Luz que deslumbra Am¨¦rica
Dentro del universo de la m¨²sica celta, siempre dado a discusiones enfervorizadas entre puristas y heterodoxos o entre recuperadores del acervo hist¨®rico y compositores de nueva hornada, rara vez se hab¨ªa alcanzado un grado tan amplio de consenso como el que distingue a Solas, un quinteto de ascendente irland¨¦s afincado primero en Nueva York y actualmente en Filadelfia. El grupo que comanda el joven flautista, mandolinista y banjista Seamus Egan, una de las mentes m¨¢s preclaras de su generaci¨®n, estrena una imagen m¨¢s modernizada con su quinto disco en s¨®lo seis temporadas, The edge of silence, pero conserva intactas sus caracter¨ªsticas: sonoridad exquisita, abrumadora destreza instrumental y una voz femenina de primer orden, un papel que en los inicios de la banda correspond¨ªa a Karan Casey y que ahora ha asumido Deirdre Scanlan.
'Puede que ¨¦sta sea nuestra entrega menos tradicional, ciertamente', corrobora Egan, 'pero ello no es sino la culminaci¨®n de un proceso evolutivo que ya hab¨ªamos emprendido con nuestros dos ¨¢lbumes anteriores, The words that remain y The hour before dawn'. Y concreta: 'Hasta ahora hab¨ªamos salpicado piezas tradicionales con todo tipo de culturas musicales que en alg¨²n momento nos han podido seducir. La concepci¨®n de este nuevo disco ha sido justo la contraria: partir de un material no tradicional y arrimarlo a nuestro terreno de lo folcl¨®rico'.
En efecto, en este The edge of silence destacan las versiones de un repertorio nada frecuente en la m¨²sica de inspiraci¨®n ga¨¦lica, como Clothes of sand, de Nick Drake; Dignity, de Bob Dylan, y Georgia Lee, de Tom Waits. La lectura de esta ¨²ltima es acaso la m¨¢s llamativa: cualquiera que no conozca el original podr¨ªa pensar en alguna cl¨¢sica lamentaci¨®n irlandesa fechada hace un par de centurias. 'Puede que alguno de nuestros seguidores se extra?ara de encontrar a estos autores en los cr¨¦ditos, pero lo habr¨¢n comprendido al escuchar las versiones', asegura Egan. De hecho, este ilustre vecino de Hatboro (Pensilvania) prob¨® suerte con docenas de canciones norteamericanas 'hasta acertar con aquellas que pod¨ªamos hacer propias'.
Solas debut¨® en 1996 con un extraordinario disco hom¨®nimo que produjo, al igual que Sunny spells and scattered showers (1997), el virtuoso escoc¨¦s del viol¨ªn Johnny Cunnigham (Relativity, Silly Wizard, Nightnoise). Por entonces el quinteto se centraba en la recreaci¨®n de vertiginosos reels y jigas tradicionales, tal y como puede comprobarse en el DVD Solas live, registrado en Vermont el 17 de marzo de 1998, festividad de San Patricio.
Los nuevos derroteros del quinteto, m¨¢s ecl¨¦cticos, arriesgados y al¨¦rgicos a los prejuicios, les han llevado a confiar la producci¨®n de The edge of silence a Neil Dorfsman, un personaje en cuyo curr¨ªculo figuran nombres como los de Paul McCartney, Sting o Dire Straits. 'Busc¨¢bamos otro espectro, pero sin perder las caracter¨ªsticas m¨¢s reconocibles de nuestro sonido. Neil nos permiti¨® mantener un pie en cada mundo', relata Seamus. Y a?ade: 'Su m¨¦todo de trabajo es muy curioso. Nos oblig¨® a aprendernos todas las canciones con gran precisi¨®n, durante largas horas de ensayos, antes de grabarlas. Cuando llegamos al estudio nos explic¨®: 'Muy bien, ahora pod¨¦is cambiar e improvisar todo lo que os venga en gana'. Puede parecer un sinsentido, pero funciona...'.
Los reconocimientos a este
quinteto se
han ido acumulando. Sus cinco discos reciben cr¨ªticas entusiastas a ambos lados del Atl¨¢ntico ('son la mejor banda tradicional irlandesa del mundo', sentenci¨® el Boston Herald), y en Estados Unidos les reclaman en docenas de festivales; no s¨®lo celtas. Adem¨¢s, los miembros desgajados del proyecto original han emprendido carreras en solitario muy apreciables: Karan Casey, la primera vocalista, con Songlines y The wind begins to sing, y el zurdo John Doyle, guitarrista hasta el pen¨²ltimo disco, con Evening comes early.
El propio Seamus Egan, que en la d¨¦cada pasada encontr¨® tiempo para grabar dos alabados trabajos (A week in January y When Juniper sleeps) y componer la banda sonora de Los hermanos McMullen, sopesa ahora preparar un ¨¢lbum por su cuenta a principios de 2003. 'Solas requiere mucha dedicaci¨®n, pero en estos dos ¨²ltimos a?os tambi¨¦n he aprendido a reservarme un poco de tiempo para m¨ª. Adem¨¢s, el 11 de septiembre me ha acabado de persuadir de que nuestra existencia es verdaderamente ef¨ªmera y que no tenemos tiempo que perder', concluye.
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