Angustia normativista
Una lectora advert¨ªa en las cartas al director de la necesidad de utilizar las manos que requiere fumar en el coche, y que, si se ha prohibido el uso de tel¨¦fonos m¨®viles por ese motivo, la conclusi¨®n cae por su peso. (A la vez, la sagaz observadora se sonr¨ªe contra el tabaco). No menciona que lo mismo ocurre con la radio del coche, que tambi¨¦n requiere del uso de las manos, al menos de una, y distrae la atenci¨®n. De las carreteras se retir¨® la publicidad porque distra¨ªa. Quedaron descubiertos paisajes hermosos que tambi¨¦n distraen.
Las mujeres atractivas distraen mucho, a m¨ª me pasa, y tambi¨¦n a otros, y provocan accidentes, que lo s¨¦ por las pel¨ªculas. Hasta los otros conductores distraen bastante de la conducci¨®n ideal. Que proh¨ªban todo eso. Seguridad vial, ante todo; angustia normativista tercer milenio, no, gracias. Un ex fumador.-
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