La herencia del estilo y el repertorio

En el terreno de secano que es toda Espa?a en general y Madrid en particular para el buen ballet cl¨¢sico, la acostumbrada presencia veraniega del Ballet Nacional de Cuba (BNC) es un alentador respiro. La compa?¨ªa est¨¢, sin duda, establecida desde hace d¨¦cadas entre los principales conjuntos de ballet acad¨¦mico del mundo, y sigue siendo cantera de buenos bailarines con ¨¦xito por todo el planeta.

Uno de los factores distintivos del BNC es su manera empe?ada y rigurosa de sostener el gran repertorio, lo que a ojos de algunos modernos puede resultar anticuado o incluso retr¨®grado, pero que bien mirado, no es otra cosa que rigor y seriedad con los valores patrimoniales y eternos de la danza cl¨¢sica. Esto lo han transmitido desde hace muchos a?os Fernando Alonso y Alicia Alonso, fundadores de la agrupaci¨®n, y venerados maestros.

En el caso de Alicia Alonso, verdadera diva y sin lugar a dudas la ¨²nica sobreviviente de una ¨¦poca de oro del ballet, se la siente a¨²n en posesi¨®n de una poderosa aura ejemplificante que la hace hablar siempre de cosas que las generaciones posteriores parecen olvidar: estilo, musicalidad, concentraci¨®n y alto virtuosismo. Sobre estos presupuestos la Escuela Cubana ha recreado una manera de bailar que aporta sobre todo br¨ªo y frescura a la bravura y a las maneras de las grandes coreograf¨ªas hist¨®ricas.

Entre otras coreograf¨ªas acad¨¦micas, que siguen siendo su ¨²nica y mejor carta de presentaci¨®n, est¨¢n El lago de los cisnes y Giselle. Esta vez veremos un Lago con apenas ligeros retoques con respecto a la concepci¨®n de Alonso de hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, y que es heredera de su propio saber personal y de much¨ªsimos afluentes europeos y americanos. Como novedad, volveremos a ver unas galas donde los fragmentos que van del romanticismo al neoclasicismo dejar¨¢n claro hasta qu¨¦ punto pueden ser vers¨¢tiles y capaces los bailarines isle?os, que hoy d¨ªa en su ¨²ltima generaci¨®n sostienen una herencia tan preciosa como perdurable.