Di¨¢logos con fray Luis

Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez ha tenido siempre la rara virtud entre los historiadores espa?oles de narrar a la anglosajona. Es decir, este ya octogenario catedr¨¢tico de Historia Moderna -con unos ¨²ltimos a?os de fama y de popularidad- cuenta la historia con una dosificada mezcla de rigor y de divulgaci¨®n. Considerado uno de los mejores especialistas en el siglo XVI espa?ol, Fern¨¢ndez ?lvarez ha pasado a?os de su vida en los archivos, entre legajos y cartas, pero su pasi¨®n por la literatura le ha permitido tejer un tipo de relato hist¨®rico donde describe, sin olvidar el factor humano, el lujo de los palacios y las miserias de las tabernas. El inter¨¦s de los espa?oles por su historia, ha convertido a Fern¨¢ndez ?lvarez en un impresionante best seller que ha vendido decenas de miles de ejemplares de sus magn¨ªficas biograf¨ªas de Felipe II, Carlos V, Juana la Loca y Melchor de Jovellanos. Tampoco resulta ajena a su ¨¦xito entre los lectores la actitud cr¨ªtica de este historiador que huye de las visiones t¨®picas y que, en el caso de su ensayo sobre Felipe II, se desmarca tanto de la leyenda negra como de la leyenda rosa que han planeado sobre el monarca.

Esta suerte de pedagog¨ªa aparece en El fraile y la Inquisici¨®n, ¨²ltimo libro del catedr¨¢tico de Salamanca que repasa la figura de fray Luis, uno de los personajes m¨¢s implicados con esta ciudad castellana. Fern¨¢ndez ?lvarez traza una biograf¨ªa del religioso agustino a trav¨¦s de unos llamados di¨¢logos luisianos que mantiene con su amigo Juli¨¢n en sus viajes por Castilla en pos de fray Luis. A la manera peripat¨¦tica, el autor va ilustrando a su compa?ero de ruta sobre los paisajes, las gestas y las andanzas de fray Luis de Le¨®n. Y una vez m¨¢s, Fern¨¢ndez ?lvarez coloca al biografiado en primer plano, mientras el plano general est¨¢ ocupado por la Espa?a del XVI. Valga como ejemplo esta descripci¨®n del cautiverio del fraile agustino: 'Te puedes imaginar la angustia de fray Luis de Le¨®n, en aquella larga prisi¨®n suya, de casi cinco a?os, temiendo que en cualquier momento se abrieran las puertas de su prisi¨®n y los verdugos le sacaran para aplicarle los m¨¢s endiablados tormentos; porque ten por seguro que los de la Inquisici¨®n no le iban a la zaga de los empleados por la justicia ordinaria'. Personaje y ¨¦poca se dan la mano en esta aportaci¨®n a la comprensi¨®n del siglo XVI espa?ol.