Potaje y licor de casta?as, el Bosque Encantado y m¨¢s pistas de la sierra de Aracena
En este entorno natural, ubicado en el norte h¨²medo y boscoso de la provincia de Huelva, el oto?o se ve, se pasea, se come, se bebe e, incluso, se lee
La sierra de Aracena es famosa por el jam¨®n ib¨¦rico pero, en oto?o, produce otras dos exquisiteces: casta?as y setas. Y encima son gratis si el viajero se toma la molestia de buscarlas paseando, por ejemplo, por el Bosque Encantado. En este espacio natural, situado en el norte h¨²medo y boscoso de la provincia de Huelva, uno tambi¨¦n puede sentarse a leer a William Wordsworth en el jard¨ªn de sus tataranietos, en la localidad de Al¨¢jar, y mirar un poco alrededor. Adem¨¢s, esperan infinidad de sendas. Aqu¨ª van 10 planes oto?ales muy tentadores.
1. Paseo por el Bosque Encantado
El logotipo del parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche es una rama de casta?o. Y su coraz¨®n, un bosque de 5.000 hect¨¢reas de este ¨¢rbol oriundo del noroeste peninsular. Algunos ejemplares son antiqu¨ªsimos, del siglo XIII, cuando leoneses y gallegos repoblaron la zona. El sendero circular de 17,5 kil¨®metros que une Fuenteheridos, Galaroza y Casta?o del Robledo, no puede estar m¨¢s bonito en oto?o. Durante esta estaci¨®n, el Bosque Encantado ¡ªas¨ª lo llaman¡ª se pinta de amarillo y su suelo se llena de casta?as. No puede ser m¨¢s sano: se anda un total de cinco horas picoteando estos frutos bajos en grasas y az¨²cares, y a tope de vitaminas, minerales y fibras. Una advertencia: solo se pueden coger las casta?as que caen al camino. Las que lo hacen dentro de las fincas de la zona son frutas privadas, prohibido cogerlas.
2. Potaje de casta?as
A diferencia de otros potajes, que son un primer plato tirando a ¨²nico, el de casta?as del restaurante Montecruz (616 94 57 68), en la localidad de Aracena, es un postre, una crema elaborada con casta?as secas, pan frito, canela en rama, an¨ªs en grano y az¨²car. Manolo Garc¨ªa, el due?o, cuenta que lo de echarle pan frito lo aprendi¨® de su madre ¡ªotros lo elaboran sin ¨¦l, como una sopa¡ª y habla maravillas de la casta?a Ancha de Al¨¢jar, que es una variedad redonda y grande. La mejor de la sierra. M¨¢s que un postre, esto es una cata comentada. Pero antes, Garc¨ªa recomienda probar el ciervo estofado con n¨ªscalos o el solomillo de jabal¨ª con crema de boletus. Todo muy oto?al.
3. El licor de casta?as de Martes Santo
Para facilitar la digesti¨®n, se puede tomar un licor de casta?a en Martes Santo, unas destiler¨ªas de Higuera de la Sierra que presumen de ecol¨®gicas, de ser de las m¨¢s antiguas de Espa?a ¡ªdatan de 1870¡ª y de mantener los tradicionales alambiques de cobre alimentados con le?a de encina y la maceraci¨®n de frutas naturales del entorno. Ofrecen visitas gratuitas, con degustaci¨®n, a la destiler¨ªa y al museo. Tambi¨¦n hacen aqu¨ª una crema que es como un Baileys de casta?a: un licor con sabor a mantecado y a la m¨ªtica leche de pantera, la ¨²nica registrada.
4. Excursiones micol¨®gicas
Esta sierra onubense es uno de los enclaves con m¨¢s diversidad micol¨®gica de Espa?a. Setas tan apreciadas como las que llaman tanas (Amanita caesarea) y tentullos (Boletus aereus) que en otros lugares ni se huelen y aqu¨ª se recolectan a espuertas. Buscarlas por libre es complicado porque la mayor parte del territorio es propiedad particular. As¨ª que es mejor hacerlo con la empresa de turismo activo Enclave Deportivo, que no solo organiza excursiones micol¨®gicas por los pocos montes p¨²blicos que hay, sino que tambi¨¦n tiene el permiso para recolectarlas en varias fincas privadas. La zona ideal para buscarlas, seg¨²n nos susurran sus gu¨ªas expertos, es el municipio de Santa Ana la Real.
5. Unas compras
Se puede buscar setas con un palo de escoba y una bolsa del Mercadona, pero es mucho m¨¢s ecol¨®gico hacerlo con una cesta de varetas de olivo y una pica artesana de casta?o como las que venden en Recolectados Selectos, en el n¨²mero 1 de la calle Constituci¨®n (Aracena). All¨ª mismo podemos echar en la cesta, para impresionar a otros buscadores, una docena de boletus, porque tambi¨¦n venden setas reci¨¦n cogidas. Adem¨¢s, tienen casta?as frescas, secas, al brandy, con chocolate, en alm¨ªbar, marr¨®n glac¨¦¡ Y hay una terraza donde, antes de salir al campo, se puede desayunar algo muy de kil¨®metro cero: un mollete de jam¨®n ib¨¦rico. Bien pensado, tambi¨¦n es algo muy de oto?o, porque es ahora cuando las piernas m¨¢s deseadas del mundo hacen running bellotero, correteando por las dehesas de encinas y alcornoques y as¨ª infiltrando la grasilla entre sus fibras musculares y volvi¨¦ndose muy ricas.
6. Dos men¨²s de temporada
A las reinas y reyes del oto?o tambi¨¦n las encontraremos sin esfuerzo en los platos del restaurante Casa Sirlache, en la misma localidad de Aracena. En su carta: arroz con setas, revuelto de Amanita caesaria y Boletus aereus o natillas con casta?as. No sale caro: unos 20 euros por persona. Otra gran opci¨®n es ir a probar lo que cocina Luismi L¨®pez y sirve Adela Ortiz en el restaurante Arrieros, ubicado en el precioso pueblo de Linares de la Sierra. Para empezar, revuelto de setas del terreno. De segundo, pluma de ib¨¦rico con boletus aereus y mermelada de pimiento del piquillo. Y, de postre, pole¨¢, una variante dulce de las gachas que se consum¨ªa tradicionalmente en la sierra de Aracena en oto?o e invierno.
7. El valle escondido
En esta zona tambi¨¦n es obligado pasear por Linares de la Sierra. ¡°El Valle Escondido¡± es como llaman a este pueblecito de casas blancas, con un art¨ªstico empedrado o llano delante de cada una de ellas y un magn¨ªfico lavadero redondo junto a la Fuente Nueva. Esta joya de la arquitectura popular tiene los puestos en c¨ªrculo, un dise?o perfecto para hablar, bromear, discutir, chismorrear o, incluso, para hacer eso ya tan extra?o que aqu¨ª a¨²n hay quienes lo practican: lavar la ropa a mano. Pero en oto?o, la verdad, m¨¢s que andar chapoteando en esta agua tan fresca, lo que apetece es sumergirse en la piscina caliente del Hammam Linares.
8. En casa de los Wordsworth
En un monte a medio camino entre Linares de la Sierra y Al¨¢jar ¡ªotro pueblo bonito a rabiar¡ª, se encuentra el hotel Finca La Fronda. Es el sue?o de cualquier viajero amante de las setas: no hay ni que salir del alojamiento para encontrarlas porque su jard¨ªn es un bosque de alcornoques y casta?os atiborrado de ellas. Charles Wordsworth escogi¨® hace 20 a?os este paraje tan rom¨¢ntico ¡ªaunque, para rom¨¢ntico, su tatarabuelo, el poeta ingl¨¦s William Wordsworth¡ª para retirarse y montar un hotelito de siete habitaciones con las mejores vistas de la sierra, que solo son igualadas por las de la cercana Pe?a de Arias Montano. Sus hijos, Cristina y Alec, lo regentan en la actualidad. ?scar Rivilla, el marido de Cristina, toca los s¨¢bados el piano mientras los hu¨¦spedes cenan. Y el fantasma de William les deja, cada d¨ªa, un poema suyo distinto debajo de la almohada, tal vez hoy ese que dice: ¡°Salvaje es la m¨²sica de los vientos oto?ales entre los bosques descoloridos¡±. Qu¨¦ apropiado.
9. Cascadas y libros en Santa Ana la Real
Con las lluvias oto?ales renacen las cascadas m¨¢s bellas de la sierra de Aracena: los Chorros de Joyaranc¨®n, en Santa Ana la Real. Para verlas, solo hay que andar unos 10 minutos por un camino que sale de la carretera HU-8105, a dos kil¨®metros del pueblo. En ¨¦pocas de lluvia, este salto de agua de m¨¢s 15 metros de altura se encuentra en todo su esplendor. M¨¢s interesante a¨²n es el sendero circular de cinco kil¨®metros que recorre el Bosque de las Letras. Avanzando por ¨¦l se ven escritos fragmentos de novelas, poemas y microrrelatos de autores de esta comarca onubense o vinculados a ella. Un c¨®digo QR lleva a la biograf¨ªa de los mismos y a los textos completos. Tambi¨¦n se encuentran cinco puntos de lectura e intercambio de libros. Adem¨¢s, veremos un mont¨®n de vecinos practicando marcha n¨®rdica ¡ªuna forma de ejercicio al aire libre que consiste en caminar con la ayuda e impulso de bastones similares a los utilizados en el esqu¨ª¡ª, deporte al que aqu¨ª son aficionad¨ªsimos.
10. Al calor de los rehiletes
Los rehiletes son unas varas flexibles de olivo en las que se pinchan las hojas ca¨ªdas de los casta?os, con un fruto de estos ¨¢rboles incrustado en cada punta para que aquellas no salgan disparadas cuando los adultos y, sobre todo, los ni?os de la localidad de Aracena, las hagan girar como posesos la noche del 7 de diciembre, v¨ªspera de La Pura, despu¨¦s de prenderlas en alguna de las muchas hogueras que arden en la poblaci¨®n. La m¨¢s alegre es la de la calle Alegre (valga la redundancia), junto a la plaza de toros. Al calor de la candela y de los rehiletes se re¨²nen los vecinos a tomar mosto, chorizos asados y bu?uelos. Y el forastero se arrima a los vecinos, claro. No es m¨¢s plan para celebrar el oto?o y acabar este viaje.
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