Invitaci¨®n a la concordia
En los ensayos 'A Writer's Freedom' (1975), 'Relevance and Commitment' (1979) y 'The Essential Gesture' (1984), reunidos en The Essential Gesture. Writing, Politics & Places (Jonathan Cape, 1988), Nadine Gordimer expuso con meridiana claridad algo muy semejante a unos estatutos del compromiso literario, caballo de batalla de una obra como la suya, nacida desde su primer relato de la sospecha de que el escritor que se construye una torre de marfil desentendi¨¦ndose de la sociedad en la que escribe pierde sin remedio buena parte de las virtudes que lo legitiman. El enfrentamiento cultural, racial, auspiciado por el apartheid que ensombreci¨® su pa¨ªs desde su infancia explica que su toma de conciencia resultara precoz, y que su idea de literatura comprometida, cuando no de novela pol¨ªtica, recorra su obra entera, con la dudosa excepci¨®n si acaso de Historia de mi hijo, sin apenas entrar en contradicci¨®n con su libertad de creaci¨®n.
EL ENCUENTRO
Nadine Gordimer Traducci¨®n de Montserrat Gurgu¨ª y Hern¨¢n Savat¨¦ Ediciones B. Barcelona, 2002 284 p¨¢ginas. 16,50 euros
Pero es muy posible que este
equilibrio entre literatura y compromiso se haya roto ahora porque este ¨²ltimo ha ahogado casi por completo a la primera, y que esta ¨²ltima novela venga a ser una suerte de apresurada ilustraci¨®n de las convicciones que la Nobel surafricana arrastra desde sus primeros escritos te¨®ricos acerca del oficio de escribir, cuando comprendi¨®, all¨¢ por los setenta, que seguramente la libertad del novelista ata?e a su propia aventura literaria, pero su responsabilidad le paga el tributo a la sociedad. The Pickup, en efecto, vuelve a la cuesti¨®n del encuentro de culturas y mantiene bien visible el compromiso que sustenta la peripecia de la relaci¨®n armoniosa que surgir¨¢ entre la joven occidental Julie Summer y el ¨¢rabe Abdu. El t¨ªtulo castellano, El encuentro, no hace sino arrimar m¨¢s a¨²n el ascua a nuestra sardina, subrayando la invitaci¨®n a la concordia entre los pueblos que persigue Gordimer en esta liviana y esquem¨¢tica novela que, si no fuera por el prestigio de su autora, y a juzgar por la sencillez del planteamiento, el fraseo telegr¨¢fico y la insistencia en ventilar las razones y sinrazones del islam, m¨¢s de uno podr¨ªa pensar en tildarla de oportunista, habida cuenta del baile de integrismo y xenofobia al que estamos siendo empujados todos por pueblos que se han vendado los ojos ante la evidencia de que 'hoy la autoridad religiosa convencional no puede existir con las fuerzas econ¨®micas del mercado' (p¨¢gina 190).
Hasta el lector m¨¢s despistado observar¨¢ que detr¨¢s de Julie y de Abdu se levantan en la novela dos mundos todav¨ªa distantes que dialogan moviendo los hilos de los protagonistas, que act¨²an con oficio pero casi nunca consiguen que el lector no piense en los hilos de los que cuelgan. Su meliflua historia de amor es el mero pretexto para la denuncia de un mundo que no respeta como debiera la diferencia, y la novela, precipitada y previsible, de escaso aliento, conserva, s¨ª, el compromiso, pero ha perdido la poderosa literatura que Nadine Gordimer encerr¨® en las p¨¢ginas de novelas como La hija de Burger.
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