Una exposici¨®n revela en Biarritz el 'vitalismo' de nueve artistas vascos

No existe un nexo de uni¨®n entre la pintura de Zumeta, Zurriarain, Goenaga, Balerdi, Mieg o Gonzalo J¨¢uregui. Cada uno de ellos tiene su propio lenguaje, su manera de plasmar las emociones en un lienzo. 'Si acaso, lo que les une es el vitalismo', dice la galerista Emilia Epelde. Esta reflexi¨®n se hace patente en Atl¨¢ntica, una exposici¨®n que muestra la obra de once artistas -diez pintores y un escultor, nueve de ellos vascos- en una antigua f¨¢brica de Biarritz.

La exposici¨®n, inaugurada el pasado s¨¢bado, presenta a destacados artistas vascos de tres generaciones en un pabell¨®n industrial de 800 metros cuadrados que antiguamente alberg¨® la imprenta Atl¨¢ntica. Pintores del grupo Gaur como Balerdi y Zumeta o coet¨¢neos suyos como Mieg comparten espacio con artistas nacidos en los 50 - Zuriarrain, Goenaga, Zigor e I?urrieta- y creadores curtidos ya en la Facultad de Bellas Artes, como Fito Ram¨ªrez Escudero y Gonzalo J¨¢uregui. Todos ellos en distintos momentos han hecho una apuesta clara por la pintura frente a lenguajes m¨¢s globalizados. 'Son cl¨¢sicos dentro de un lenguaje contempor¨¢neo', apunta Epelde. 'Y en ¨¦pocas de crisis como ¨¦sta, en cualquier disciplina, hay que conocer a los cl¨¢sicos para, a partir de ah¨ª, tirar hacia adelante y tratar de ser aut¨¦ntico'.

Esta apuesta por la pintura es el hilo conductor de la exposici¨®n, que re¨²ne unas 60 obras. Tienen adem¨¢s en com¨²n su 'vitalidad', seg¨²n la galerista bilba¨ªna. 'Cualquier pintor no queda bien en este tipo de espacios. Tiene que ser un artista de mucha potencia, de mucha vitalidad y preferentemente de grandes formatos'.

Colorismo y abstracci¨®n

Las piezas son mayoritariamente coloristas y abstractas. Cada una, eso s¨ª, representa un lenguaje creativo distinto. El de Santos I?urrieta, por ejemplo, es narrativo y humor¨ªstico, frente al m¨¢s crudo de Goenaga. Sobresale innevitablemente el discurso de Kepa Akixo, Zigor, en este inmenso espacio s¨®lo ocupado en el centro por cuatro de sus esculturas: las que ¨¦l llama 'acumulaciones', juegos sobre el 'caos organizado' y la mano gigante de un mendigo que saluda a la entrada.

Pintura y escultura dialogan en este espacio rehabilitado por los propios galeristas promotores de la muestra -Epelde y Mikel Mardaras-, para dar a conocer el trabajo de estos artistas fuera de Espa?a. 'Hay que dar salida a toda esta gente', se?ala Epelde. 'Se les conoce bien en casa, pero luego nos encontramos con que un Zumeta, de 63 a?os, uno de los pintores vascos de m¨¢s prestigio, apenas es conocido fuera de Euskadi'. Ambos entienden que Atl¨¢ntica es 'una puerta a Par¨ªs, a Bruselas, a Centroeuropa', una v¨ªa para promocionar a estos autores en el extranjero. La muestra sirve tambi¨¦n de contraste entre lo que se est¨¢ haciendo en el Pa¨ªs Vasco y en otros dos pa¨ªses europeos. Y es que los galeristas tambi¨¦n presentan en Biarritz la obra de Jeannette Leroy, una artista francesa de 75 a?os, 'bastante diferente al resto', cuya pintura 'es pura poes¨ªa, pura m¨²sica' y la de Vassili Spataru, un rumano que trabaja como dise?ador.

Las propuestas pict¨®ricas muestran todo su vigor en este espacio. Han sido necesarias tres semanas y diez contenedores para vaciar el pabell¨®n industrial, levantar paredes y convertirlo en una singular sala de exposiciones. 'No hacen falta m¨¢rmoles ni alfombras rojas para montar una muestra como ¨¦sta. Basta con que la pintura sea buena', asegura Epelde. Ella y Mardaras han organizado en los dos ¨²ltimos a?os cuatro exposiciones de grandes dimensiones: la primera, sobre Zumeta, en el bilba¨ªno dep¨®sito franco de Uribitarte, la segunda, sobre Balerdi, en Laminados Velasco y la tercera, una colectiva de 14 artistas vascos en ese mismo espacio.