?Qu¨¦ ha salido mal?
?QU? PAS?? ?Que ha ido mal en el islam para que el gran centro de civilizaci¨®n que salv¨® la cultura hace m¨¢s de mil a?os se haya quedado atr¨¢s? Bernard Lewis (Londres, 1917) est¨¢ en una buena posici¨®n para intentar encontrar respuestas a la gran pregunta. No en vano ha escrito m¨¢s de una veintena de obras sobre el mundo ¨¢rabe (entre ellas, y publicadas en espa?ol, Los ¨¢rabes en la historia, Edhasa, y Las identidades m¨²ltiples de Oriente Medio, Siglo XXI). Lewis, el gran experto occidental en Oriente Pr¨®ximo -demasiado occidental, seg¨²n algunos-, aborda una vez m¨¢s la explicaci¨®n de un fen¨®meno fascinante. What went wrong? recoge puntos de vista en parte ya apuntados antes por ¨¦l y desarrolla reflexiones que adquieren mayor relevancia tras el 11-S.
Un informe de julio hecho por una treintena de intelectuales ¨¢rabes con patrocinio de Naciones Unidas ilustraba de forma descarnada el retraso actual de los 22 pa¨ªses ¨¢rabes, cuyo producto interior bruto, sumado, es inferior al de Espa?a. Hab¨ªa otros datos igualmente espectaculares: el total de libros traducidos al ¨¢rabe en 10 siglos es menor de los que se traducen al espa?ol en un a?o; la mitad de los j¨®venes ¨¢rabes quieren emigrar; la mitad de las mujeres viven en una situaci¨®n de analfabetismo. 'Comparado con el cristianismo, su rival milenario, el mundo del islam es pobre, d¨¦bil e ignorante', afirma Lewis.Los esfuerzos de modernizaci¨®n de los pa¨ªses ¨¢rabes en los siglos XIX y XX en lo militar, lo econ¨®mico y lo pol¨ªtico ha desembocado en fracasos y decepciones. : el anhelo de victorias que recuerden el pasado glorioso s¨®lo ha logrado 'derrotas humillantes'; la b¨²squeda de prosperidad no ha llevado m¨¢s que a econom¨ªas 'empobrecidas o corruptas'; y en la pol¨ªtica, el panorama ofrece 'una ristra de ra¨ªdas tiran¨ªas, desde las tradicionales autocracias hasta las dictaduras de nuevo tipo'.
?Por qu¨¦ esta evoluci¨®n? Despu¨¦s de la arrolladora explosi¨®n de conquistas de los siglos VII, VIII y IX y durante cientos de a?os, la maquinaria militar del islam no ten¨ªa rival ('sus ej¨¦rcitos invadieron al mismo tiempo Europa y ?frica, India y China'); su poder econ¨®mico era absoluto y 'hab¨ªa alcanzado el nivel m¨¢s elevado hasta el momento en las artes y las ciencias de la civilizaci¨®n'. Quiz¨¢ la confianza que da un poder sin rival ('una civilizaci¨®n mundial, poli¨¦tnica, multirracial, internacional') favoreci¨® la arrogancia: los ¨¢rabes no supieron valorar los avances de la Europa cristiana en las artes militares, en la medicina y las ciencias, los saltos adelante en la cultura, la tecnolog¨ªa y el conocimiento. Hasta finales del XVIII, s¨®lo se hab¨ªa traducido al ¨¢rabe un libro de medicina -un tratado franc¨¦s sobre s¨ªfilis-. 'El Renacimiento, la Reforma, la revoluci¨®n tecnol¨®gica, todo pas¨® pr¨¢cticamente sin que se supiera en las tierras del islam, en las que la tendencia era despreciar a los moradores de los territorios de Occidente como b¨¢rbaros ignorantes, m¨¢s inferiores incluso que los infieles asi¨¢ticos del Este'.
El islam sab¨ªa -lo sufr¨ªa en los campos de batalla- que Occidente desarrollaba poco a poco habilidades en tecnolog¨ªa militar, pero eso no cambiaba su opini¨®n sobre la capacidad del adversario. 'Los sultanes adquir¨ªan material b¨¦lico al contado y lo consideraban una transacci¨®n comercial m¨¢s. Los turcos, en concreto, adoptaron invenciones europeas como las pistolas y la artiller¨ªa y las usaron con gran eficacia, sin modificar por ello su opini¨®n' sobre los b¨¢rbaros infieles a los que hab¨ªan comprado esas armas'. Hasta el siglo XVIII, los musulmanes no quer¨ªan ir a Europa, ni como comerciantes, ni como diplom¨¢ticos, ni como viajeros. Los dirigentes religiosos lo desaconsejaban; era preferible, en caso de necesidad, enviar mensajeros de las minor¨ªas religiosas que viv¨ªan -en muchas ocasiones, bastante mejor que bajo la cristiandad- en los pa¨ªses ¨¢rabes: cristianos griegos o armenios y jud¨ªos. Se desaconsejaba aprender otras lenguas : 'Era innecesario, cuando no degradante'.Esta tremenda falta de curiosidad hizo, por ejemplo, que nadie viera ni consultara una versi¨®n turca de 1513 del mapa de los viajes de Col¨®n a Am¨¦rica, depositada en un palacio de Estambul, hasta que un investigador alem¨¢n la descubri¨® en 1929.
Para explicar qu¨¦ es lo que ocurri¨®, sobre todo a partir del siglo XVIII, que justifique el derrumbe de la civilizaci¨®n isl¨¢mica, Bernard Lewis -que en ocasiones generaliza en exceso- cree fundamental se?alar la actitud contraria a la emancipaci¨®n de las mujeres y la despreocupaci¨®n por la educaci¨®n y la ciencia. En cuanto al papel de la religi¨®n, la tolerancia que hab¨ªa predominado en los tiempos de esplendor del islam empez¨® a recortarse cada vez m¨¢s en favor de versiones fundamentalistas a medida que el imperio perd¨ªa terreno. Y nunca se hizo lo que Occidente s¨ª llev¨® a cabo, despu¨¦s de grandes cantidades de sangre, sudor y l¨¢grimas: la secularizaci¨®n.
'?Qui¨¦n nos ha hecho esto?': ¨¦sa es, se?ala Lewis, la pregunta que se plantean millones de ¨¢rabes, 'porque siempre es m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s satisfactorio culpar a otros de las desgracias propias'. La lista de respuestas ha sido larga: los primeros fueron los mogoles; despu¨¦s, turcos y persas; en los siglos XIX y XX, el colonialismo franc¨¦s y brit¨¢nico, y en los ¨²ltimos 50 a?os, norteamericanos y jud¨ªos. No es dif¨ªcil encontrar m¨¦rito a muchas de las cr¨ªticas, pero, en general, la larga ca¨ªda de toda una civilizaci¨®n se debe, entiende el autor, a 'las debilidades internas de los Estados y las sociedades de Oriente Pr¨®ximo'.
Hay otras reflexiones en el mundo ¨¢rabe actual, entiende Lewis, m¨¢s interesantes, m¨¢s productivas, que pasan por formular diferentes preguntas. Por ejemplo, ?qu¨¦ hemos hecho de lo que fuimos? Y una de las cuestiones abiertas es que el problema no ser¨ªa tanto lo que el islam ha hecho a los musulmanes, sino -vistos los pasados esplendores, que se llevaron a cabo bajo dominio isl¨¢mico-lo que los musulmanes han hecho al islam. En esta perspectiva, pueden buscarse culpables -grupos, l¨ªderes, doctrinas- y recordar el gran debate entre fundamentalistas -hay que volver a la pureza, se han abandonado los principios- y reformistas -hay que abandonar las normas r¨ªgidas de hace mil a?os, se ha confundido religi¨®n con fanatismo-.
Y, por fin, la autocr¨ªtica: del '?qui¨¦n nos ha hecho esto?' al '?qu¨¦ hemos hecho mal?' y '?qu¨¦ hacemos para arreglarlo?'. Para Lewis, 'en esta pregunta y en las diversas respuestas que se est¨¢n dando descansan las esperanzas m¨¢s serias para el futuro', porque 'si los pueblos de Oriente Pr¨®ximo se mantienen en su camino actual, las bombas suicidas pueden llegar a ser una met¨¢fora v¨¢lida para toda la zona, y no se podr¨¢ escapar de una espiral de odio y desprecio, rabia y autocompasi¨®n, opresi¨®n y pobreza, que culminar¨¢, antes o despu¨¦s, en otra dominaci¨®n extranjera; quiz¨¢ de una nueva Europa que vuelva a los viejos tiempos; quiz¨¢ de una Rusia renovada; quiz¨¢ de alg¨²n nuevo superpoder del Este. Si pueden dejar atr¨¢s el agravio y el victimismo, resolver sus diferencias y unir sus talentos, energ¨ªas y recursos en una empresa com¨²n y creativa, podr¨¢n de nuevo crear un Oriente Pr¨®ximo actual como el de la antig¨¹edad y la Edad Media, un gran centro de civilizaci¨®n. Por ahora, la opci¨®n est¨¢ en sus manos'.
What went wrong? lo editar¨¢ en Espa?a Siglo XXI en octubre bajo el t¨ªtulo ?Qu¨¦ ha fallado? El impacto de Occidente y la respuesta de Oriente Pr¨®ximo.
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