Cumbre sin energ¨ªa
Si queremos dejar a las siguientes generaciones no ya un planeta mejor, sino simplemente vivible, habr¨¢ que ir mucho m¨¢s all¨¢ de los magros resultados de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible que, con la participaci¨®n de 191 pa¨ªses, se clausur¨® ayer en Johanesburgo. En medio de la parafernalia pol¨ªtica y medi¨¢tica que acompa?a a estos grandes eventos onusianos, la llamada Cumbre de la Tierra ha permitido, pese a todo, algunos m¨ªnimos avances y ha servido para se?alar una vez m¨¢s los problemas a resolver: agua, sanidad, energ¨ªa y comercio, fundamentalmente.
Diez a?os despu¨¦s de R¨ªo, Johanesburgo deja un mal sabor de boca por su falta de ambici¨®n para gestionar unos recursos finitos en nombre de la justicia global y la solidaridad intergeneracional. Estados Unidos, que no parece sentirse obligado a una responsabilidad especial por su condici¨®n de m¨¢xima potencia mundial, ha puesto de manifiesto en Johanesburgo su alergia a todo tipo de atadura y compromiso multilateral, especialmente si es cifrado. Sin embargo, el frente que manten¨ªa contra el Protocolo de Kioto de limitaci¨®n de emisiones de gases de efecto invernadero se ha roto al anunciar Canad¨¢ en Johanesburgo su pr¨®xima ratificaci¨®n, con lo que se cumplir¨¢n los m¨ªnimos exigidos para su entrada en vigor, toda vez que tambi¨¦n se ha comprometido Rusia.
El gran avance de esta cumbre ha sido en materia de agua, un bien que, por escaso, para muchos es m¨¢s precioso que el petr¨®leo. La Cumbre del Milenio de la ONU acord¨® ya reducir para 2015 a la mitad el n¨²mero de personas (1.100 millones) que no tienen acceso a agua potable. Ahora se le ha a?adido el compromiso de reducir tambi¨¦n a la mitad el n¨²mero (2.400 millones) de los que no disponen de saneamientos de aguas residuales.
El gran fracaso ha sido no poder fijar objetivos concretos para aumentar el uso de energ¨ªas renovables. Dos mil millones de personas no tienen acceso a una producci¨®n moderna de energ¨ªa, y la quema y tala de bosques est¨¢ convirti¨¦ndose en una amenaza para el medio ambiente de todos, ricos y pobres, en un planeta compartido. La Uni¨®n Europea marc¨® una avanzadilla no s¨®lo comprometiendo 1.400 millones de d¨®lares para lograr que los objetivos de agua se cumplan en ?frica, sino al proponer que las energ¨ªas renovables lleguen a representar un 15% del total, pero top¨® con la resistencia de los pa¨ªses productores de petr¨®leo, entre ellos Estados Unidos. Sin embargo, como ocurre con otras iniciativas internacionales, la UE marc¨® un camino de progreso al incitar a la adopci¨®n voluntaria de tales metas, prop¨®sito en el que se ha visto acompa?ada de los pa¨ªses candidatos a la Uni¨®n y de otra serie de Estados, lo que puede generar una nueva din¨¢mica a pesar de Estados Unidos y otros.
Este protagonismo europeo hace a¨²n m¨¢s inexplicable la ausencia de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de Johanesburgo. Espa?a trabaj¨® en la preparaci¨®n de esta cumbre durante su presidencia de la UE, que hasta el presidente del Gobierno parece haber olvidado apenas dos meses despu¨¦s. La ¨²nica novedad aportada por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha sido el compromiso de apoyar que las iniciativas europeas sobre el agua se ampl¨ªen al territorio de Am¨¦rica Latina, un evidente deber que ten¨ªa que haber cumplido cuando presid¨ªa la UE.
La adecuaci¨®n de los medios a los objetivos qued¨® relegada al olvido, aunque seis meses atr¨¢s, en la Cumbre de Monterrey, los pa¨ªses ricos se comprometieron a aumentar su ayuda oficial al desarrollo; en el caso de la UE, hasta un 0,39% de su PIB. La necesaria apertura de los mercados de los pa¨ªses ricos a los productos agr¨ªcolas y textiles de los pobres va por otras v¨ªas, aunque al voluntarioso inicio de la Ronda del Desarrollo en Doha en noviembre le siguieron medidas proteccionistas sumamente preocupantes por parte de EE UU que no han sido remediadas en Johanesburgo.
A un ritmo de 77 millones al a?o, el aumento de la poblaci¨®n mundial, que supera ya los 6.000 millones de habitantes, ha sido silenciado en Johanesburgo, donde, en nombre del integrismo en la defensa de algunos principios tradicionales y locales, han aflorado las resistencias al control de la natalidad y a otorgar los derechos que les corresponden a las mujeres, el ¨²ltimo escollo sacrificado para cerrar el Plan de Acci¨®n salido de esta cumbre.
La coincidencia de la Cumbre de la Tierra con las reflexiones mundiales del primer aniversario del 11-S deber¨ªan haber llevado a un resultado m¨¢s fruct¨ªfero. El canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der lo ha expresado con exactitud: 'No puede haber seguridad global sin una agenda para la justicia global', es decir, sin esperanza para miles de millones de personas de ver satisfechas sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas.
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