reconoce, 'porque esto era suyo antes, y ahora lo hemos ocupado las mam¨¢s'. Cierto, pero es que no siempre las cosas dan la utilidad para la que estaban destinadas.Te¨®ricamente, esta senda es un carril bici, pero ahora los ciclistas han de esquivar constantemente a los que caminan, haciendo sonar el timbre hasta la extenuaci¨®n. Y han de esquivar tambi¨¦n a los j¨®venes que corren, y a los que van a pasear al perro, y hasta a los que van a caballo, que alguno se ha visto. El proyecto del carril bici, seg¨²n el ayuntamiento de Catarroja, lo comenz¨® la Consejer¨ªa de Urbanismo en el a?o 93, y abarcaba a¨²n m¨¢s pueblos. El expediente del proyecto dice que el plan era estructurar un camino que compusiera una ruta cultural en bicicleta para mostrar a velocidad de paseo la evoluci¨®n de los municipios a aquellos que lo transitaran. La ruta deb¨ªa moverse como un lengua muy larga a trav¨¦s de las distintas etapas urban¨ªsticas de la zona, desde el interior romano y el musulm¨¢n, hasta el desarrollismo franquista, que tanto se ceb¨® en esta subcomarca. En cambio se ha quedado en lo que se ha quedado. Adem¨¢s, nadie se toma esto como una excursi¨®n en el tiempo pasado, sino como una manera de escapar al tiempo presente. Pretend¨ªa relacionar a los grupos escolares de l'Horta con su entorno a lomos de una bicicleta. Pero han sido los padres y abuelos de ¨¦stos los que han ocupado el lugar. Y se les nota cierta satisfacci¨®n, ya que por una vez, ellos, y no sus descendienes, son los protagonistas de un fen¨®meno.
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