'Y esta ley ?me sacar¨¢ de la calle?'
Las prostitutas se sienten las grandes olvidadas del decreto de la Generalitat catalana para regular los locales de alterne
En la madrugada de las Ramblas de Barcelona, cuando la ciudad duerme, e incluso los turistas se despegan de esta anta?o libertina arteria de la ciudad, nadie pensar¨ªa que las mujeres que hacen guardia entre portales y farolas no existen a efectos legales. Que las prostitutas que han ocupado toda la vida las gastadas aceras de las Ramblas sigan sin tener un reconocimiento legal y social es algo que ni ellas mismas entienden. Por ello tampoco ven muy claro que el decreto aprobado por el Gobierno catal¨¢n sobre regulaci¨®n de las casas de citas sea algo que vaya con ellas. Hacen la calle y, una vez m¨¢s, se quedar¨¢n fuera de la ley.
'No me interesan mucho las leyes, lo ¨²nico que me importa es salir de esto', explicaba la madrugada del mi¨¦rcoles Janet -as¨ª dice llamarse- una surafricana de veintipocos a?os que trabaja en la ciudad desde hace 10 meses. 'Estar en la calle es duro, por aqu¨ª pasa gente muy impresentable, grupos de turistas que te tocan el culo o gente que despu¨¦s no quiere pagarte'. 'Esto no es un buen negocio', explica antes de humedecerse los labios y proseguir: 'En verano las cosas no est¨¢n mal, pero en invierno no puedes estar con poca ropa esperando a los clientes, y los hostales te cobran 10 euros por una hora de habitaci¨®n'.
En Espa?a ejercen m¨¢s de 300.000 mujeres que atienden a 450.000 clientes diarios
Al conocer los puntos b¨¢sicos del decreto -medidas de higiene, horarios de los clubs y controles sanitarios en las casas de citas- Janet se calla por un momento. 'Y qu¨¦ ser¨¢ de nosotras, de las que no estamos en un club, ?esta ley nos va a sacar de la calle?'
Justo en el otro tramo de la Rambla, Carmen, de 57 a?os, explica que el decreto aprobado el pasado jueves por la Generalitat llega demasiado tarde. Ya no le importa casi nada, excepto su hija. 'Me alegro por los locales de alterne, pero no s¨¦ qu¨¦ va a ser de nosotras, aunque yo ya estoy acostumbrada a ir a la m¨ªa y, total, de aqu¨ª a tres a?os me jubilo', afirma esta leridana que antes que en la Rambla barcelonesa, ejerci¨® en la carretera de Andaluc¨ªa y en un local de alterne en Vic (Barcelona). 'Aquello estaba todo m¨¢s arregladito, pero era mucho estr¨¦s, porque los propietarios nos ten¨ªan trabajando siempre, y all¨ª ven¨ªan t¨ªos que no me gustaban nada y me ten¨ªa que aguantar. En cambio, aqu¨ª en la Rambla, si uno no me gusta, pues paso', asegura, aunque reconoce que 'con tanta negrita hay d¨ªas que vuelvo a casa de vac¨ªo'. Carmen lleva m¨¢s de 15 a?os haciendo la Rambla y conoce todos los recovecos. ' Alguna pensi¨®n no est¨¢ mal, pero la mayor¨ªa son muy dejadas', afirma sin dejar de otear el horizonte.
'El decreto es superpositivo, pero falta un detalle important¨ªsimo, que es legislar las condiciones laborales de las que ejercen este trabajo, que es el m¨¢s viejo del mundo', explic¨® ayer Manel Nieto, el responsable de la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA) en Catalu?a. Nieto maneja cifras apabullantes: en Espa?a hay 300.000 prostitutas que dan servicio a 450.000 clientes diarios, 'y esto hay que regularlo de alguna manera'. 'La ley nace incompleta, pero rompe el hielo en un tema tab¨², aunque tambi¨¦n antes el aborto y el divorcio eran temas intocables y mira ahora', afirma.
Otro portavoz de ANELA, Joan Cantarero, explica que 'hay que reconocer que este es un negocio muy heavy y muy sui generis, pero de alguna manera hay que regular los clubs Mackinavaja, como los llamo yo'. Se refiere a los bares de carretera donde no se sabe lo que pasa y lo que se hace por voluntad o por extorsi¨®n. Seg¨²n ANELA, en Espa?a funcionan unos 18.000 clubs de carretera, adem¨¢s de 1.350 locales grandes de alterne, 'de los que s¨®lo 207 pertenecen a nuestra asociaci¨®n', a?ade Cantarero.
El alcalde de Castelldefels, una de las localidades del ¨¢rea de Barcelona con m¨¢s tradici¨®n en el mundo de los grandes clubs de alterne, ve con buenos ojos la nueva ley. Pero teme que se quede corta. Antonio Padilla (PSC) cree que 'el error es dejar fuera de la ley a estas mujeres, espero que esto sea el primer paso para la legislaci¨®n de este trabajo'.
En un club de alto standing de Barcelona que ya cumple con los requisitos que anuncia el decreto, los trabajadores est¨¢n la mar de tranquilos. 'Aqu¨ª se gana dinero y las chicas van y vienen de toda Espa?a y de fuera', aseguraba ayer el encargado. 'Est¨¢n una temporada aqu¨ª, pagan la entrada con consumici¨®n, se relacionan con los clientes, y si hay acuerdo, pagan una habitaci¨®n y ya est¨¢. Cuando la chica se cansa, pues se va a otra ciudad y lo mismo otra vez. No s¨¦, creo que hay poco por regular'.
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