Vida cochina
Los ¨²ltimos 30 a?os de historia de las sociedades occidentales se empe?an en realizar en clave par¨®dica los valores de la revuelta de Mayo del 68: han convertido el rechazo del trabajo alienado en paro permanente, el gusto por la movilidad y la incertidumbre en la precarizaci¨®n total de la existencia, el deseo de abolir las fronteras entre la universidad y la vida en 'formaci¨®n continua', etc¨¦tera. El neoliberalismo ha recuperado el repertorio cr¨ªtico de 1968 y lo emplea para profundizar la utop¨ªa que est¨¢ en su base: reducir el tejido social a los intercambios 'racionales' de Robinsones ego¨ªstas 'libres' de cualquier forma de fidelidad o pertenencia pol¨ªtica que estorbe su circulaci¨®n l¨ªquida por los conductos establecidos de la producci¨®n y el consumo.
VIVIR Y PENSAR COMO PUERCOS
VIVIR Y PENSAR COMO PUERCOS; DE LA INCITACI?N A LA ENVIDIA Y EL ABURRIMIENTO EN LAS SOCIEDADES DE MERCADO Gilles Chatelet. Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva Lengua de Trapo Madrid, 2002 141 p¨¢ginas. 13,52 euros
Bajo esta luz parad¨®jica podemos entender mejor algunos resultados de la creaci¨®n intelectual de los ¨²ltimos tiempos: desde las novelas de M. Houellebecq hasta los trabajos de L. Boltansky y E. Chiapello, pasando por este violento panfleto del fil¨®sofo y matem¨¢tico Gilles Chatelet, escrito poco antes de suicidarse en 1999.
Vivir y pensar como puercos, seg¨²n Chatelet y el sentido com¨²n, significa 'maximizar' los est¨ªmulos del individualismo posesivo (envidia, ingratitud, narcisismo, codicia, conformismo, cinismo) y 'minimizar' los efectos sociales de los valores que circulan bajo la forma del don y animan los proyectos colectivos (generosidad, esp¨ªritu cr¨ªtico, solidaridad, benevolencia). Pero las modalidades de esta vida cochina, y los esquemas conceptuales que las posibilitan y justifican, han variado despu¨¦s de 1968. Ahora, por un lado, para explicar la (viej¨ªsima) hip¨®tesis de la 'autorregulaci¨®n del mercado' se importan de manera fraudulenta modelos (mejor o peor comprendidos) de las teor¨ªas del caos y la cibern¨¦tica, que en sus aplicaciones sociales presuponen un individuo-sustancia movido exclusivamente por motivaciones econ¨®micas y proponen extirpar del lenguaje toda 'viscosidad' (las famosas 'redundancias' y 'ambig¨¹edades' de los te¨®ricos de la informaci¨®n) para mejor comunicarse 'just in time' en las nuevas formas de trabajo inmaterial y flexible. Por otro lado, se promueve materialmente un curioso 'individualismo de masas' que identifica la fabricaci¨®n de autopistas con una ampliaci¨®n inaudita de la libertad de circulaci¨®n, que aspira con todas sus fuerzas a trepar a la ¨¦lite n¨®mada y c¨ªnica de predadores que compone la 'superclase' dominante y que imagina estar viviendo en un gigantesco Parque Jur¨¢sico en el que las ¨²nicas expresiones leg¨ªtimas de la pol¨ªtica son las medidas de excepci¨®n para conjurar los peligros que suponen enemigos por lo general inventados o directamente producidos (anarquistas de negro, pederastas, inmigrantes, etc¨¦tera).
Al final del libro, frente a todo ese miserabilismo ambiental, Chatelet recuerda, con Hegel, que tambi¨¦n existe lo heroico y lo superfluo, las decisiones (que no 'elecciones' 'optimizaciones' o 'deducciones') ajenas al dominio de la necesidad, y propone una figura, 'los h¨¦roes cualquiera', como met¨¢fora de los gestos an¨®nimos que desaf¨ªan la cobard¨ªa y las vilezas de cada uno y llaman a fundar, por su excepcionalidad, nuevos espacios pol¨ªticos y otros pueblos que los habiten, 'con sus cantos y sus grandes apetitos'.
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