El preciado voto de la costa
El PSOE ha perdido un 20% de sufragios en los n¨²cleos urbanos m¨¢s desarrollados del litoral andaluz
La expansi¨®n demogr¨¢fica y econ¨®mica que en los ¨²ltimos a?os ha experimentado la franja litoral de Andaluc¨ªa ha tenido, entre otras consecuencias pol¨ªticas, un fuerte desgaste para los partidos de izquierda, especialmente para el PSOE, que no ha sabido reciclar ni su proyecto ni sus dirigentes para dar respuesta satisfactoria a las nuevas expectativas y necesidades de un espacio en el que se concentra la tercera parte de la poblaci¨®n y donde se genera casi el 40% del Producto Interior Bruto regional.
La sangr¨ªa de votos socialistas en las elecciones municipales es mucho m¨¢s evidente en los 61 municipios de la costa que en el interior. En las cinco convocatorias celebradas entre 1983 y 1999, estos apoyos menguaron 12,3 puntos, aunque en la franja costera de C¨¢diz y M¨¢laga, donde se concentran los n¨²cleos urbanos m¨¢s desarrollados, la p¨¦rdida fue de 19 y 20 puntos, respectivamente.
Pr¨¢cticamente, la mitad de los electores de los 30 municipios costeros que suman estas dos provincias votaron en 1983 al PSOE, partido que en 1999 ya s¨®lo logr¨® el 27,4% del electorado del litoral de M¨¢laga y el 31,8% del de C¨¢diz, aunque en ninguno de los dos casos se vio superado por el PP (empate en M¨¢laga y 11 puntos de ventaja socialista en C¨¢diz).
El Partido Andalucista (PA) gobierna en cuatro municipios, Izquierda Unida en dos, y los siete restantes tienen alcalde independiente, dos de ellos del Grupo Independiente Liberal (GIL).
Si se consideran los datos globales de los gobiernos municipales, el PSOE ofrece una apariencia de hegemon¨ªa, pues ostenta 26 alcald¨ªas, cuatro m¨¢s que el PP. Pero si se contempla las caracter¨ªsticas de los municipios, aparecen algo m¨¢s que matices, puesto que 18 de las 26 alcald¨ªas socialistas se localizan en poblaciones con menos de 20.000 habitantes.
En los municipios costeros de Granada y Huelva, m¨¢s despoblados y con un componente agr¨ªcola a¨²n muy importante en sus econom¨ªas, los socialistas mantienen muy alto su umbral de voto (43% y 45% respectivamente), y apenas han perdido entre seis y siete puntos desde 1983.
Muy ilustrativo es el caso de Almer¨ªa, donde los socialistas lograron en 1999 el 40% de los votos y mantienen seis de las 12 alcald¨ªas, pero el PP gobierna las dos principales aglomeraciones, El Ejido y Roquetas. Almer¨ªa es la ¨²nica de las cuatro capitales costeras donde el PP no gan¨® en 1999 con mayor¨ªa absoluta, lo que propici¨® que el PSOE pactara con IU para recuperar la alcald¨ªa.
El litoral andaluz, que hasta mediados del siglo XX apenas ten¨ªa peso en el conjunto de la econom¨ªa regional, ha vivido una espectacular explosi¨®n demogr¨¢fica en los ¨²ltimos 30 a?os que conlleva una fuerte presi¨®n sobre el medio ambiente, y de manera particular sobre el suelo. El 33% de la poblaci¨®n andaluza (2.486.274 habitantes, seg¨²n el censo de 2001) vive en las 61 localidades costeras, que apenas representan el 8% del total de los municipios.
El censo regional ha aumentado un 14,9% desde 1981, pero los 12 municipios costeros de Almer¨ªa han crecido un 43%; los 14 de M¨¢laga, un 35%; los 10 de Huelva y los 9 de Granada, un 21%; y los 16 de C¨¢diz, un 18%. En la franja litoral se localizan 11 de las 15 ciudades andaluzas no capitales de provincia con m¨¢s de 50.000 habitantes, y 12 de las 37 mayores de 20.000.
El equilibrio territorial de Andaluc¨ªa se ve as¨ª muy comprometido. Esta concentraci¨®n de poblaci¨®n se ha producido a costa de una fuerte despoblaci¨®n de los n¨²cleos rurales del interior. Y es que buena parte de las mejores oportunidades de desarrollo que ha encontrado la econom¨ªa regional se han localizado a orillas del mar, en las m¨¢s diversas actividades: la industria (polos de la Bah¨ªa de C¨¢diz, Campo de Gibraltar y Huelva), el turismo y la construcci¨®n; e incluso la agricultura (cultivos bajo pl¨¢stico en Almer¨ªa, y de frutas y flores en Huelva y C¨¢diz).
Transformaciones
La transformaci¨®n ha sido en algunos casos vertiginosa, y ha puesto a prueba la capacidad de adaptaci¨®n de los partidos hegem¨®nicos. El coordinador del foro sobre la Segunda Modernizaci¨®n de Andaluc¨ªa auspiciado por la Junta, Manuel Pezzi, explica que 'el perfil de la poblaci¨®n ha cambiado, ya no sirven los recuerdos hist¨®ricos y la gente demanda sobre todo servicios. El nivel de vida de estos municipios ha subido much¨ªsimo, pero el PSOE sigue manteniendo un mensaje tradicional, dirigido principalmente a la clase media-baja, y adem¨¢s muchas veces con gente que no tiene una perspectiva clara de la transformaci¨®n producida'. Pezzi contrapone la trayectoria del PSOE con la del PP; partido que asegura ha sido m¨¢s pragm¨¢tico gracias a su 'desparpajo ideol¨®gico'.
Pero el ascenso del PP no ha sido directamente proporcional al descenso socialista. Excepto en Almer¨ªa, donde los populares han aumentado sus votos 18 puntos desde 1983, y rozaron en 1999 el 40% de los apoyos, en el resto de municipios costeros su ascenso oscila entre los cinco puntos en C¨¢diz y unos nueve en Huelva, M¨¢laga y Granada, con un techo del 33%.
Esta falta de respuesta de los partidos convencionales ha propiciado que en buen n¨²mero de ayuntamientos se cuelen partidos independientes, en su mayor¨ªa de tinte localista porque su nacimiento suele estar motivado por intereses muy espec¨ªficos y en conflicto con las grandes formaciones. Su presencia es especialmente significativa en las costas de M¨¢laga y C¨¢diz, justamente las m¨¢s urbanas, y donde el Grupo Independiente Liberal (GIL) de Jes¨²s Gil tiene su feudo.
En los municipios costeros de M¨¢laga, PSOE y PP sumaron cada uno en 199 el 27% de los votos, mientras que la suma de las formaciones independientes acapar¨® el 21%. Y en C¨¢diz, el voto a grupos independientes (21,4%) super¨® incluso al PP (20,7%), frente al 31,8% del PSOE. 'Hay grupos de intereses con formaci¨®n y capacidad econ¨®mica para montar candidaturas, y no es ya que consigan m¨¢s o menos alcald¨ªas, es que uno o dos concejales pueden tener un voto determinante para decidir sobre todo en cuestiones urban¨ªsticas', afirma un ex concejal de M¨¢laga.
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