90 a?os de escalada
Era 25 de agosto de 1912 y en San Sebasti¨¢n todas las miradas apuntaban desde primera hora de la ma?ana hacia la falda del monte Igeldo. All¨ª se iba producir la noticia del d¨ªa: la celebraci¨®n de un acto protocolario con el que la reina Mar¨ªa Cristina daba por inaugurado el funicular. Dentro de diez d¨ªas se cumplir¨¢n 90 a?os de aquel momento y el Ayuntamiento donostiarra y el Centro de Atracci¨®n y Turismo no han querido dejar pasar la ocasi¨®n para recordarlo. Ma?ana, jornada de clausura de las fiestas de Semana Grande, los ni?os subir¨¢n a Igeldo para rendir homenaje a este transporte.
El funicular se construy¨® para facilitar el acceso de la ciudadan¨ªa a un casino-restaurante situado en la cima del monte. 'En aquella ¨¦poca apenas hab¨ªa autom¨®viles', recuerda el gerente de la Sociedad Monte Igeldo, Luis Pascual, 'y la gente llegaba hasta las faldas de Igeldo en tranv¨ªa', pagaba 50 c¨¦ntimos de peseta -al principio- y 'sub¨ªa en funicular'. La sociedad vio peligrar la rentabilidad de este transporte cuando se prohibi¨® el juego en los a?os veinte. Pero no ocurri¨® tal cosa, porque entonces se organiz¨® 'un baile de lujo con orquestas', la ciudadan¨ªa cambi¨® el casino por la fiesta y el funicular sigui¨® teniendo su clientela. De hecho, vivi¨® durante aquellos a?os su ¨¦poca dorada, sobre todo a partir de la apertura en 1930 del parque de atracciones donostiarra. 'Funcion¨® muy bien hasta finales de los 60, principios de los 70, porque entonces ya todo el mundo empez¨® a tener coche o moto y acced¨ªa por su cuenta a Igeldo', cuenta Pascual.
Hoy, este medio de transporte es deficitario. Si en sus mejores a?os trasladaba en sus d¨ªas punta a unas 5.000 personas, hoy s¨®lo consigue alcanzar las 1.500 y en muy raras ocasiones. 'Mantenemos el funicular porque durante varias d¨¦cadas fue la principal fuente de financiaci¨®n de la Sociedad Monte Igeldo y tambi¨¦n porque estimamos que es un elemento emblem¨¢tico de la ciudad, cosa que parece que no comparte todo el mundo, porque nos ponen todas las zancadillas posibles', se lamenta Pascual. ?De qui¨¦n est¨¢ hablando? 'A buen entendedor pocas palabras, los aludidos ya lo saben'.
El funicular recorre 320 metros y salva 160 de desnivel. Durante todos estos a?os ha trasladado a multitud de personas, sin sufrir ni un solo percance de gravedad, aunque haya quien se empe?e en airear falsas leyendas. Cuenta Pascual que una vez que ¨¦l mismo bajaba en el tranvia escuch¨® a una se?ora contar que uno de los vagones se hab¨ªa ca¨ªdo y que hab¨ªa ocurrido una desgracia terrible. En un momento determinado, sin saber qui¨¦n era, le toc¨® el hombro y busc¨® su asentimiento. ?l le contest¨® en voz alta: 'Mire se?ora; ve aquel agujero que hay cerca de la playa, pues lo hizo el funicular el d¨ªa que se cay¨®'. Se refer¨ªa al t¨²nel del Antiguo. 'La carcajada fue generalizada y ella me quer¨ªa pegar con el parag¨¹as', explica.
Aquellos dos vagones inaugurados por la Reina Mar¨ªa Cristina son los mismos que hoy se aferran a los ra¨ªles. 'Entonces las cosas se hac¨ªan para durar', argumenta Pascual. Y constituyen un buen ejemplo del 'transporte alternativo, ecol¨®gico y sostenible', como resalt¨® ayer el alcalde donostiarra, Od¨®n Elorza.
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