El desastre del amor
Es una obra de teatro de 1998, si no me equivoco (y es muy posible que sea de un a?o antes o despu¨¦s). La palabra, con acento grave o con acento agudo en la primera vocal, seg¨²n por d¨®nde usted viaje y por d¨®nde mire el programa, quiere decir masturbaci¨®n. Otros fil¨®logos la interpretan como bisexualidad, o quiz¨¢ masturbaci¨®n de uno a otro, o de otra a otra. Me va faltando lenguaje nuevo. Le preguntar¨¦ a Ramonc¨ªn, autor de un diccionario de este lenguaje, que debe hacer ya una edici¨®n nueva. No digamos el diccionario de Umbral, que ya es como uno de arameo o de s¨¢nscrito.
Aquella obra ten¨ªa una especie de nostalgia del abandono de la adolescencia, tema t¨ªpico de la narraci¨®n de todos los siglos (el paso de la iniciaci¨®n). De inseguridad en el sexo, compartido o solitario o en grupo, de la aparici¨®n irracional del amor que, como siempre, lo entristece todo despu¨¦s de su flas celeste. La interpret¨® la compa?¨ªa L'Idiot -el origen es catal¨¢n- y tuvo ¨¦xito. Tanto que pas¨® al cine: qued¨® el t¨ªtulo, cuya popularidad no ha prosperado (aunque s¨ª la obra) y se cambiaron los papeles: situ¨® los personajes en una ¨¦poca previa a la de la obra, en algo m¨¢s ilusionado. O iluso.
Kr¨¤mpack
De Jordi S¨¢nchez. Int¨¦rpretes: Nacho L¨®pez, Cinthia Mart¨ªn, F¨¦lix G¨®mez. Director: Antonio H. Centeno. Teatro Alfil.
La que reaparece ahora en el Alfil es la obra, con peque?as variaciones m¨¢s bien del autor. Los actores vienen de la televisi¨®n, lo cual lleva p¨²blico inocente a la sala, sobre todo chicas, que luego son las que m¨¢s gustan de estas ambig¨¹edades sexuales: son nuevas en el asunto. Los actores volver¨¢n a la televisi¨®n, probablemente, donde tienen mejor lugar, aunque a m¨ª me gusta ese lado ingenuo que sienta bien a sus personajes, y me cabe la posibilidad de dudar que lo que parece impericia teatral sea busca de realidad, adaptaci¨®n a las edades. No tengo la impresi¨®n de que en los cinco a?os transcurridos la realidad haya cambiado: quiz¨¢ se ha acentuado. En final tr¨¢gico del grupo donde se mezclan amistad, sexo y amor sigue teniendo toda la melancol¨ªa. El montaje acaba con un simulacro de ring de boxeo donde quedan los ¨²ltimos convivientes a punto de pelea. No lo veo necesario. La pelea triste y amorosa es en realidad verbal y dura toda la obra.
Fui el s¨¢bado: ten¨ªa mucho p¨²blico, y gustaba. Es en efecto una de esas obras que describen parcialmente una ¨¦poca y un amplio grupo de personas que malviven en ella, y llega al espectador, y ¨¦ste responde con su satisfacci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.