Un exquisito hotel de aires r¨²sticos en Getaria
CASER?O PIKAMENDI, vistas de la costa de Guip¨²zcoa desde el barrio de San Prudencio
En los altos de Getaria, m¨¢s precisamente en el barrio de San Prudencio, esconde su rudeza de piedra y tejas un caser¨ªo de 1860 que tuvo utilidad como predio de labranza y f¨¢brica de embutidos, pre¨¢mbulo accidental del hotel que es hoy. Una propiedad aristocr¨¢tica alrededor de la cual se extienden ocho hect¨¢reas de bosques, prados y manantiales con sugerentes vistas sobre el mar Cant¨¢brico. Dar con ella supone poner a prueba el sentido de la orientaci¨®n, pues ning¨²n indicador advierte de la existencia del hospedaje, ni siquiera en la propia entrada.
Adolfo P¨¦rez Beraetxe, el due?o, sale al encuentro del viajero para evitarle la molestia de irse por otros andurriales. Ya desde el jard¨ªn, no muy grande, pero aterciopelado de c¨¦sped, con una piscina disimulada entre los ¨¢rboles y una buganvilla trepadora por la fachada, se vislumbra la importancia dada a las labores de reconstrucci¨®n, casi tanto como al refinamiento de las instalaciones y al exquisito porte del servicio. La planta baja es una sucesi¨®n de salones en los que caben una mesa de billar, un viejo piano Pleyel y una nutrida biblioteca donde estar, leer o charlar.
CASER?O PIKAMENDI
Categor¨ªa oficial: una estrella. Direcci¨®n: Barrio de San Prudencio. 20808 Getaria (Guip¨²zcoa). Tel¨¦fono: 943 14 02 13. Fax: 943 14 09 31. Central de reservas: 902 10 38 92 (Rusticae). Internet: www.caseriopikamendi.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina, sal¨®n con chimenea, sal¨®n de billar. Habitaciones: cuatro dobles y dos 'suites'; todas con ba?o, calefacci¨®n, tel¨¦fono, TV v¨ªa sat¨¦lite, radio, frutas de bienvenida, secador de pelo, albornoz y carta de almohadas. Servicios: no hay facilidades para discapacitados; no admite perros. Precios: temporada alta, 360,61 euros + 7% IVA; temporada baja, 210,35 euros + 7% IVA; desayuno, 18,03 euros + 7% IVA. Tarjetas de cr¨¦dito: American Express, Visa. Arquitectura ... 7 Decoraci¨®n ... 9 Estado de conservaci¨®n ... 7 Confortabilidad habitaciones ... 9 Aseos ... 9 Ambiente ... 8 Desayuno ... 8 Atenci¨®n ... 9 Tranquilidad ... 10 Instalaciones ... 8
Aqu¨ª la prosapia se pone de manifiesto leyendo el list¨ªn telef¨®nico de la casa. 'Biblioteca: 223. Guardeses: 226. Perros: 232. Zagu¨¢n: 234'. No faltan otras lecturas donde la exquisitez es norma. Borlas en los pomos de las puertas y los armarios. Frutas delicadas. Flores secas. Suelos crujientes seg¨²n una intensidad prevista que evoquen otros tiempos sin molestar a la clientela. Tantos son los detalles, que no se acaban de descubrir en una estancia corta.
Cada habitaci¨®n presenta un cuadro decorativo diferente, mimado hasta la ¨²ltima pincelada con una rusticidad c¨¢lida y elegante. Sillas y sillones de estilo imperio. ?leos y alfombras de siglos pasados. Armarios con entorchados en las llaves. Un escritorio de madera fina y un gal¨¢n de noche forrado de terciopelo. Camas con dosel, igual que los cortinajes. S¨¢banas de hilo, toallas de algod¨®n grueso, papeleras y salvamanteles de cester¨ªa indonesia. Y, por supuesto, el cuarto de ba?o, perfumado como las casas patricias de anta?o, con admin¨ªculos de la marca Herm¨¨s, de Par¨ªs.
Las vistas desde los balcones alcanzan al mar. Qu¨¦, el mar... Toda la costa vasca hasta San Juan de Luz. El ¨²nico pero salta a la hora de la cena, imposible en las estancias del hotel, aunque el propietario recomienda bajarse en coche hasta el restaurante El Astillero, frente a los muelles de Getaria. Demasiada molestia para lo que cuesta una noche en el caser¨ªo.
ALREDEDORES
SIN IR MUY lejos, se puede iniciar el d¨ªa visitando la iglesia g¨®tica de San Salvador, el monumento a Juan Sebasti¨¢n Elcano y la calzada romana que pasa por el barrio de San Prudencio. Los rom¨¢nticos desear¨¢n estar un par de horas en el puerto, de noche, observando la salida de los arrantzales (pescadores) a la mar. Adem¨¢s, el puerto de Getaria y los restaurantes de la localidad invitan a una parada gastron¨®mica. Hacia el interior se encuentra el famoso balneario de Cestona. Y siguiendo la l¨ªnea de la costa de Guip¨²zcoa, se suceden los pueblos costeros de Zumaia, Zarautz, Orio o Pasaia, hasta Hondarribia, casi en la frontera con Francia.
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