La ¨²ltima oportunidad
A quien no encuentra pareja aqu¨ª, poco le queda por hacer. Las discotecas para mayores son la ruta para aquellos que desean 'una amistad' con o sin compromiso
En las discotecas para j¨®venes, las probabilidades de ligar han ido menguando con los tiempos. La necesidad de pavonearse, la devoci¨®n por el baile, las ¨ªnfulas de crear un ambiente de moda, los disc jockeys, y toda la pesca que acompa?a a las salas de moda, han ido sustituyendo al reclamo que utilizaban las discotecas hace d¨¦cadas: aqu¨ª usted puede ligar. El reclamo era el encuentro. La posibilidad de acercarse a otro cuerpo, a otra alma.
Pero ahora, ligar queda m¨¢s bien chabacano en los ambientes chic. Los subidones y el ¨¦xtasis colectivo han ocupado el espacio de la comuni¨®n carnal. En fin, esta es la noche que nos ha tocado vivir. Pero hay otros mundos. Y est¨¢n en ¨¦ste. S¨®lo hay que cumplir unos cuantos a?os para acceder a ¨¦l sin el m¨ªnimo complejo.
Las discotecas para maduritos est¨¢n hoy m¨¢s animadas que las de los j¨®venes
El ¨¦xtasis llega cuando se oyen pasodobles: entonces, la pista es toda fuego
Porque las discotecas para mayores -o maduritos- est¨¢n hoy m¨¢s animadas que las de los j¨®venes. Aqu¨ª no hay disimulos: la cosa es clara. El que quiere ligar, lo intenta sin pensar en el posible rid¨ªculo. La que quiere ligar, acepta, sin devanarse los sesos en la conveniencia del hecho. El que falla, se toma una copa sin sentirse una pulga rechazada. La que no est¨¢ interesada en el ligue, escucha los boleros que trina el cantante contratado. Y todos tan panchos, con la sabidur¨ªa del que siente que lo ¨²nico que le queda por hacer en la vida es vivirla.
Salas como Valentino's, en Mislata, y Tango, Looping, Cerebro o Golden's, en Valencia, ofrecen a su p¨²blico todas las posibilidades para hacer ahora lo que les gustar¨ªa haber hecho de j¨®venes, sin cortapisas o recelos. Todas ellas conforman una especie de ruta, que muchos viudos/as, separados/as, y jubilados/as (y algunos casados, casi siempre sin casadas) conocen bien, y utilizan a su conveniencia.
A saber: hay quienes prefieren las sesiones de noche, porque entonces va gente con m¨¢s ganas de... ehem. Hay quienes se quedan con las de tarde, porque son m¨¢s familiares. Hay quienes los lunes van a Looping, porque ¨¦se es el d¨ªa bomba de esta sala. Hay quienes van a Cerebro porque acude 'juventud', en el sentido m¨¢s amplio del t¨¦rmino (la media de la clientela de estas pistas envuelve los 60 a?os). Hay quienes los domingos recalan en Tango, porque puedes tomar un plato de paella entre copa y copa, y porque sortean un queso y un jam¨®n. Hay quienes gustan de Golden's, porque el ambiente es m¨¢s atrevido. Y hay quienes van a todos los sitios, porque tienen el suficiente tiempo para ello, y, en algunos casos, no muchas otras ilusiones.
Las salas son extremadamente oscuras 'para que tengas intimidad', apunta Amparo, devota de Tango. Ella cuenta que la edad no es un obst¨¢culo, 'excepto para discutir: yo vi una vez c¨®mo a un hombre le dio un infarto en la puerta de una discoteca porque estaba ri?endo con otro'. Hace tiempo, famoso fue el caso de un cliente muy mayor que muri¨® en una pista valenciana mientras estaba bailando. Son gajes, o riesgos, que no detienen la clientela. El precio en la puerta es razonable: 5,50 euros ellas, 8,50 ellos, y, en algunas salas, el tiquet les sirve para entrar toda la semana. 'Vienen hombres que hasta caminan con bast¨®n, pero no se cortan a la hora de bailar', explica una amiga de Amparo, que siempre baila a su lado. Ella llama a su pareja 'amigo'. Esto es lo normal aqu¨ª. Nacen parejas estables, pero no es lo m¨¢s corriente. Es m¨¢s frecuente el encuentro sin compromiso, m¨¢s por parte de ellas que de ellos. 'Los hombres necesitan m¨¢s a la mujer que nosotras a ellos', opina Amparo. Esta mujer se estremece cuando, en el momento del lento, ponen en Tango De punta a punta, de Isabel Pantoja. 'La m¨²sica es muy buena', opina. Otra amiga dice que los domingos se lleva pastitas a la disco para tomar con el cubata. Y recuerda c¨®mo, cuando, en el momento del baile r¨¢pido, programan el Aserej¨¦ de marras, la pista se anima. Pero el ¨¦xtasis de este ambiente son los pasodobles: entonces, la pista es toda fuego. 'Es un buen p¨²blico', refiere Sebasti¨¢n, propietario de Tango. 'Como empresario, me ofrece mucha tranquilidad tener un p¨²blico mayor que no busca problemas'. 'Lo prefiero al joven', asegura.
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