A mis soledades voy, de mis soledades vengo...
Durante estos d¨ªas, las fachadas de los edificios de la ciudad de Alcorc¨®n se ven repletas de carteles que reproducen un bando del alcalde dando cuenta de un concurso para la adjudicaci¨®n de viviendas en r¨¦gimen de alquiler.
Para tener derecho a una de las viviendas que entran en el sorteo (algunas se adjudican previamente) son necesarios unos requisitos que, caso de no cumplirse, descalifican al solicitante. Y el primer motivo descalificador es la soledad.
Es decir, vivir s¨®lo no da derecho a una vivienda de renta econ¨®mica.
?Acaso creen estos gobernantes que la ausencia de compa?¨ªa es sin¨®nimo de econom¨ªa boyante?
Y no es que me sorprenda el desamparo y la marginaci¨®n que sufren quienes viven solos; lo sorprendente es que nadie lo denuncie p¨²blicamente.
Para mayor escarnio, los impuestos de esos eremitas (voluntarios o involuntarios) se utilizan para construir una 'casita' de 1.800 metros cuadrados, que ha costado m¨¢s de cuatro millones de euros, para que el Pr¨ªncipe viva solo.
?Ganas dan de apearse del mundo sin esperar a que lo paren!
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