Nieve, volcanes y adrenalina

Es una forma ex¨®tica de disfrutar de las vacaciones: acostarse a la hora de la merienda, levantarse cerca de la medianoche, echarse encima varias capas de ropa de abrigo y subir en¨¦rgicamente a la cima de un volc¨¢n, dejando atr¨¢s bloques de hielo, afiladas rocas negras, nubes de azufre y peligros variados. As¨ª lo han hecho ocho monta?eros de Cabra (C¨®rdoba): consiguieron alcanzar las cumbres del Guagua Pichincha, del Illiniza Norte y del Cotopaxi, y se quedaron a medio camino en el Chimborazo, el pico m¨¢s alto de Ecuador, porque el riesgo de desaparecer bajo un alud era mucho.

Jes¨²s Labajo, jefe de la expedici¨®n, cuenta modestamente: 'Primero subimos al Guagua Pichincha, que es peque?ito'. Es, en realidad un volc¨¢n de 4.794 metros, a¨²n activo, cuya ¨²ltima erupci¨®n se produjo hace apenas tres a?os. Despu¨¦s lleg¨® el turno del Illiniza Norte, de 5.126 metros. Mientras sub¨ªan no sufrieron mal de altura; ni se marearon ni se cansaron en exceso. Pero al d¨ªa siguiente, cuando amanecieron en el refugio, les iba a reventar la cabeza.

'Lo combatimos con aspirinas', dice sencillamente Loli Garc¨ªa, una de las dos mujeres del grupo. 'El viento complic¨® la segunda parte de la ascensi¨®n, porque arrastraba part¨ªculas de arena volc¨¢nica que nos hac¨ªan da?o en los ojos'. Hasta se les estropearon las gafas. 'Era de noche, el cielo estaba claro, se ve¨ªan millones de estrellas'.

La tercera cumbre fue la del Cotopaxi, a unos muy respetables 5.897 metros. 'Necesitamos tres d¨ªas para subir' se?ala Pablo Luque, otro expedicionario. 'Los ¨²ltimos metros los hicimos con mucho esfuerzo. Ol¨ªa a azufre, ve¨ªamos un cr¨¢ter de 300 metros de di¨¢metro a nuestros pies'. 'Era como una chimenea gigante', acota Jes¨²s. El siguiente paso era el Chimborazo, una mole de 6.310 metros. 'Cuando llegamos', relata Jes¨²s Labajo, 'nos dijeron que dos semanas atr¨¢s un alud hab¨ªa sepultado a dos monta?eros'. A¨²n as¨ª, decidieron iniciar la ascensi¨®n. Pero las condiciones eran malas.

'El glaciar se derret¨ªa, el hielo se resquebrajaba bajo nuestros pies y el tiempo se nos ven¨ªa encima. ?ramos muchos y sub¨ªamos despacio. A las cinco de la ma?ana todav¨ªa est¨¢bamos a 5.400 metros y decidimos darnos la vuelta, porque no nos fi¨¢bamos de la monta?a', concluye Jes¨²s. 'Creo que fue la decisi¨®n m¨¢s acertada'.

Los expedicionarios, miembros del club de monta?a Cima 2000 de Cabra, preparan m¨¢s proyectos. Esta aventura ecuatoriana, patrocinada por la Diputaci¨®n cordobesa, debe servir de pr¨®logo a otras en Europa Central, en el altiplano boliviano, en Kenia... donde quiera que se puedan mezclar altura y adrenalina.