"?C¨®mo ha podido producirse esta evasi¨®n?", se pregunta el ministro franc¨¦s

'?C¨®mo ha podido producirse esta evasi¨®n?', se preguntaba ayer Dominique Perben, el indignado ministro de Justicia franc¨¦s. Lo que m¨¢s le irritaba no era que el presunto etarra Ismael Berasategi Escudero se hubiese escapado de la c¨¢rcel de La Sant¨¦ sino que lo hubiera hecho andando, por la puerta principal, con las manos en los bolsillos y tras superar diversos controles. Dentro, en la celda, qued¨® su hermano Jos¨¦ Antonio. Los vigilantes tardaron cinco d¨ªas en descubrir el cambiazo, y no porque ellos se dieran cuenta, sino porque el suplantador se lo comunic¨® por escrito al alcaide de la c¨¢rcel.

'Lo hicieron todo para acentuar el parecido f¨ªsico', arg¨¹¨ªa sin demasiada convicci¨®n Alain J¨¦go, el director de La Sant¨¦. 'Se cortaron el pelo igual, uno de ellos, Jos¨¦ Antonio, se afeit¨® la barba e intercambiaron las ropas. Era imposible distinguirles a simple vista'. Uno de los vigilantes de los locutorios era menos tajante: 'Cada uno de nosotros tiene que ocuparse de entre 80 y 100 presos. Entre duchas, visitas m¨¦dicas, locutorio con los familiares y abogados, el movimiento es constante y nuestra capacidad para identificar visualmente un preso, muy relativa'.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los etarras figuraban entre los presos DPS (Detenidos Particularmente Vigilados). 'Eso se acab¨® en la ¨¦poca Guigou', comentaba un mat¨®n (as¨ª es como se conoce a los vigilantes en el argot carcelario), refiri¨¦ndose a la ministra socialista de Justicia (1997-2000). 'A partir de ese momento dejaron de acudir al locutorio siempre vigilados por un agente'. El problema es que los locutorios de La Sant¨¦ (unos 40 repartidos en dos pisos) no a¨ªslan el visitante del preso. 'Eso s¨®lo se hace cuando el preso est¨¢ castigado o se le considera especialmente peligroso'. Berasategi, al parecer, no merec¨ªa esa consideraci¨®n.

Perben espera disponer pronto de 'un informe detallado' gracias a una 'investigaci¨®n administrativa' cuyas conclusiones har¨¢ p¨²blicas en cuanto le sean enviadas para adoptar 'las decisiones necesarias para que no se repita un caso como ¨¦ste'. De momento, el ministro ya sabe que la c¨¢rcel infringi¨® una norma b¨¢sica: Ismael Berasategi no estaba s¨®lo en su celda, sino acompa?ado de otro presunto etarra del que no ha trascendido la identidad.

El reglamento de La Sant¨¦ y de las otras c¨¢rceles francesas exige que nunca un detenido comparta celda con alguien que pertenece a la misma organizaci¨®n criminal. Y Jos¨¦ Antonio Berasategi, una vez efectuado el reemplazo, ha pasado seis noches y cinco d¨ªas tambi¨¦n con ese supuesto etarra. ?Por qu¨¦? Se manejan varias hip¨®tesis, desde la complicidad hasta el soborno pasando por la mera incompetencia o el deseo de provocaci¨®n. El mismo d¨ªa en que se conoc¨ªa la fuga de Berasategi, los guardianes de La Sant¨¦ efectuaban una huelga para protestar contra 'las condiciones de trabajo indigentes', la falta de personal y para reclamar un aumento salarial.

Tampoco existe acuerdo sobre c¨®mo funcion¨® la medida b¨¢sica para identificar y controlar el preso que acude al locutorio. 'Se les marca con tinta invisible en el dorso de la mano', explica J¨¦go. Seg¨²n ¨¦l, es posible que 'Jos¨¦ Antonio acudiera a la visita con su dorso ya marcado'. 'Eso carece de importancia', replicaba un guardi¨¢n de La Sant¨¦ ante las c¨¢maras de televisi¨®n, puesto que 'bajo la luz de los ultravioletas es muy dif¨ªcil leer la marca. El sudor, la imprecisi¨®n misma del trazado, el roce, pueden haber desfigurado el n¨²mero o dibujo secreto'. Adem¨¢s, para copiar una marca, basta con humedecer el dorso de otra mano y apoyarlo fuertemente sobre el de la mano marcada. Luego basta con difuminarla un poco'. En cualquier caso, en el plazo de cuatro a?os la f¨®rmula de la sustituci¨®n ha funcionado en cuatro oportunidades.

Para el Gobierno franc¨¦s la fuga de Berasategi es, adem¨¢s, una bofetada al trabajo de los propios agentes franceses, que capturaron al presunto etarra el 15 de mayo, en Annonay, gracias a la meticulosidad y el valor de dos agentes que sospecharon de un veh¨ªculo y descubrieron que circulaba con matr¨ªcula falsa. Si Berasategi no hab¨ªa sido a¨²n extraditado hacia Espa?a parece que se debe a que la juez Laurence Le Vert le cre¨ªa relacionado con el robo de armas y explosivos de la localidad francesa de Castres.