Recetas liberales a la carta
Los l¨ªderes del FDP alem¨¢n buscan votos con una campa?a audaz y unas propuestas adaptables a derecha e izquierda
El partido liberal alem¨¢n, el FDP, quiere para s¨ª un papel protagonista. Por primera vez en su historia, su l¨ªder pelea por ser canciller en las elecciones alemanas del 22 de septiembre. Se llama Guido Westerwelle y tiene 41 a?os. El lema, no s¨®lo de la campa?a, sino del partido desde hace dos a?os, es expl¨ªcito: a por el 18%. Hasta ah¨ª quieren llegar. Eso s¨ª, la ambici¨®n liberal no repara en precios: 'Un voto es un voto, venga de donde venga'. Si el lugar es la extrema derecha a base de coquetear con el siempre espinoso antisemitismo, pues venga. Para eso est¨¢ J¨¹rgen M?llemann, de 55 a?os, ide¨®logo y vicepresidente del partido. Todav¨ªa resuena en Alemania el esc¨¢ndalo de la primavera, cuando el tono antisemita de unas declaraciones de M?llemann causaron conmoci¨®n en un pa¨ªs que a¨²n vive con la sombra de los seis millones de jud¨ªos aniquilados por el nazismo. Algunos dicen que el objetivo de M?llemann era captar el sufragio de los 800.000 votantes musulmanes en Alemania. Otros, que el vicepresidente es el verdadero FDP. ?l se disculp¨® luego en carta p¨²blica presionado por sus compa?eros de filas. Y ah¨ª queda la representaci¨®n para el an¨¢lisis: antisemitismo y populismo europeo a la alemana en un momento en que a Le Pen y a otros les va bien. Los patriotas de la extrema derecha se pusieron contentos. Hasta el austriaco J?rg Haider salud¨® los comentarios de M?llemann.
'?Ha superado el partido la crisis de M?llemann de hace unos meses?', le preguntaron ayer en el diario Welt am Sonntag al candidato a canciller Guido Westerwelle. 'Crisis, ?qu¨¦ crisis? Las encuestas est¨¢n ah¨ª para demostrar que no ha habido tal', responde ¨¦l. Cierto. Los simpatizantes de los liberales suman hoy muchos m¨¢s que en las ¨²ltimas elecciones. Las estimaciones les dan el 9% de los votos. En 1998 consiguieron un 6%.
Para los miembros del FDP, su partido es desde hace dos a?os la refundaci¨®n del antiguo, aquel nacido en la posguerra que ped¨ªa amnist¨ªa para los criminales nazis. Un partido heredero tambi¨¦n del hasta hace poco considerado hogar de los profesionales de clase media y alta, de los bien pagados.
Ahora, seg¨²n Guido Westerwelle, ellos son 'los nuevos liberales para todo el pueblo'. As¨ª redefinieron en 2002 su espectro. 'Alemania necesita pol¨ªticos frescos, viento fresco', dicen. Una nueva generaci¨®n libre de ataduras, con menos control estatal, menos burocracia y menos impuestos. Y m¨¢s libertad, m¨¢s trabajo, m¨¢s inversiones.
El FDP cuenta en su trayecotia con haber gobernado Alemania, a?os atr¨¢s, en coalici¨®n tanto con los socialdem¨®cratas del SPD como con los democristianos de la CDU; ser cuna de famosos pol¨ªticos alemanes, como Hans-Dietrich Genscher, encargado de Asuntos Exteriores en la era de Helmut Kohl y hoy presidente honor¨ªfico. Incluso M?llemann fue dos veces ministro, de Educaci¨®n y Econom¨ªa, en 1987 y 1991.
'Nos env¨ªa el cielo', aseguraba este fin de semana M?llemann encantado, mientras busca los votos, como siempre, a su manera: tir¨¢ndose en paraca¨ªdas por toda Alemania. Un total de 75 veces tiene previsto caer de las alturas. Su jefe Westerwelle lleva ya semanas subido a su furg¨®n amarillo, el Guidomobil, para llegar all¨ª donde se encuentra el pueblo. Tres centenares de actos en 80 ciudades le esperan. 'Westerwelle no hace una campa?a tan seca como la de Schr?der y Stoiber a bordo de sus limusinas'. Un total de 18 razones enumeran para conseguir el voto. 'M¨¢s dinero neto, m¨¢s educaci¨®n, m¨¢s trabajo' son sus tres armas fundamentales. Y bien dirigidas: Alemania supera hoy los cuatro millones de parados, la econom¨ªa y la educaci¨®n viven tiempos dif¨ªciles.
El FDP es el partido m¨¢s grande de los tres peque?os alemanes, por delante de Los Verdes (un 6%) y los ex comunistas del PDS (4%) en intenci¨®n de voto. Westerwelle asegura que se dejar¨¢n cortejar tras el 22 de septiembre, pero los pactos pasan por una condici¨®n: 'Sin un compromiso por un sistema de impuestos m¨¢s bajo, m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s justo no firmar¨¦ ning¨²n acuerdo'.
Un 36% de los alemanes votar¨ªa hoy a los socialdem¨®cratas del canciller Gerhard Schr?der; un 41% a su contrincante Edmund Stoiber, de la uni¨®n de los democristianos de la CDU / CSU. Ambos necesitar¨¢n muy probablemente de una coalici¨®n para gobernar. El FDP representa la ayuda m¨¢s jugosa. Los comentarios de a qui¨¦n se unir¨¢n ya empiezan a caer del cielo, como Moll?mann en su paraca¨ªdas.
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