?El regreso de ¡°ag¨¢rrenlos en caliente¡±?
El actuar policial no es aceptable sin la f¨¦rrea contenci¨®n de la legalidad, y menos cometiendo nuevos atropellos
La historia que ha hecho que un poblado de nombre Santo Tom¨¢s de los Pl¨¢tanos se vuelva noticia nacional es conocida. Los detalles de esos hechos, as¨ª falte mucho por saberse, son en cambio indicativos de lo que podr¨ªa ser el retorno, en grande, del ¡°ag¨¢rrenlos en caliente¡±.
Santo Tom¨¢s es un municipio del Estado de M¨¦xico, m¨¢s cercano a Michoac¨¢n que a Toluca, y nada lejos de Valle de Bravo. Tras rendir protesta el 17 de diciembre pasado como su alcalde, Pedro Luis Hern¨¢ndez de Paz escap¨® a un megaoperativo policiaco-militar.
La fuga de quien es ligado a la Familia Michoacana tuvo tintes de pel¨ªcula chusca. Un convoy de m¨¢s de quince veh¨ªculos policiacos de la polic¨ªa mexiquense y de la Guardia Nacional, con sus respectivos elementos, no pudo capturar a quien juraba el cargo en un templete.
O de pel¨ªcula de Luis Estrada, esas donde M¨¦xico todo es como ese poblado en el que el alcalde hace su regalada voluntad, desnudando el espejismo que son las instituciones; donde los de abajo, a final de cuentas, imitan lo que ven arriba: simular que se cumple con la ley.
Hern¨¢ndez de Paz es buscado en el marco de la Operaci¨®n Enjambre, redada con la que Morena busca activar un nuevo esquema de golpes al narco a partir de investigaci¨®n. El primer zarpazo fue a finales de noviembre, y el de Santo Tom¨¢s ser¨ªa un fruto m¨¢s de esa iniciativa.
La toma de protesta de Hern¨¢ndez de Paz no fue improvisada. Tuvo mampara con su nombre. Y hab¨ªa esa ma?ana una mesa dispuesta, flores incluidas, y enviado de la maestra Delfina G¨®mez, gobernadora del Edomex. Y un convoy que se qued¨® con las ganas de atraparle.
Cinco d¨ªas despu¨¦s del bochornoso operativo, la Fiscal¨ªa del Estado de M¨¦xico present¨® los retratos de quince personas detenidas, acusadas de ser c¨®mplices de la fuga y, en t¨¦rminos llanos, de ser parte de lo que acusan al alcalde entrante y a la saliente: instrumentos de la extorsi¨®n que padecen los pobladores de Santo Tom¨¢s.
Entre los retratos publicados por la Fiscal¨ªa, con la bandita negra que se supone salvaguarda la presunci¨®n de inocencia, hay dos adultos mayores. Bastante mayores. Y el resto lo componen un grupo de variadas edades de ambos sexos.
?Estamos ante una peligros¨ªsima banda que la autoridad mexiquense y federal (hubo soldados en la detenci¨®n) no hab¨ªa descubierto, o son m¨¢s bien chivos expiatorios de gobiernos heridos en su orgullo?
La regi¨®n en que se ubica Santo Tom¨¢s est¨¢ plagada por el cobro de piso. El gobierno de Delfina G¨®mez pareci¨® decidido a enfrentar ese flagelo, que incluye muertes, una vez que Palacio Nacional cambi¨® de titular. Las detenciones pueden ser una noticia buena, o una p¨¦sima.
Durante las audiencias de los quince detenidos ¡ªme refreno para no insistir demasiado en que ojal¨¢ no estemos atestiguando aprehensiones por venganza pol¨ªtico-policial¡ª, han empezado a surgir algunas versiones que acusan abusos e inconsistencias.
Violenta N es secretaria del Ayuntamiento. Reconoce que tras la fuga, los s¨ªndicos y dem¨¢s personal de ese municipio procedieron a seguir el tr¨¢mite de la toma de protesta. Alega que de ello estaba informado, en tiempo real, el gobierno estatal. Y hoy la acusan de eso, de tratar de formalizar la llegada del nuevo alcalde, cosa que seg¨²n ella se hab¨ªa acordado con la secretar¨ªa general del Edomex.
Ella relata que su detenci¨®n se dio con lujo de violencia y sin escatimar ¡°insultos¡± y ¡°amenazas¡± sobre ella y su familia. Las intimidaciones siguieron en la sede de la Fiscal¨ªa hasta el jueves 19. Ese d¨ªa fue acusada de cohecho.
¡°El viernes 20 le dictaron la libertad bajo reserva, pero la reaprehendieron por el delito de resistencia¡±, dice la nota de Reforma publicada este viernes 27 de diciembre, de donde tomo buena parte del testimonio de Violeta, quien cree que esas detenciones fueron para que la fiscal¨ªa ganara tiempo para ¡°construir¡± una acusaci¨®n.
En similar situaci¨®n est¨¢n otras personas, y al menos tres polic¨ªas que niegan cualquier participaci¨®n en la fuga y cuya defensa alega que ni siquiera estaban trabajando a la hora de los hechos.
Este viernes termin¨® la audiencia de los quince. Se quedar¨¢n acusados, incluida Violeta incluida, de, entre otros delitos y no todos de la totalidad de ellos, fuga, lesiones, da?o a bienes, abuso de autoridad y robo con violencia.
La jueza dio un mes para complementar las acusaciones. O sea, que por el momento, y de acuerdo con lo que present¨® el ministerio p¨²blico y atendi¨® la juzgadora, hay elementos para creer que el alcalde fugado lidera una amplia red (la fiscal¨ªa busca a once personas m¨¢s) criminal.
O no. O simplemente tenemos un caso de abuso pol¨ªtico-policial-judicial que deber¨ªa encender alertas en la sociedad: el retorno, en prime time, como se dice, de pr¨¢cticas deleznables, donde por diversas razones la autoridad detiene a mansalva y despu¨¦s ¡°virigua¡±.
Ning¨²n delincuente deber¨ªa andar en la calle mientras la poblaci¨®n vive atemorizada de su actuar impune. Pero deber¨ªa resultar insoportable para la naci¨®n, m¨¢s a¨²n, que inocentes sean detenidos para generar la idea de que se combate la inseguridad.
La Operaci¨®n Enjambre tiene que pasar al menos tres aduanas antes de inscribirse en el registro de las buenas ideas.
La primera es que los detenidos, de verdad, sean culpables de lo que se les acusa; la segunda, que pronto caigan los verdaderos capos, no meros ¡°charales¡±, en l¨ªnea con lo de ¡°peces gordos¡±; y que, a final de cuentas, tranquilidad y paz regresen en verdad al Estado de M¨¦xico.
Espero equivocarme, pero desde hace semanas en el ambiente se nota un frenes¨ª por detener: la instalaci¨®n ¡ªen varias partes del pa¨ªs¡ª de una mec¨¢nica que asume que con las redadas se demuestra decisi¨®n, fuerza, capacidad y hasta honestidad. Dios.
En no pocas entidades y regiones la sociedad est¨¢ desesperada. Tal zozobra no merece una respuesta falaz, un nuevo enga?o. El actuar policial no es aceptable sin la f¨¦rrea contenci¨®n de la legalidad, y menos cometiendo nuevos atropellos.
Como en el caso de Santo Tom¨¢s de los Pl¨¢tanos, le toca a la autoridad demostrar todas y cada una de las culpabilidades: del edil, y de presuntos c¨®mplices. Y le toca a las y los jueces no rendirse a su compromiso de ser imparciales y rigurosos.
Hay una presi¨®n enorme por la falta de justicia. Esta alimenta los peores instintos: personas abrumadas que quieren que metan gente a la c¨¢rcel as¨ª no se les respeten sus derechos, as¨ª las carpetas de investigaci¨®n sean d¨¦biles, de plano rid¨ªculas e incluso fabricadas.
Es obligaci¨®n de la autoridad mexiquense ¡ªinsisto: hay m¨¢s estados donde vemos este frenes¨ª de detenciones¡ª demostrar que los indicios y las pruebas de presunta culpabilidad gozan de solidez. No es a los detenidos a quienes toca sacudirse la sombra de culpabilidad que les endilga, en redes y medios, el gobierno.
Sobre todo porque muchos de esos detenidos hasta hoy, y basta ver las fotograf¨ªas, son gente que proviene de los estratos donde la violencia es m¨¢s acuciante, donde la falta de oportunidades campea, donde la carencia de recursos para una buena defensa es norma.
Hablando de fotograf¨ªas y de retornos: ?de verdad es necesario una vez m¨¢s convencer a la opini¨®n p¨²blica de lo malos que son los detenidos poniendo siempre las armas que les confiscan, de verdad extra?an a Garc¨ªa Luna as¨ª de mucho los que tanto lo critican?
En todo caso, esas fotograf¨ªas tampoco probar¨ªan nada. Los montajes suelen caerse en audiencias con verdaderos juzgadores.
Ahora que si lo que tendremos de hoy en adelante son juzgados cuyos titulares son obsequiosos con las fiscal¨ªas por miedo a lo que el gobierno les pueda hacer tras la implementaci¨®n de la reforma judicial, el coctel de la simulaci¨®n es tan perfecto como inescapable.
De tener sustancia los temores aqu¨ª expuestos, resta solo mencionar lo obvio. En el tiempo en que se promueve que por el bien de todos, primero los pobres, que nadie olvide que much¨ªsimos de quienes est¨¢n en prisi¨®n ¡°preventiva¡±, esos que duran a?os sin sentencia, ya no digamos que resultan inocentes, son, ni m¨¢s ni menos, los m¨¢s pobres e indefensos. Afuera, a merced de los delincuentes; adentro de la prisi¨®n, triturada su vida y la de sus familias por un sistema no judicial, sino pol¨ªticodelincuencial adicto a montajes con redadas.
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