Las Torres Gemelas cayeron sobre Palestina
El primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, ha sido quien mejor ha sabido usar el atentado de Nueva York, para confundir los atentados suicidas palestinos con el terrorismo de Al Qaeda
Las explosiones del 11-S retumbaron tanto en Palestina como en Nueva York. El mundo ser¨¢ o no el mismo, como hoy tanto se dice, tras el atentado de las Torres Gemelas, pero el conflicto de Oriente Pr¨®ximo a¨²n no se ha repuesto de aquellos fragores; o mejor, el conflicto va viento en popa, y es la paz la que paga un alt¨ªsimo precio.
Felicit¨¢ndose por ello, o considerando que no hay peor calamidad, las fuentes consultadas tienen un punto de coincidencia virtual: el primer ministro israel¨ª Ariel Sharon es el gran beneficiado por las secuelas del 11-S. Es como si los efectos geopol¨ªticos de la barbarie integrista y el ex general israel¨ª, elegido apenas unos meses antes de aquel terrible septiembre, estuvieran hechos el uno para el otro y el l¨ªder sionista leyera mejor que nadie las runas del desastre; el hombre del Likud a la espera de un regalo de los dioses como ¨¦se, para remodelar el mundo a su entera satisfacci¨®n.
En abril de este a?o, el presidente norteamericano George W. Bush a¨²n ped¨ªa la retirada israel¨ª de la Palestina aut¨®noma y la creaci¨®n de un Estado palestino, pero en junio descalificaba al presidente de la Autoridad Palestina como interlocutor para los restos. Bush II, bien que no dado a una consistencia extrema en sus declaraciones, estaba entonces comprando a todos los efectos la propuesta de Sharon, al proceder a una amalgama de todos los terrorismos. Igual Al Qaeda de Osama Bin Laden, cuya primera aspiraci¨®n es destruir los reg¨ªmenes ¨¢rabes prooccidentales y, para ello, decid¨ªa atacar el mal en su centro geom¨¦trico, las torres de Wall Street, que los atentados suicidas de la Brigada de los M¨¢rtires de Al Aqsa o el Movimiento de Resistencia Isl¨¢mico (Ham¨¢s), que persiguen la construcci¨®n de un Estado palestino y, si es preciso, la del Estado de Israel. Asimismo, entra hoy en el paquete el previsible ataque de EE UU a Irak, pa¨ªs al que recientemente los servicios norteamericanos acusaban no s¨®lo de atesorar armas de destrucci¨®n masiva, sino tambi¨¦n al terrorismo m¨¢s islamizado.
El embajador israel¨ª en Espa?a, Herzl Inbar, expresa lo que ya es un lugar com¨²n entre la diplomacia de su pa¨ªs. Uno de los grandes efectos del 11-S ha sido: 'El que EE UU haya decretado tolerancia cero al terrorismo, a diferencia de Europa, donde todav¨ªa hay zonas grises. La fotograf¨ªa es ahora en blanco y negro'. Al mismo tiempo, registra el diplom¨¢tico c¨®mo en su pa¨ªs el macro-atentado 'refuerza la posici¨®n de quienes sostienen que es in¨²til toda negociaci¨®n con los que practican y amparan el terrorismo, del que es jefe indiscutible Arafat. Casi no hay distinci¨®n entre unos y otros terrorismos. Nosotros vivimos un 11-S todos los d¨ªas'.
Id¨¦nticas circunstancias llevan al polit¨®logo franc¨¦s de origen argelino, Sami Na?r, a muy diferentes conclusiones: 'La sumisi¨®n de Bush a la pol¨ªtica de tierra quemada de Sharon aleja toda posibilidad de paz. Y hay que recordar que antes del 11-S eran ya los EE UU los que libraban una guerra al mundo ¨¢rabe-musulm¨¢n, a trav¨¦s del apoyo a la colonizaci¨®n israel¨ª de Palestina, y ahora con la amenaza de guerra contra Irak'.
El punto novedoso entre los especialistas europeos, en este caso grato a los o¨ªdos israel¨ªes, lo marca un arabista franc¨¦s, Gilles Kepel, que en un art¨ªculo conmemorativo afirmaba que el fracaso de Al Qaeda, al no conseguir que el 11-S provocara un alzamiento en Arabia Saud¨ª contra la alianza con EE UU, hac¨ªa de Israel el primer campo de batalla, de forma que lo que constituye la masa sociol¨®gica de apoyo al terrorismo 'se vuelca hoy en apoyo de Ham¨¢s, con la recaudaci¨®n de fondos -en Arabia Saud¨ª incluso en TV- para las viudas de los suicidas, al tiempo que los imames condonan el asesinato de civiles israel¨ªes'.
La alianza saud¨ª-americana es cierto que ha encajado mal el hecho de que 15 de los secuestradores de aviones del 11-S fueran de ese pa¨ªs ¨¢rabe. Al director de la Escuela Diplom¨¢tica israel¨ª, Gil Artzelys, se le nota que quisiera ver rota esa conexi¨®n: 'Hab¨ªa un conflicto que ahora sale a la superficie. Washington ya no conf¨ªa en Riad, y en parte ocurre lo mismo con Egipto . EE UU comprende que no basta con tener buenas relaciones con los Gobiernos, sino que hay que contar tambi¨¦n con la sociedad. Cuanto mejores son las relaciones con la realeza saud¨ª y el presidente Mubarak, m¨¢s antiamericanismo reina en Arabia y Egipto'. Todo parece indicar, pues, que a la blindada conexi¨®n israelo-norteamericana le vendr¨ªa bien un mapa muy distinto de todo Oriente Pr¨®ximo, que pudiera derivarse de la destrucci¨®n del r¨¦gimen de Bagdad.
El embajador de Palestina en Madrid, Nabil Maruf, saca para hablar de ello el telescopio geopol¨ªtico. 'Si se produce la invasi¨®n de Irak es para redibujar el mapa de la zona. Washington quiere otra geograf¨ªa pol¨ªtica basada en afinidades tribales, ¨¦tnicas, un Irak dividido en varios Estados, los kurdos podr¨ªan obtener el suyo, como los shi¨ªes, y ese nuevo cuadro puede llegar a afectar hasta a Kuwait y Arabia. A esas casillas nacionales se puede deportar entonces a varios millones de palestinos, para aliviar la presi¨®n demogr¨¢fica sobre Israel'.
Maruf es hoy un moderado de extrema necesidad. 'No quiero que mis hijos partan de cero, como yo, y por eso Arafat deber¨ªa haber aceptado las propuestas de Clinton en Camp David y ahora tendr¨ªamos un Estado palestino, aunque fuera m¨ªnimo. Hay que tener algo propio para impedir que Sharon se salga con la suya. Y hoy eso est¨¢ lejano'. Saleh Abdel Jawad, profesor universitario, declaraba en la misma l¨ªnea a Le Monde palabras similares con derecho a escalofr¨ªo: 'El objetivo ¨²ltimo de Sharon es la expulsi¨®n de los palestinos. Y para ello necesitar¨ªa una guerra regional, una luz verde norteamericana, pretextos. Un conflicto entre Estados Unidos, Israel e Irak ser¨ªa esa oportunidad'.
Abu Meddein, uno de los 14 que compon¨ªan la delegaci¨®n palestina en la conferencia de Madrid -octubre de 1991-, pen¨²ltimo ministro de Justicia de Arafat, que ha pasado a dirigir la Autoridad Territorial en el nuevo Gobierno del rais palestino, es moderado en todo menos en el dramatismo con que describe la situaci¨®n. 'Con la utilizaci¨®n que Sharon ha hecho del 11-S, hemos perdido la autonom¨ªa que ganamos en el proceso de Oslo, y, por ello, Ham¨¢s es hoy m¨¢s fuerte que nunca. No creo que haya elecciones porque Am¨¦rica no quiere que tengamos un Estado democr¨¢tico y, sobre todo, porque Arafat ser¨ªa reelegido abrumadoramente, pero con un a?adido. La C¨¢mara legislativa la copar¨ªa una gran mayor¨ªa de radicales para que el presidente tuviera las manos atadas y no pudiera negociar la paz. Hemos perdido toda esperanza, porque el 11-S le ha dado respetabilidad a la pol¨ªtica de Sharon, con su ministro, el laborista Sim¨®n Peres, para recoger los desperdicios. Arafat ten¨ªa que haber aceptado el plan Clinton y seguir negociando, aun sabiendo que Barak s¨®lo estuviera maniobrando sin comprometerse plenamente. Habr¨¢ al menos dos a?os de confusi¨®n cuando se produzca la sucesi¨®n de Arafat'.
Oslo, en el pante¨®n, y no precisamente de hombres ilustres. El primer embajador israel¨ª en Espa?a, Samuel Hadas, hoy em¨¦rito, escritor y conferenciante, dice que el proceso ya desmejoraba con la ¨²ltima Intifada -septiembre de 2000-. 'Pero lo remat¨® el 11-S, que entreg¨® la pol¨ªtica a los radicales, palestinos e israel¨ªes. El propio Bush ha cambiado de prioridades. Poco despu¨¦s del atentado se dec¨ªa que precisaba un Oriente Pr¨®ximo en calma para hacer la guerra al terrorismo, y hoy se dispone a atacar a Irak, aunque eso levante una coalici¨®n de todo el mundo ¨¢rabe, no como hizo su padre en 1991 en contra de Sadam Husein, sino contra los EE UU'.
Ahmed Sobh, secretario de Estado de Cooperaci¨®n Internacional de la Autoridad Palestina, resume el 11-S en una numerada trilog¨ªa de consecuencias. 1) La capacidad norteamericana de imponer criterios simples y peligrosos en las relaciones internacionales. Si s¨®lo hay terroristas y antiterroristas, se olvida cu¨¢l es la esencia del conflicto, que es la ocupaci¨®n de nuestra tierra por parte de Israel.
2) Sharon ha podido, ante la indiferencia mundial, castigar con un toque de queda diario a tres millones de palestinos, que no pueden salir de casa, llevar los ni?os a la escuela, ir al m¨¦dico, vivir.
3) Sharon quiere pescar en el r¨ªo revuelto (sic, en el espl¨¦ndido espa?ol que habla) de la guerra contra Irak, para deportar a cuantos palestinos sea posible a Jordania o al sur de L¨ªbano.
Lo que es ya un verdadero eco general en medios ¨¢rabes puede resumirse en la opini¨®n de Hasan Turkmani, jefe de Estado Mayor sirio, que dec¨ªa en el ejemplar de este mes de la publicaci¨®n del Ej¨¦rcito: 'La acusaci¨®n de terrorismo se ha convertido en un arma arrojadiza en manos de Washington, que usa contra los pa¨ªses que desaprueba y que quiere controlar'.
No todo fuerza, sin embargo, a que las cosas debieran haber sido necesariamente as¨ª. El ¨²ltimo ministro de Asuntos Exteriores del laborista Ehud Barak, ese espa?ol virtual que es Shlomo Ben Ami, defiende la idea de que el 11-S fue tambi¨¦n una oportunidad: 'El atentado supuso una gran presi¨®n sobre los r¨¦gimenes ¨¢rabes moderados, porque Bin Laden iba tambi¨¦n contra ellos, y el que amenazara su estabilidad los hizo mucho m¨¢s abiertos a una soluci¨®n'. El historiador de Primo y la II Rep¨²blica se refiere a la cumbre de la Liga ?rabe en Beirut de marzo pasado, que propuso a Israel reconocimiento diplom¨¢tico pleno a cambio de una retirada tambi¨¦n plena de los territorios. Y aunque eso parece que arroja la mayor responsabilidad sobre Sharon, que ya desde?¨® la oferta de Beirut, tambi¨¦n afecta a la comunidad internacional y a Europa. Al terrorismo, dice Ben Ami, que se le ten¨ªa que dar 'una respuesta militar', pero tambi¨¦n 'hac¨ªa falta un mecanismo para la resoluci¨®n de conflictos, que no aceptara la vinculaci¨®n Bin Laden-Palestina', y todo ello 'en el marco del progreso hacia una socialdemocracia igualitaria'. Quiz¨¢ todo un poco te¨®rico.
En ese criterio abunda la m¨¢s alta autoridad de la UE en pol¨ªtica exterior, Javier Solana: 'El 11-S ofreci¨® una oportunidad de avanzar r¨¢pidamente en el proceso de paz. Pero no fue as¨ª. Arafat no supo entender uno de los significados de la fecha y no comprendi¨® que le daba unas bazas a Ariel Sharon que no iba a desprovechar. Y no las desaprovech¨®'. Si Arafat hubiera sido capaz entonces de sofocar el terrorismo...
A casi dos a?os del estallido de la Intifada de las Mezquitas, con unos 1.700 palestinos y 600 israel¨ªes muertos, buena parte en atentados suicidas, el l¨ªder palestino, como escribe Edward W. Said, 'es hoy un anciano sin afeitar, sentado ante una mesa rota, en una casa partida en dos en Ramala, intentando sobrevivir a toda costa'. Ariel Sharon se r¨ªe de quienes quisieron procesarle, y a¨²n puede rematar la faena que da por iniciada con la guerra de 1948, como es la consolidaci¨®n del Estado de Israel, es decir, el fin de las aspiraciones nacionales palestinas. El 11-S est¨¢ dando para mucho. Con pasaje a Bagdad todo incluido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ariel Sharon
- Ataque a EE UU
- Arabia Saud¨ª
- Terrorismo internacional
- Yasir Arafat
- Estados Unidos
- Territorios palestinos
- Egipto
- Israel
- Pol¨ªtica exterior
- Represi¨®n pol¨ªtica
- 11-S
- Terrorismo islamista
- Conflicto ¨¢rabe-israel¨ª
- Geopol¨ªtica
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Oriente pr¨®ximo
- Atentados terroristas
- Lucha antiterrorista
- Asia
- Conflictos
- Relaciones exteriores
- Terrorismo
- Pol¨ªtica