El gen marcapasos
Cient¨ªficos de EE UU logran mediante terapia g¨¦nica que las c¨¦lulas del coraz¨®n recuperen su capacidad de marcar el ritmo
Miles de personas se someten cada a?o a una intervenci¨®n quir¨²rgica para instalarles un marcapasos electr¨®nico, cuando su ritmo cardiaco est¨¢ peligrosamente alterado.
Miles de personas se someten cada a?o a una intervenci¨®n quir¨²rgica para instalarles un marcapasos electr¨®nico, cuando su ritmo cardiaco est¨¢ peligrosamente alterado. Esta soluci¨®n conlleva un cierto riesgo, es costosa y exige un mantenimiento del dispositivo cada cierto tiempo. Un equipo de investigadores de Estados Unidos ha ensayado una soluci¨®n completamente diferente mediante t¨¦cnicas de terapia g¨¦nica. Lo han probado en cobayas y han visto que la idea es v¨¢lida y que podr¨ªa, en el futuro, ofrecer una soluci¨®n para estos enfermos cardiacos.
Eduardo Marb¨¢n (cardi¨®logo de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, EE UU) y sus colegas han reactivado en el coraz¨®n, introduciendo un gen espec¨ªfico, la capacidad de las c¨¦lulas de activar y marcar el ritmo cardiaco. Reactivar para ser exactos, porque en el coraz¨®n del embri¨®n todas las c¨¦lulas tienen esa capacidad, que se inhibe en el adulto excepto en un pu?ado de c¨¦lulas espec¨ªficas. Los investigadores han eliminado esa inhibici¨®n mediante la manipulaci¨®n del gen que frena esa actividad de las c¨¦lulas.
'Hemos hecho experimentos con cobayas durante tres d¨ªas; lo que pretend¨ªamos era probar si el concepto era v¨¢lido, y lo es', explic¨® ayer a este peri¨®dico Marb¨¢n, m¨¦dico estadounidense de origen cubano. 'No hemos intentado todav¨ªa ver si el efecto de marcapasos biol¨®gico dura m¨¢s tiempo'. El experimento con cobayas y los resultados se detallan hoy en la revista cient¨ªfica Nature.
En cuanto a practicar este tipo de terapia g¨¦nica en humanos en el futuro, Marb¨¢n comenta que en tres o cuatro a?os se podr¨ªa pasar a la fase de ensayos, pero que antes hay que hacer experimentos en animales m¨¢s grandes, como los cerdos, y demostrar la viabilidad de esta nueva estrategia terap¨¦utica. S¨®lo en Estados Unidos, se?ala el cardi¨®logo, se implantan cada a?o 250.000 marcapasos electr¨®nicos.
Lo que estos cient¨ªficos han hecho t¨¦cnicamente es a?adir a las cobayas un gen que cambia el flujo de elementos qu¨ªmicos dentro y fuera de las c¨¦lulas cardiacas, lo que crea una carga el¨¦ctrica que convierte a las c¨¦lulas normales del coraz¨®n en marcapasos biol¨®gicos.
Un marcapasos as¨ª, ?no agotar¨ªa a esas c¨¦lulas? 'No, porque no tratamos de acelerar el coraz¨®n, sino de mantenerlo, de restaurar un ritmo normal', contesta Marb¨¢n. 'Las c¨¦lulas del cor¨¢zon tienen una actividad regular cada segundo'.
'Nuestro hallazgo proporciona un nuevo nivel de comprensi¨®n de las bases biol¨®gicas de la actividad de marcapasos', se?alan los investigadores. En el coraz¨®n del embri¨®n temprano, todas las c¨¦lulas tienen una actividad intr¨ªnseca de marcapasos, explican, y el mecanismo de latido espont¨¢neo en el embri¨®n es sorprendentemente simple. 'Pero, a medida que avanza el desarrollo, el coraz¨®n se va diferenciando en regiones funcionalmente espec¨ªficas, cada una con su propia firma el¨¦ctrica'.
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