'Prefiero que lo derriben todo a que manipulen mi obra'
Giorgio Grassi ha vivido como 'una pesadilla' la noticia de la decisi¨®n de la Generalitat de demoler la restauraci¨®n del Teatro Romano de Sagunto, que ¨¦l proyect¨® en los a?os ochenta junto con su colega valenciano Manuel Portaceli, para cumplir la sentencia del Tribunal Supremo. El prestigioso arquitecto italiano asegur¨® ayer en Valencia, donde concedi¨® una entrevista a EL PA?S, que no comprende la decisi¨®n 'irracional' de derribar su obra, que ¨¦l considera 'una de las m¨¢s importantes' de su dilatada carrera. 'Es una obra que est¨¢ ah¨ª, que es visitada por la gente, que la utiliza con satisfacci¨®n, incluso aquellos que no estaban de acuerdo al principio'. Una obra que 'ahora pertenece totalmente al p¨²blico', que 'ya no es una obra de Portaceli, Grassi o cualquier otro, sino que pertenece ya a los ciudadanos, de manera particular a los de Sagunto, que lo ven como algo suyo, familiar, que se ha convertido en algo natural, como si estuviera all¨ª m¨¢s tiempo del que est¨¢'.
'La insistencia en tirar la obra es est¨²pida. Todo esto tiene un alto porcentaje de estupidez'
'He sufrido. Y sigo sufriendo, porque una obra es como un hijo y a ¨¦sta la quiero mucho'
Se muestra 'disgustado' con el Colegio de Arquitectos de Valencia por haberse 'apartado', por no intervenir en la pol¨¦mica, y hace una referencia cr¨ªtica al arquitecto Salvador Lara, que el colegio propuso a la Generalitat para colaborar en los informes sobre las posibilidades de la demolici¨®n: 'Pienso que merecemos algo m¨¢s, alguien m¨¢s preparado que ¨¦ste que escribi¨® un libro sobre Sagunto, utilizando todo el material de los arque¨®logos que trabajaron con nosotros en el proyecto, sin citarlos, y que es la ¨²nica certificaci¨®n de su sabidur¨ªa en este campo'. Una cr¨ªtica que Grassi hace extensiva a la Escuela de Arquitectura por no salir en defensa de uno de sus profesores, en referencia a Portaceli.
Asegura Grassi que todo esto le parecer¨ªa bien si se tratara de una obra 'indefendible', y puntualiza: 'Pero es una obra que ha merecido el reconocimiento de todas las personas que conozco, respeto y admiro'. No en vano, el proyecto de rehabilitaci¨®n de Grassi y Portaceli ha recibido elogios casi un¨¢nimes, es materia de estudio en numerosas escuelas de arquitectura y fue finalista del prestigioso premio Mies Van Der Rohe de arquitectura.
'No podr¨ªa imagin¨¢rmela diferente', afirma cuando se le pregunta si, pasados ya casi 20 a?os desde que proyect¨® la rehabilitaci¨®n, volver¨ªa a hacerla igual. Sobre la demolici¨®n parcial de la rehabilitaci¨®n contesta tajante: 'Le digo con franqueza que preferir¨ªa que derribaran todo en lugar de manipular mi obra'. Y a?ade: 'Mi miedo es que la obra se convierta en algo absurdo'. Por eso preferir¨ªa 'borrarla' porque eso, dice, 'significar¨ªa que ser¨ªa algo que nunca se hizo'. 'Ahora el teatro de Sagunto es este edificio, todo lo que se hiciera ser¨ªa peor que la demolici¨®n'.
Grassi menciona la patata caliente que la Generalitat gobernada por el PP tiene en estos momentos sobre la mesa: 'La demolici¨®n completa es una toma de responsabilidad de los pol¨ªticos, mientras que una modificaci¨®n de la obra tendr¨ªa en s¨ª misma un aire de justificaci¨®n. En este sentido, mejor borrarla del todo'. Y se lamenta porque toda esta pol¨¦mica tiene, en su opini¨®n, 'un porcentaje de estupidez muy alto'. En defensa de la permanencia de su proyecto saca a relucir el sentido com¨²n y el sentido pr¨¢ctico: 'Es algo que est¨¢ ah¨ª, que contiene un valor en s¨ª, quiz¨¢ no para todos, pero es un valor y no se comprende por qu¨¦ habr¨ªa que renunciar a este valor'. Por eso, afirma Grassi, los saguntinos est¨¢n en contra de la demolici¨®n, porque son 'gente pr¨¢ctica'. Y destaca que muchos que criticaron el proyecto se pronuncian ahora en contra de la demolici¨®n.
Lamenta tambi¨¦n Grassi la 'est¨²pida' insistencia en echar abajo su trabajo sin que la Administraci¨®n que tiene que ejecutar la sentencia haya discutido nunca el asunto con los autores de la rehabilitaci¨®n del teatro. 'Nunca nos han llamado, es como si no existi¨¦ramos, como si nos olvidaran por considerarnos culpables'. Lamenta tambi¨¦n que la Generalitat no se haya planteado siquiera la posibilidad de discutir la culminaci¨®n del proyecto, que qued¨® inacabado, y que tenga 'abandonado' el teatro como 'algo que no se puede mostrar, como si fuera un pecado'.
El arquitecto italiano hace una breve pero demoledora referencia a los argumentos de la sentencia: 'Lo que hab¨ªa antes era en un 90% falso. Si tienen que tirar nuestra obra, tendr¨ªan que tirar con m¨¢s raz¨®n, porque la ley no permite la reconstrucci¨®n mim¨¦tica, todo lo que se hizo en el siglo XX en el teatro de Sagunto'. Y a?ade: 'Nuestro trabajo es ya una adici¨®n hist¨®ricamente justificada, porque tiene una raz¨®n y una teor¨ªa en su base'.
Adem¨¢s, la rehabilitaci¨®n ha tenido otras consecuencias, de manera que, seg¨²n Grassi, en la actualidad, 'cuando se discute sobre restauraci¨®n de patrimonio hist¨®rico, no se puede no tener en cuenta el proyecto de Sagunto', porque es una obra que ha despertado un problema real, el de 'la relaci¨®n entre la arquitectura moderna y los elementos de la ciudad hist¨®rica'. Algo que cobra especial relevancia en pa¨ªses como Italia y Espa?a, con tantas ruinas, que suponen mucho gasto. 'La posibilidad de obtener de estas ruinas algo rentable es un problema central de la cultura, pero tambi¨¦n de la econom¨ªa y de la vida cotidiana', se?ala Grassi. De ah¨ª la importancia que el arquitecto italiano concede al uso del teatro de Sagunto, que en la actualidad se limita a los festivales Sagunt a Escena que se programan cada mes de agosto: 'Es importante que el teatro sea reintroducido en la vida diaria de la ciudad, incluso en beneficio de su conservaci¨®n'.
En la despedida, Grassi confiesa haber 'sufrido mucho' con toda esta pol¨¦mica: 'Y sigo sufriendo, porque una obra es como un hijo y yo a esta obra la quiero much¨ªsimo'.
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