El Fundi estuvo bravo

Echaron ayer domingo en las Ventas una corrida de Monteviejo que desarroll¨® genio y malas embestidas. De presentaci¨®n impecable, fueron al caballo con muchas desigualdades en cuanto a casta y llegaron al tercio de muerte vendiendo cara su piel. Corrida de toros para se?ores toreros.Y en estas lleg¨® para la ocasi¨®n El Fundi, un veterano que estuvo valiente y cabal, sin negros aires de bravuconer¨ªa, esa que le sobr¨® a los toros.

El Fundi en su primero, un morlaco m¨¢s peligroso conforme avanzaba la lidia, puso banderillas f¨¢cil, resuelto, reuniendo bien arriba. Quit¨® por chicuelinas templadas, enroscadas por el pit¨®n izquierdo, y luego se entretuvo en una faena de muleta en la que consinti¨® tanto, que termin¨® siendo volteado de manera espectacular. Sucedi¨® en una segunda tanda de derechazos, al embarcar uno de ellos, despu¨¦s de haber sido avisado suficientemente. Se lo ech¨® a los lomos y luego le busc¨® con sa?a en la arena.

Sali¨® El Fundi con la taleguilla rota, maltrecho, pero entero y verdadero. Le dio otra serie corajuda y a continuaci¨®n mat¨® por arriba de una certera media estoca en lo alto. Pas¨® a la enfermer¨ªa y luego saldr¨ªa para matar su segundo toro.

Ese segundo toro de El Fundi, que a la postre fue el sexto, era otro Monteviejo duro, al que sometiendo se le hac¨ªa faena. Ten¨ªa m¨¢s genio que casta, y hab¨ªa que poderle sin dudas ni quebrantos. Y eso hizo El Fundi. Series por ambos pitones, unas veces sobre los pies, y otras con la planta quieta y el coraz¨®n en la pa?osa, rematados los pases en donde requer¨ªa el toro. No se llev¨® la oreja, por mor de la espada, pero si el respeto de la afici¨®n.

Joaqu¨ªn D¨ªaz confirm¨® la alternativa con el toro m¨¢s potable del encierro, suerte que supo agradecer, al brindar unos lances de saludo de limpio trazo por el lado izquierdo, as¨ª como un trasteo en el que prim¨® el buen gusto, la cl¨¢sica seriedad, am¨¦n de componer con armon¨ªa y sello propio. Sin ligar faena, derram¨® por el albero naturales y redondos que dejaron un excelente sabor de boca. En su segundo, tuvo la virtud de ser breve ante un marrajo de cuidado, que no merec¨ªa demasiada consideraci¨®n.

Miguel Rodr¨ªguez estuvo correcto y breve por necesidad en su primero, con el que no se pod¨ªa bailar el minu¨¦ ni andarse con florituras. En su segundo, se justific¨®, ante un correoso ejemplar, al que hab¨ªa que someter y darle matarile dignamente. Para una vez terminada la tarea, santiguarse y darse uno mismo la enhorabuena. Por salir indemne.