'Mis entrenadores disfrutan conmigo'
Estaban los de su especie en v¨ªas de extinci¨®n, cuando desde el sur (Puerto de Santa Mar¨ªa, 1981) ha irrumpido un redentor. Regate a regate, centro a centro desde la l¨ªnea de fondo, Joaqu¨ªn ha devuelto la seducci¨®n por los extremos, una demarcaci¨®n desterrada de los libros de estilo de los entrenadores. Asentado ya como el alma del Betis, un fijo en las agendas de futuro de los clubes grandes, Joaqu¨ªn representa ahora la ilusi¨®n de la nueva selecci¨®n, el equipo que ma?ana ante Grecia se estrena en partido oficial a las ¨®rdenes de I?aki S¨¢ez.
Pregunta. ?C¨®mo nace el Joaqu¨ªn regateador?
Respuesta. En mi barrio, en la calle, en el parque, siempre jugando con la pelota. Luego, en el colegio de mi pueblo, hasta que en juveniles pas¨¦ al Betis. Y siempre regateando. Todos me llamaban chup¨®n y se enfadaban. Cog¨ªa la pelota y uno, y otro, y otro. No la soltaba. Y claro, a veces no me dejaban jugar.
'Aprend¨ª a regatear en la calle, ten¨ªa que driblar ¨¢rboles y rivales; me llamaban chup¨®n'
'Roberto Carlos es el m¨¢s dif¨ªcil de superar, y Valer¨®n es con el que mejor me entiendo'
P. Si los ni?os le miraban con prejuicios por los regates, los entrenadores... ?Cu¨¢l fue el primero que se los prohibi¨®?
R. Valenzuela, en divisi¨®n de honor de juveniles. Yo jugaba a mi aire, regateando en todas partes, abusaba. Me dec¨ªa que encarar era bueno, pero no en el centro del campo una y otra vez.
P. De tanto prohibir la suerte, ?son los entrenadores los culpables de que falten regateadores?
R. A un jugador t¨¦cnicamente bueno, nunca hay que quitarle lo que le gusta: encarar y esas cosas. A veces se ponen un poco pesados, pero para eso, para que se busque el regate en el ¨¢rea. Pero s¨ª, los entrenadores ahora buscan m¨¢s el toque, el pase, las paredes. Y no, yo creo que a un jugador nunca hay que quitarle el desparpajo con el que nace.
P. ?El regateador es un rebelde?
R. Pues s¨ª. A un regateador es mejor no decirle nada, porque va a seguir haci¨¦ndolo.
P. ?Y tiene que ser un cachondo? El regate, en el fondo, es una forma de pas¨¢rselo bien.
R. S¨ª, claro. Desde luego mi forma de ser lo explica mucho. Yo soy un t¨ªo muy abierto, muy alegre. Y en el campo trato de divertirme.
P. Lo contradictorio del caso es que los entrenadores se cargan el puesto y ahora, le ven a usted y lo reclaman.
R. Yo s¨®lo s¨¦ que cada entrenador que he tenido ha disfrutado conmigo y me ha puesto. Porque al final, para ganar hay que crear peligro. Y un uno contra uno en la banda, si te vas, crea peligro. Por eso no hay que despreciar la calidad y la rapidez.
P. Si lo tiene tan claro, ?nos tranquilizamos de que nunca se ir¨¢ a Italia?
R. No le tengo miedo al f¨²tbol italiano. Otros no han tenido suerte, pero yo conf¨ªo en m¨ª. Si aqu¨ª no me quieren o no puedo triunfar, llegado el momento, me ir¨ªa sin ninguna duda.
P. Pregunte a su nuevo compa?ero, Assun?ao, tan reprimido por el tacticismo italiano que pocos sab¨ªan del futbolista que hab¨ªa detr¨¢s.
R. S¨ª, me ha sorprendido tela. Ya s¨¦ que jugaba en el Roma, pero a m¨ª ni me sonaba. Lo he visto aqu¨ª, y ?Dios m¨ªo!: trabaja, s¨ª, pero adem¨¢s te llega y tiene un buen golpeo de bal¨®n. Va a dar que hablar.
P. ?Por qu¨¦ se ha armado tan r¨¢pidamente el Betis?
R. Porque la propuesta del entrenador gusta. A V¨ªctor Fern¨¢ndez le gusta que la gente disfrute con el bal¨®n, y esos mensajes al futbolista le llegan m¨¢s f¨¢cil.
P. Les ha convencido de que se puede jugar bien. Ahora queda que les convenza, incluso ¨¦l mismo, de que pueden ganar t¨ªtulos.
R. Tenemos que ponernos a ello. Las armas est¨¢n, pero hay que convencerse.
P. Como la selecci¨®n, que muy bien, muy bien, pero nunca gana nada.
R. Alg¨²n d¨ªa lo conseguiremos. Llegar¨¢ cuando nosotros nos creamos de verdad que podemos ganar algo.
P. ?Cu¨¢ntas veces ha so?ado con el penalti que fall¨® ante Corea?
R. Pues no muchas, no se crea. Hombre, la primera noche, s¨ª, tir¨¦ el penalti 30.000 veces en mi cabeza. Pero lo he sabido asimilar. Adem¨¢s, la gente no me lo ha recordado mucho. Es curioso, salvo dos o tres que hay por ah¨ª, fallar el penalti ha hecho que la gente me coja m¨¢s cari?o. La culpa se la llev¨® Gandhur, as¨ª que yo me libr¨¦.
P. ?Qu¨¦ ha cambiado de Camacho a S¨¢ez?
R. Camacho era un hombre muy exigente en su trabajo. Le gustaba todo bien hecho y bien ordenado. S¨¢ez te deja ir un poco m¨¢s a tu aire, dentro y fuera del campo. Pero bueno, pr¨¢cticamente tienen ideas iguales. Cada entrenador trabaja a su manera, pero al final se llega a lo mismo. El f¨²tbol no es muy complicado. Yo, aunque soy joven, entiendo bastante. A unos les gusta tocar m¨¢s o menos, pero todo se resume en atacar abiertos y defender juntitos.
P. ?La libertad es la cualidad m¨¢s apreciada por un futbolista?
R. Yo, desde luego, la necesito. En mi posici¨®n, si me quiero ir al centro, al centro, si tengo que defender, defiendo, y si me cambio de lado, me cambio. Eso de estar pegado a la banda, quieto y sin poder moverme, es como privarme de comer o de dormir.
P. O sea, que los aires de libertad de S¨¢ez le vienen bien.
R. S¨ª. Siempre que no se pierda la posici¨®n a la hora de defender, la libertad es fundamental. Hay diez mil maneras de llegar, se trata de que nadie sepa c¨®mo va a venir la jugada.
P. Pesa sobre usted el cartel de que le gusta demasiado la fiesta.
R. Soy joven. Me gusta la fiesta como a cualquiera, no lo voy a negar. Salir, disfrutar con los amigos y olvidarme un poco de lo que es todo esto. Pero yo salgo o me tomo mis copas cuando creo que procede, cuando creo que no me va a influir en mi trabajo. Salir no es malo. Tengo 21 a?os y tambi¨¦n me tengo que despejar. No veo bien salir el d¨ªa antes del partido, y, mientras tenga dos dedos de frente, no lo har¨¦ nunca.
P. Pero sabr¨¢ que es un sambenito, como andaluz, con el que cargar¨¢ toda su vida.
R. S¨ª, los gaditanos y los andaluces. Nos han colgado que nos gusta el cachondeo.
P. Otro reproche: en el campo se olvida de las instrucciones.
R. Bueno, al principio me despistaba m¨¢s. Y los entrenadores siempre estaban con el 'Joaqu¨ªn, atento, Joaqu¨ªn atento'. Pero, poco a poco, voy aprendiendo.
P. ?En qui¨¦n se mir¨® usted?
R. En Butrague?o, en Laudrup, en Stoichkov y, el ¨²ltimo, en Figo. Es mi jugador modelo, lo he dicho siempre. De todos he ido aprendiendo. Pero ya no me fijo en nadie. Porque en realidad, yo he nacido con esta forma de jugar. Lo m¨¢s importante es lo que se mama de peque?o. Y yo he jugado en arena, en hierba, en cemento, en espacios chiquititos, con ¨¢rboles por medio. Aprend¨ª teniendo que regatear al rival y al ¨¢rbol.
P. El hambre es la mejor escuela de un futbolista. ?Usted la pas¨®?
R. Yo vengo de una familia humilde. Pero nunca nos ha faltado de nada. Lo tuve todo: los mejores reyes, donde no faltaba un bal¨®n y una equipaci¨®n , ropa, tenis nike... Pero est¨¢ claro que el dinero que tenemos ahora gracias al f¨²tbol nunca lo hemos tenido. Yo he comprado a la familia un chal¨¦ en el que mi madre nunca se imaginaba que iba a poder vivir. Mi padre ten¨ªa un bar, en un tiempo en el que un bar que abr¨ªa a las seis de la ma?ana daba dinero. Yo tambi¨¦n he currado all¨ª. Me levantaba a las seis de la ma?ana con mi t¨ªo y con mi padre, y a poner sillas y a poner caf¨¦s.
P. ?Cu¨¢l ha sido el futbolista que m¨¢s le ha costado desbordar?
R. Roberto Carlos. Es muy fuerte. Te vas de ¨¦l y lo tienes otra vez detr¨¢s. Y adem¨¢s es muy listo, siempre te da la banda y nunca te entra de golpe.
P. ?Con qu¨¦ jugador se entiende a las mil maravillas?
R. Con Valer¨®n. Es un jugador que me busca mucho. Con todos, pero con Valer¨®n veo que hay una qu¨ªmica especial.
P. Primero fue Figo, luego Zidane, luego Ronaldo. ?El pr¨®ximo gran fichaje del Madrid ser¨¢ usted?
R. Mi ilusi¨®n es jugar alg¨²n d¨ªa en un grande como el Madrid. El Madrid ya lo sabe. Yo ya no voy a decir nada m¨¢s.
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