11 de septiembre: ?Y la paz?
A un a?o del aniversario del tremendo atentado terrorista de las torres gemelas, muchos nos preguntamos a¨²n si se est¨¢n poniendo medidas o buscando posibles soluciones para llegar a un Nuevo Orden Internacional basado en la principal premisa de la Pol¨ªtica: la Paz.
Porque ¨¦se creo que es el trabajo que debemos realizar los pol¨ªticos y/o gobernantes de las naciones; cuando se dice la siguiente afirmaci¨®n: 'un pol¨ªtico/a est¨¢ al servicio de la ciudadan¨ªa', est¨¢ en-globando una de las tareas m¨¢s preciosas, humanas y complejas que puedan existir. Eso significa luchar infatigablemente por la dignidad y la calidad de vida de los semejantes. Y el primer requisito para que una persona pueda tener la m¨¢s m¨ªnima esperanza de proyecto de vida, de sue?os, de posible libertad, de conquista de derechos sociales, es, sin ninguna duda, vivir en un estado de normalidad y de convivencia: vivir en paz.
Lamentablemente, no cesamos de ver continuas escenas dram¨¢ticas de gente huyendo, corriendo, gritando, con miedo, heridos, mutilados, muertos... Existen muchas naciones, millones de personas, que viven en una situaci¨®n de inhumana excepcionalidad. Y ¨¦sa ha de ser nuestra principal tarea: devolver a esas personas la cotidiana normalidad de levantarse cada d¨ªa sin bombardeos, violaciones, saqueos, asesinatos,...
Cuando ocurri¨® el abominable atentado en Estados Unidos de las torres gemelas, todo el mundo conden¨® tal barbarie, pero, al mismo tiempo, la inmensa mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa que tiene voz, aunque no tenga un foro internacional donde elevarla, expres¨® la necesidad de trabajar internacionalmente para limar los odios, rencores y fundamentalismos de todo tipo que nos llevan a estas situaciones.
Todos tuvimos miedo. Porque todos nos sentimos vulnerables. Porque nos dimos cuenta que no hay suficiente ej¨¦rcito ni suficientes armas para combatir al miedo y a la locura. La soluci¨®n a tal violencia no pod¨ªa llegar con m¨¢s violencia. Y hoy, me da un vuelco el coraz¨®n cuando escucho que el principal debate en Estados Unidos es la necesidad de bombardear a Irak.
?se no es el camino para llegar a un nuevo Orden Internacional que busque la Paz como principal compromiso humano. La paz que siempre ha defendido el ser humano: a trav¨¦s de las religiones, a trav¨¦s de la filosof¨ªa, a trav¨¦s de la pol¨ªtica. Los argumentos que yo pueda decir en contra de tal aberraci¨®n ya se han dicho much¨ªsimas veces, pero siguen estando ah¨ª:
- Un pa¨ªs no puede imponer la justicia por su cuenta, Estados Unidos no puede ni debe ser quien decida si 'quiere' o no bombardear un pa¨ªs.
- No se puede tomar una decisi¨®n tan grave de una forma unilateral, resultando adem¨¢s inmoral si con ello se pretende ocultar otros problemas (la recesi¨®n econ¨®mica, ca¨ªda de popularidad del presidente, o imponer mano dura ante el recuerdo de aquel grav¨ªsimo atentado).
- Tomar la decisi¨®n de una actuaci¨®n b¨¦lica no puede estar en la agenda de un presidente ni ¨¦ste puede tener competencias para hacerlo. Hablamos de la p¨¦rdida de seres humanos absolutamente inocentes y al margen de las deliberaciones fr¨ªas, irracionales e inhumanas que se deciden en un despacho.
- ?Cu¨¢l es la situaci¨®n que provoca tan grav¨ªsima decisi¨®n? ?Qu¨¦ ha hecho ahora Irak que no hubiera hecho hace unos meses? ?Por qu¨¦ ahora y all¨ª? ?Hay suficientes razones (que siempre han de ser muchas y s¨®lidas) para que se acepte a nivel internacional tal decisi¨®n?
Si la raz¨®n esgrimida para tal guerra es terminar con las f¨¢bricas de destrucci¨®n masiva que pudieran existir en Irak, yo me apunto (no al bombardeo) al desmantelamiento de esas y todas las f¨¢bricas que existan all¨ª o en cualquier punto del mundo, incluido Estados Unidos. Porque la mayor hipocres¨ªa que se produce en los pa¨ªses ricos y grandes potencias es querer imponer el orden mundial, amenazando a aquellos pa¨ªses en desarrollo, considerados como enemigos a priori, cuando son los pa¨ªses desarrollados quienes venden, fabrican y negocian con armas como una de las principales industrias del pa¨ªs, como ocurre en Estados Unidos.
Existen organismos y organizaciones internacionales con el peso pol¨ªtico y social necesarios que deben pronunciarse: desde la propia Europa a organismos como la ONU o la OTAN (que no deber¨ªa estar al servicio de Estados Unidos), hasta otras organizaciones cuyas voces han de ser tenidas en cuenta: desde las ONG internacionales hasta nuestra Internacional Socialista (a quien escuchamos en escas¨ªsimas ocasiones). En caso de existir una guerra justa, jam¨¢s podr¨ªa ser una guerra preventiva, es decir, 'ataquemos antes por si acaso alg¨²n d¨ªa se les ocurre atacarnos'.
Quiz¨¢s, lo que deber¨ªa la Comunidad Internacional analizar son las razones por las que se han generando tantos odios contra Estados Unidos por parte de muchos pa¨ªses en desarrollo. Jam¨¢s se podr¨¢ justificar un atentado como el del 11 de septiembre, pero para evitar que pudiera ocurrir otro similar, Estados Unidos deber¨ªa reflexionar acerca de su actitud prepotente como potencia econ¨®mica y militar. Si alg¨²n medio de comunicaci¨®n europeo diera la noticia de que Espa?a, o Francia, o Alemania, est¨¢n pensando en bombardear alg¨²n pa¨ªs, no dar¨ªamos cr¨¦dito, pero cuando tales noticias vienen de Estados Unidos lamentablemente son ciertas. Pero nunca nos preguntamos: ?con qu¨¦ derecho imparte su justicia al resto del mundo?
Me enoj¨¦ cuando me enter¨¦ que Estados Unidos no iba a participar en la Cumbre de la Tierra de Johanesburgo (y me enfurec¨ª al enterarme de que Jos¨¦ M? Aznar tampoco), pero quiz¨¢s ¨¦sa sea una posible salida. No quiero decir que haya que prescindir de la presencia de la primera potencia mundial porque ser¨ªa ingenuo y de mal gusto plantearlo; si no que, quiz¨¢s, haya sido bueno dialogar entre los pa¨ªses ricos y los pa¨ªses pobres sin la presi¨®n de quien se considera con la exclusividad de decidir los destinos del universo. Aunque s¨®lo sea por una simple raz¨®n: que los pa¨ªses ricos se vean enfrentados a tomar decisiones por s¨ª mismos, sin la comodidad de que el 'guardi¨¢n' de Estados Unidos se pronuncie primero.
?Qu¨¦ lejos estamos de alcanzar la paz perpetua!, como dir¨ªa Kant. Pero para llegar a ella, no basta con seguir so?¨¢ndola.
Ana Noguera es miembro del Comit¨¦ Federal del PSOE.
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