Viaje al infierno de los malos tratos
'In vitro' despliega el horror de la violencia dom¨¦stica en el CCCB
Una moneda puede servir para mercadear con el horror. Por ejemplo, para comprar im¨¢genes terribles. Como las de mujeres y hombres desquiciados, imbuidos en actos irracionales, compulsivos, dolorosos. Una de ellas, en ropa interior y sentada sobre el v¨¢ter, se arranca uno a uno los pelos de la axila con unas pinzas met¨¢licas; otra ha convertido sus extremidades en prolongaciones de sus herramientas de limpieza dom¨¦stica, y con el mismo estropajo con que friega la pared, elimina en¨¦rgicamente los restos del maquillaje de su rostro. Otra imagen a la venta: un hombre vestido s¨®lo con sus calzoncillos, en posici¨®n fetal y el terror dibujado en sus ojos. Todas estas desgarradas visiones est¨¢n a la venta en In vitro, un espect¨¢culo centrado en la violencia dom¨¦stica estrenado esta semana en una sala oscura y subterr¨¢nea del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB). Teatro en la catacumba en un viaje al infierno de los malos tratos.
El espectador de este montaje, dirigido por Ginette Mu?oz-Rocha y creado por la compa?¨ªa Teatre de l'Ess¨¨ncia, aguarda frente a la sala a que se abran las puertas y d¨¦ comienzo una at¨ªpica funci¨®n. En la entrada recibe un par de arandelas met¨¢licas agujereadas, la convenci¨®n de una moneda que le servir¨¢ de salvoconducto en la primera parte del espect¨¢culo. Como con aquellos monumentos de interior visibles ¨²nicamente previo pago porque s¨®lo as¨ª se prende la luz que los ilumina, las monedas sirven para encender cada una de las seis cabinas-vitrinas en las que otros tantos actores (?ngels Capell, S¨ªlvia Escuder, David Planas, Anna Sabat¨¦, Xavi Sans-Juy y Annabel Totusaus) aguardan para mostrar las huellas del maltrato. Una moneda es suficiente para que se ponga en marcha la tenebrosa maquinaria y el actor-personaje encienda la l¨¢mpara que hace p¨²blico su sufrimiento ¨ªntimo.
Pero no vale s¨®lo con mirar. Mantener la distancia frente a lo que ocurre ser¨ªa demasiado c¨®modo. Una vez recorrido el cat¨¢logo de sufrimientos, el p¨²blico se ve inmerso en la acci¨®n. Las cabinas se desmontan y se convierten en la escenograf¨ªa de un montaje m¨¢s al uso, con los actores a la vista y ocupando la parte central del escenario. Un escenario imaginario, pues no hay tarima ni elevaci¨®n alguna que los sit¨²e por encima del plano del espectador. All¨ª se suceden escenas fragmentadas porque todo el espect¨¢culo es como un puzzle de piezas aparentemente inconexas, pero que avanzan en un mismo sentido, unidas por el hilo de la violencia. En todas sus modalidades, aunque con especial atenci¨®n a la que se infligen personas unidas por alg¨²n parentesco.
In vitro es como una gran performance con garra que no nace de una entelequia, sino de situaciones reales. Los actores las conocieron de primera mano en talleres y entrevistas con v¨ªctimas de malos tratos. Las han cosido y encajado a partir de t¨¦cnicas de improvisaci¨®n, dejando que se expliquen por ellas mismas e intentando implicar al m¨¢ximo al espectador en su contenido. Siempre en una dimensi¨®n alejada 'del victimismo y el realismo melodram¨¢tico', seg¨²n la voluntad de la compa?¨ªa. El espect¨¢culo forma parte del programa de actividades Gandules 2002, que hasta el pr¨®ximo 29 de agosto llenan de cine, m¨²sica y teatro las noches del CCCB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.