M¨²sculos de barro
Dos pacientes narran su experiencia con la vigorexia, la enfermedad de los obsesionados con el culto al cuerpo
La vigorexia es la enfermedad de moda. Parece una broma pesada definirla de esta manera, pero es la forma como la conocen los j¨®venes. Es otra consecuencia derivada del culto al cuerpo tal y como ocurre con la anorexia o la bulimia, pero en este caso afecta m¨¢s a los hombres que a las mujeres.
Es una de las nuevas enfermedades que se producen debido a la obsesi¨®n por por conseguir un cuerpo m¨¢s fuerte, m¨¢s musculoso. Para ello, los chicos suelen pasarse horas haciendo deporte, incluso pueden llegar a cambiar sus h¨¢bitos y formas de vida. En algunos casos, para conseguir su objetivo, suelen ayudarse con una dieta rica en prote¨ªnas e incluso utilizar anabolizantes y otros pruductos dopantes.
El problema suele afectar a j¨®venes inmaduros que convierten algo tan sano como es hacer ejercicio, en su ¨²nica preocupaci¨®n. Les obsesiona el peso, el espejo y desarrollar hasta las ¨²ltimas consecuencias unos m¨²sculos que no est¨¢n a tono con los c¨¢nones de belleza actuales.
Dami¨¢n y Juan son dos chicos que han sufrido vigorexia. Aunque ninguno de los dos quiera dar su nombre verdadero, su experiencia puede ser ¨²til para evitar que otros j¨®venes caigan en esta enfermedad.
Alos 19 a?os, Dami¨¢n ya conoce lo que es sentirse atrapado en una obsesi¨®n, una neurosis que le ha llevado a necesitar un tratamiento psiqui¨¢trico para poder superarlo. Aunque todav¨ªa no est¨¢ curado totalmente, el joven ya es capaz de contar, a grandes rasgos, por la terrible experiencia que ha pasado. 'Me ve¨ªa bajito y enclenque as¨ª que decid¨ª ponerme en forma y acab¨¦ obsesionado por mi cuerpo. Me pesaba tres o cuatro veces al dia. Dej¨¦ de ver a mis amigos, o mejor dicho s¨®lo me relacionaba con los que me encontraba en el gimnasio', relata.
La obsesi¨®n lleg¨® hasta el paroxismo. 'Me miraba al espejo', cuenta Dami¨¢n con dificultad, 'y me segu¨ªa viendo raqu¨ªtico. Por mucho que los dem¨¢s me dijeran que estaba fuerte como un toro, no los cre¨ªa. Me pesaba cinco o seis veces al d¨ªa y segu¨ªa yendo al gimnasio a machacarme sin piedad'.
As¨ª estuvo cerca de dos a?os: 'S¨®lo com¨ªa productos como hidratos de carbono, pasta, f¨¦culas o vitaminas. No consegu¨ªa verme como yo quer¨ªa y segu¨ªa y segu¨ªa... cu¨¢ntas m¨¢s horas, mejor. Al final me pasaba en el gimnasio cuatro horas diarias', narra. El chico explica que fueron sus padres los que se dieron cuenta que tanto pesarse y tanto ejercicio junto a la mala alimentaci¨®n no era normal ni bueno para su cuerpo y le llevaron a un especialista. Ahora Dami¨¢n esta siguiendo un tratamiento psiqui¨¢trico que le devuelva a una vida normal e intenta que no le quede ninguna secuela, tanto ps¨ªquica como fisica.
Juan ha vivido una experiencia muy parecida. ?l nos cuenta c¨®mo roz¨® la enfermedad sin saber lo que estaba haciendo con su cuerpo. 'Ten¨ªa 16 a?os cuando empec¨¦ a frecuentar el gimnasio de mi barrio. Llegu¨¦ sin tener idea de nada. S¨®lo dije que queria estar un poco m¨¢s duro. Me ve¨ªa con poco pecho, ten¨ªa los brazos delgados y me recomendaron unos cuantos ejercicios', recuerda.
Quer¨ªa desarrollar su musculatura. 'Aprend¨ª a forzar al m¨¢ximo mi resistencia fisica. Levantaba pesas, hacia remo... todo para conseguir aumentar el volumen de mi cuerpo.Primero hac¨ªa deporte una hora al d¨ªa,pero cada vez le dedicaba m¨¢s tiempo. Al final me pasaba tres horas diarias', testifica. Para tener m¨¢s fuerza a Juan le recomendaron que tomara carbohidratos. 'Incluso me propusieron algunos productos qu¨ªmicos, pero yo prefer¨ªa comerme unos buenos bocadillos de carne en casa'.
Juan no ha probado los anabolizantes ni los productos dopantes. 'Estamos hablando, de hace tres a?os', aclara. 'Entonces no eran tan comunes como ahora, aunque por el vestuario ya corr¨ªan alg¨²n tipo de pastillas'.
En tres a?os y medio y midiendo 1,85, Juan pas¨® de pesar unos 80 kilos a los 100. Era puro m¨²sculo. Sin embargo el joven se dio cuenta de que algo no marchaba bien. 'Un dia me fui a jugar un partido de f¨²tbol con los amigos y despu¨¦s de viente minutos de juego me ahogaba, no pod¨ªa respirar', confiesa.
Juan empez¨® a preguntarse c¨®mo era posible. 'Forzaba el m¨²sculo hasta el m¨¢ximo, pero me di cuenta de que no ten¨ªa nada de fondo. Muchas pesas, pero no pod¨ªa subir unas escaleras sin ahogarme. No desarrollaba la potencia de mi coraz¨®n al mismo tiempo que los m¨²sculos', se duele.
Juan se dio cuenta que 'adem¨¢s' entre el grupo de chicos con los que coincid¨ªa en el gimnasio 'comenzaba a haber mucha tonter¨ªa'. Empezaba a haber piques absurdos. Les gustaba jactarse para ver qui¨¦n consegu¨ªa m¨¢s volumen. Esto, unido a que empez¨® a trabajar y a ir a la Universidad al mismo tiempo, hicieron que decidiera dejarlo.
Pero el problema no termin¨® aqu¨ª. 'Tanto trabajo me ayud¨® a olvidarme de mi cuerpo, pero empec¨¦ a recuperar peso y en poco m¨¢s de un a?o engord¨¦ 18 kilos. Decid¨ª ir el m¨¦dico para ponerme a dieta y me explic¨® las consecuencias de los tres a?os de desarrollar m¨²sculos'.
Ahora Juan es una persona madura que no tiene secuelas de la enfermedad, pero pod¨ªa haberse visto seriamente afectado. 'La dietista me explic¨® que hab¨ªa jugado con mi salud. Cuando acostumbras al cuerpo a quemar muchas calor¨ªas, si dejas de hacerlo, te conviertes en una bola de grasa', resume. Juan es consciente de todos los riesgos que corri¨®. Si los m¨²sculos se desarrollan demasiado y abandonas los ejercicios, los m¨²sculos se atrofian mucho m¨¢s r¨¢pido y pueden verse seriamente afectados. Tambi¨¦n pod¨ªa haber terminado con alguna afecci¨®n en la espalda y lo que es m¨¢s grave todav¨ªa: tener problemas de coraz¨®n.
Juan no rechaza el gimnasio.Al contrario, el m¨¦dico le recomend¨® que hiciera alg¨²n tipo de deporte como nataci¨®n o ejercicios de mantenimiento para ayudarlo a recuperar su peso habitual. 'Es una pena que los estereotipos nos lleven a cometer tantas estupideces', se lamenta.
Despu¨¦s de analizar su experiencia, Juan ha llegado a la siguiente conclusi¨®n: 'Lo peor es que haces un esfuerzo sobrehumano y nunca consigues llegar a tener un cuerpo bonito. Tal y como ocurre con las chicas muy delgadas, las anorexicas, que no se encuentra atractivas ni ellas mismas'.
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