Cuando el fantasma es una mujer
MUSEO DEL LOUVRE. PAR?S, A?O 2000. Un esp¨ªritu mal¨¦fico (Belph¨¦gor para los allegados) inquilino de una momia egipcia sin identificaci¨®n (expoliada, c¨®mo no) es despertado de su letargo eterno y toma posesi¨®n del cuerpo (el de la momia no est¨¢ para demasiados arrechuchos) de una de las vecinas del museo ( papel interpretado por la francesa Sophie Marceau). Al caer la noche, el fantasma deambula por el museo dispuesto a recuperar parte de sus pertenencias (expoliadas tambi¨¦n) para celebrar el rito que ha de permitirle emprender el viaje definitivo al reino de los muertos.
Todas las desgracias se cebar¨¢n en el personal de vigilancia que tiene la mala suerte de cruzarse en su camino. La controvertida pir¨¢mide de vidrio que ocupa la entrada del famoso museo parisino sirve de marco a las andanzas de ese esp¨ªritu terror¨ªfico.
As¨ª empieza el filme franc¨¦s Belph¨¦gor, le fant?me du Louvre (2001). Traducido al espa?ol con el equ¨ªvoco nombre de La m¨¢scara del fara¨®n, aunque la m¨¢scara a la que se hace referencia, elemento f¨ªsico que, por lo que parece, mantiene al esp¨ªritu prisionero en el cuerpo momificado, no corresponda a ning¨²n fara¨®n, sino a un alto dignatario de la corte egipcia. La pel¨ªcula es un homenaje a una serie francesa de culto de la d¨¦cada de 1960, basada en la novela Belph¨¦gor (1927), de Arthur Bern¨¨de. En concreto, est¨¢ inspirada en el primer cap¨ªtulo que daba t¨ªtulo a la serie.
Por suerte, para un p¨²blico como el actual, ya curado de tantos espantos, el filme juega m¨¢s con el misterio (la fascinaci¨®n por el antiguo Egipto sigue intacta) y ciertos toques de humor que con el terror. V¨¦ase, si no, el di¨¢logo que mantiene la experta egipt¨®loga del museo (una espl¨¦ndida Julie Christie) con uno de los vigilantes, aficionado a la egiptolog¨ªa:
- Si hay algo dentro (de la momia) lo detectaremos con este analizador de espectros.
-?Un analizador de fantasmas?
El guionista de la pel¨ªcula juega con dos de las acepciones de la palabra espectro (del lat¨ªn, spectrum que significa 'simulacro'). Por un lado, designa a una imagen o fantasma. Por otro, en f¨ªsica sirve para denominar la distribuci¨®n de la intensidad de una onda (electromagn¨¦tica o ac¨²stica) en funci¨®n de la frecuencia o de la energ¨ªa. De esta forma, un analizador de espectros no es un dispositivo para identificar o descubrir fantasmas (?ya les gustar¨ªa a algunos!) sino un instrumento que se utiliza para examinar dicha distribuci¨®n de intensidad.
Fiel a su propia l¨®gica, la pel¨ªcula sigue ahondando tambi¨¦n en esa dualidad de significados de la palabra al dotar a la protagonista pose¨ªda por el esp¨ªritu de poderes electromagn¨¦ticos. Pese a los d¨¦biles campos el¨¦ctricos y magn¨¦ticos que el cuerpo humano genera, Sophie-Belph¨¦gor es capaz de apagar y encender luces, hacer sonar el timbre del tel¨¦fono y desconectar los ordenadores, a voluntad (como la chica mutante de X Men, vamos).
En el filme, asistimos tambi¨¦n a un enfrentamiento soterrado, habitual en las pel¨ªculas de los ¨²ltimos a?os, entre el pensamiento racional y cr¨ªtico (cient¨ªfico) y el cr¨¦dulo (seudocient¨ªfico). La experta egipt¨®loga y el director del museo, que representan a la ciencia, empiezan, con buen criterio, sin creer en los fen¨®menos extra?os que est¨¢n sucediendo en el museo. Pero, ante las evidencias, acabar¨¢n admitiendo la realidad de la existencia del fantasma (un ser, por definici¨®n, irreal, recu¨¦rdese).
Un fantasma demonio que, por otra parte, s¨®lo resulta visible para el espectador y no a los ojos de los protagonistas (por una vez, vale). Aceptar¨¢n, incluso, participar en la ceremonia ritual final. Frente a ellos, el comisario M¨¦nardier, que ya se las tuvo en tiempos con el fantasma. ?Encuentran alg¨²n parecido con los famosos investigadores de fen¨®menos paranormales Mulder y Scully? As¨ª que, si estos d¨ªas visitan el susodicho museo, ¨¢ndense con ojo. No sea que Belph¨¦gor a¨²n est¨¦ rondando por tan bellas dependencias. ?D¨®nde iba a estar mejor un fantasma que en la ¨®pera? (Disculpen, quisimos decir en el museo).
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