Residencias para la tercera edad

Como tanto y tan mal se habla ¨²ltimamente de las residencias de la tercera edad, me gustar¨ªa escribir estas l¨ªneas para contar mi experiencia en una de ellas.

Hace tres a?os ingresamos a mis t¨ªos en la residencia de la Comunidad de Madrid Parque Coimbra, de M¨®stoles; ella contaba 98 a?os y su marido, 101; todos los monitores de la residencia han ido comprobando c¨®mo Francisco -as¨ª se llamaba mi t¨ªo- se ha ido poco a poco apagando y ellos, en todo momento, han estado all¨ª a su lado, acopl¨¢ndose a todas las asistencias y necesidades que iba requiriendo.

Cuando hace ya unos d¨ªas su estado empeor¨®, fue trasladado a la enfermer¨ªa, y all¨ª vimos c¨®mo los m¨¦dicos y enfermeras no paraban de entrar y salir de su habitaci¨®n, haciendo lo imposible por agarrarle a la vida. Cuando todos vimos que hab¨ªa llegado su final, siguieron prest¨¢ndole su apoyo, aliviando su dolor en lo que les fue posible, a la vez que no dejaban de ayudar a cada uno de los miembros de la familia que ¨ªbamos a visitarlo.

Ahora que ha pasado lo inevitable, siguen siendo un apoyo fundamental para mi t¨ªa, a la que no dejan de besar y acariciar, mostr¨¢ndole todo su cari?o. Para nosotros, los familiares, ha sido muy importante esta actitud, que nos ha dado gran confianza y apoyo. Nos est¨¢ ayudando a superar estos duros momentos y a la vez nos aporta la serenidad de haber hecho todo lo posible para que una persona muy querida haya tenido lo que se merec¨ªa hasta el ¨²ltimo momento.